El anuncio de que la princesa de Asturias estudiará el próximo curso en un internado de Gales ha colocado a este pequeño país en el punto de mira de los españoles. Más allá de saciar el interés por descubrir detalles sobre el centro educativo -el UWC Atlantic College, un colegio ubicado entre los muros del castillo de St Donat’s, en la costa del sur-, lo cierto es que la noticia se ha convertido en un improvisado escaparate de Gales ante la opinión pública.
Situado en la zona meridional de la isla de Gran Bretaña, a pesar de su hospitalidad, sus paisajes y su gastronomía, todavía es una desconocida por buena parte de los turistas españoles, que suelen decantarse por Escocia, Inglaterra o incluso por Irlanda. A modo de carta de presentación, Gales cuenta con alrededor de tres millones de habitantes diseminados en algo más de 20.000 km2 -una extensión similar a la de la Comunidad Valenciana-, más de 600 castillos, tres parques nacionales y un sinfín de playas... Sin duda, un destino a tener en cuenta en el futuro.
Naturaleza en estado puro
¿Sabías que tres de los 15 parques nacionales de Gran Bretaña están en territorio galés? Se trata de Snowdonia, en el norte; Brecon Beacons, en el sur, y Pembrokeshire, en el sudeste, tres áreas protegidas que ocupan el 25% de toda la superficie del país.
Snowdonia, cuyo nombre significa "tierras altas" en lengua galesa, recuerda a las Highlands escocesas. Es ideal para quienes buscan montañas escarpadas, inquietantes paisajes naturales, lagos y fauna salvaje. Brecon Beacons, por su parte, tiene cuatro cadenas montañosas: la de Black Mountains, salpicada de lagos, cascadas, bosques y castillos; Central Beacons, Forest Fawr y la de Black Mountain (Mynydd Du en galés). La zona es un sitio ideal para la práctica de deportes de montaña y acuáticos.
La costa de Gales es conocida por atesorar algunas de las mejores playas del Reino Unido
El único parque nacional de Gran Bretaña que se encuentra en el litoral es el de Pembrokeshire. Forma parte de la Wales Coast Path, un sendero que recorre 300 kilómetros por la costa de Gales, de un total de 1.400. Es famoso por sus playas, acantilados y colinas salvajes, deportes náuticos y castillos.
Y es que la costa de Gales es conocida por atesorar algunas de las mejores playas del Reino Unido, como la Castle Beach de Tenby, galardonada en más de una ocasión. Además de la playa, Tenby, una localidad amurallada de casas de colores de Pembrokeshire, merece una visita.
Gales del Norte, una zona bien comunicada por carretera con Birmingham, Liverpool y Manchester, también cuenta con arenales realmente buenos como la playa de Prestatyn, la de Llandudno, un elegante centro vacacional de estilo victoriano, o la de Anglesey, una isla comunicada por carretera y ferrocarril desde principios del siglo XIX.
Tierra de castillos
¿Sabías que Gales atesora más castillos por kilómetro cuadrado que cualquier otro país del mundo? Están presentes por todo el territorio y son el mejor reflejo de su larga y rica historia. Más allá de la fortaleza de Cardiff, una construcción normanda levantada sobre un antiguo fortín romano, existen otras edificaciones imprescindibles al viajar a la zona.
Destacan en el norte los castillos de Caernarfon, uno de los más bonitos del país; Beaumaris, en Anglesey; Conwy, cuya espectacularidad lo ha convertido en uno de los lugares más visitados del país, y Harlech, en Gwynedda, situado a orillas de un acantilado. Todos ellos declarados patrimonio de la humanidad.
En el sur, resultan ineludibles Caerphilly, también incluido en el catalogado de la Unesco; Carew, en Tenby; Kidwelly, un castillo normando con vistas al río Gwendraeth, y el de Pembroke, una edificación hermosa en la que se suelen organizar conciertos.
Una gastronomía deliciosa
Los amantes de la buena mesa tienen en Gales un auténtico filón. Empezando por el bara brith, el característico pan dulce, sus platos a base de cordero como el sheperd’s pie, el welsh rarebit, una especialidad que hará las delicias de los expertos en queso, o el cawl, el guiso más tradicional del país. Por supuesto, acompañado de una Red Dragon, la cerveza local.
El pueblo de las 58 letras
Aunque no sobresale por la belleza de sus paisajes ni por sus construcciones, existe un rincón en el norte que se ha convertido en una visita imprescindible si se viaja hasta la isla de Anglesey, en el mar de Irlanda. Se trata de Llanfairpwllgwyngyllgogerychwyrndrobwllllantysiliogogogoch, una localidad que con sus 58 letras se ha convertido en el pueblo con el nombre más largo de todo el mundo.
Se impone sellar el pasaporte en una oficina del ayuntamiento o hacerse una fotografía junto al letrero instalado en la entrada de la estación. Las mejores formas de acreditar haber viajado hasta este rincón de Gales, un país al que, tras conocerlo desearás volver.