Noticias contrastadas

Noticias contrastadas

Todos los medios de comunicación compiten por obtener noticias y publicarlas antes que los demás. No hace falta decir lo que significa para un periodista o para una redacción publicar exclusivas. Pero seguramente también es innecesario explicar cuál es la reacción entre los periodistas cuando otro medio publica alguna información que no se considera suficientemente contrastada o, incluso, de la que se conocen aspectos que ponen en cuestión o contradicen lo que se está publicando. Lo lógico, en estos casos, es que cada medio siga su criterio profesional y responda ante sus lectores de la veracidad de los hechos que relata.

En los últimos días, el diario digital Público ha publicado diversas informaciones sobre los supuestos nexos con el CNI de los terroristas que atentaron en Barcelona y Cambrils en agosto del 2017. Y, tal como ha ocurrido en otros medios, algunos lectores de La Vanguardia nos han preguntado por qué no nos hemos hecho eco de esas noticias, que consideraban de la máxima importancia. Lectores como Josep Maria Prunera Figuerola y Xavier Roca Tutusaus enviaron sendas quejas, mientras que el suscriptor Joaquim Alsina Cardiel llamó por teléfono al Defensor para mostrar su sorpresa por que no recogiéramos en portada las informaciones de Público.

Las indagaciones en torno a las informaciones divulgadas por ‘Público’ conducen a una investigación propia de ‘La Vanguardia’

El subdirector Manel Pérez explica detalladamente cómo se abordó la situación en nuestro diario: “Nada más producirse la publicación del primer artículo de Público sobre este asunto, la dirección del diario la debatió en una reunión específica, atendiendo a la gravedad de los hechos que ponía de manifiesto. La posibilidad de que los servicios de inteligencia hubieran dejado hacer a los terroristas que perpetraron el atentado de la Rambla pese a tenerlos controlados y conocer sus intenciones es de una trascendencia que no admite discusión. La primera decisión fue poner en marcha los mecanismos periodísticos para intentar confirmar la veracidad de la información publicada, como exige la práctica rigurosa del periodismo. Eso no fue óbice para que en la página web del diario se recogieran cada día los contenidos resumidos de las informaciones divulgadas por Público, atribuyéndolos a este medio”.

“Desde ese momento y en los días sucesivos –sigue el subdirector–, miembros de la redacción y de la dirección de La Vanguardia establecieron contactos con sus fuentes informativas más solventes en el ámbito policial, de inteligencia y de investigación judicial para intentar confirmar la versión de Público, tanto en la primera entrega como en las tres siguientes”.

“Sin embargo, los resultados de esas indagaciones apuntaban justamente en el sentido contrario a lo publicado por el mencionado medio digital. Esa constatación acabó convirtiendo el intento de confirmar una información para poder ofrecerla con seguridad a los lectores en la constatación de que la realidad era diferente a lo publicado. En este punto –añade Manel Pérez–, la práctica periodística al uso habría aconsejado olvidarse del tema y no hurgar en los errores de otros colegas. Pero la trascendencia del asunto, de lo que da prueba la propia reacción de los lectores, nos impedía dar el carpetazo”.

“Por eso –concluye el subdirector–, el lector tiene hoy en sus manos una primera publicación de La Vanguardia sobre el asunto, en la que se ponen de manifiesto, a partir del análisis de la causa judicial sobre los atentados y las aportaciones de fuentes implicadas en los hechos, las muchas dudas que existen sobre la veracidad de la información de Público y se destaca el curso de la investigación de los luctuosos sucesos del 17-A”.

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