Recorriendo el norte de Fuerteventura en buggy

Aventura

Las dunas y los volcanes son paisajes espectaculares para aquellos que quieran vivir una aventura sobre cuatro ruedas

Qué hacer en Fuerteventura en una semana

El buggie es una alternativa divertida para conocer Fuerteventura

El buggy es una alternativa divertida para conocer Fuerteventura 

Sonnie Hiles / Unsplash

Fuerteventura no es una isla cualquiera. En realidad es la más antigua de las siete islas de Canarias, puesto que fue la primera que emergió del Atlántico hará unos 20,5 millones de años. Sin embargo, es la más salvaje y tranquila de todas. Fue declarada en 2009 reserva de la biosfera por la Unesco y cuenta con cuatro parques nacionales. Su situación, a escasos 90 kilómetros de la costa africana, los vientos alisios y la poquísima agua que cae a lo largo del año la convierten en un lugar extraordinario para escaparse del mundanal ruido.

Pero Fuerteventura no son solo sus 77 playas –es la isla con la costa más larga de Canarias- y el amplio mar que la envuelve. Hay mucha más vida en su interior. Fuerteventura es una aventura en sí misma y prueba de ello son los más de 250 kilómetros de caminos que serpentean entre barrancos, volcanes, calas y dunas blancas. 

Fuerteventura tiene menos de 100 km de norte a sur. Recorrerla en un día es una misión asequible

En el extremo norte, precisamente, encontramos dos paisajes que representan muy bien su magnética personalidad: el parque natural de las dunas de Corralejo y la ruta de los volcanes. Vamos a recorrerlos en buggy.

Cómo llegar a Corralejo

 

Lo primero que hay que tener en cuenta es que Fuerteventura tiene algo menos de 100 kilómetros de norte a sur, por lo que recorrerla en un día es una misión más que asequible. Es una isla fácil, que se deja querer. Además, la mayoría de las carreteras y pistas están en un estado más que decente y, sobre todo, se agradece que no hay apenas tráfico. Tanto si llegas en barco o en avión, alcanzar el parque natural de dunas de Corralejo es muy sencillo: hay que enfilar rumbo norte.

Desde la capital majorera, Puerto del Rosario (el aeropuerto está a 5 kilómetros), hasta la entrada al parque, hay poco más de 30 kilómetros de distancia; media hora en coche. En la parte noreste, nos encontramos un extenso campo de dunas que se alarga desde la playa Puerto Remedio a la Salina. 

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Dunas de Corralejo

Terceros

La única excepción a este paisaje lo representan la montaña de los Apartaderos y la montaña Roja –un volcán con 312 metros de altura- casi en el extremo sur del parque. Una vez en Corralejo, encontraremos muchas empresas de alquiler de buggies que te darán la oportunidad de explorar la isla desde una perspectiva más adrenalínica.

¿Por qué alquilar un buggy?

Este tesoro natural al norte de Fuerteventura se puede hacer caminando, en bici, en moto o en un todoterreno convencional. Depende de las exigencias de cada uno. Sin embargo, la sensación de aventura es mucho mayor si uno se pone al volante de un buggy. Las razones para alquilarlo son múltiples y variadas. 

De hecho, este singular transporte también recibe el nombre de “vehículo arenero”, y eso es debido a que está diseñado para surcar con fiabilidad sobre las dunas de los desiertos. Con esa intención, se construyen con un chasis ligero, grandes ruedas con tracción total, una cabina cómoda y unas condiciones seguras para este tipo de terrenos imprevisibles y, en muchas ocasiones, inaccesibles con otros medios de transporte.

Gran parte de esta isla está protegida y es uno de los ecosistemas más valiosos del planeta

Estas excursiones en buggy suelen durar entre dos y cinco horas, depende del tipo de ruta que uno decida escoger. Se puede elegir la jornada matutina o la vespertina. El precio ronda los 100€ por persona. 

Las visitas incluyen normalmente un guía experto, quien, además de dar una clase de introductoria a los principiantes –solo es necesario tener el permiso de conducir- te llevará por los caminos más interesantes y evitará los senderos protegidos por los que no está permitido circular. Recordemos que gran parte de esta isla está protegida y es uno de los ecosistemas más valiosos del planeta.

Como en un pequeño desierto africano

Ya lo dijo Unamuno, gran admirador de esta isla: ““ese pedazo de África sahárica lanzado al Atlántico”. Y es cierto. Cuando te sumerges en el parque natural de las dunas de Corralejo tienes la impresión de encontrarte en pleno continente africano. Es algo hipnótico. 

Dunas de Corralejo, Fuerteventura

Dunas de Corralejo, Fuerteventura

Getty Images/iStockphoto

Arenas fósiles, aguas turquesas, colores áridos… es como estar en otro mundo. Con un total de 2.600 hectáreas de superficie, 2,5 kilómetros de ancho y 10 de largo, este precioso parque de dunas discurre paralelo a la costa noreste de la isla. A los mandos del buggy, las dunas son como el oleaje incesante con el que hay que lidiar (y divertirse).

Algunas de sus dunas se elevan hasta una altura de 50 metros sobre el nivel del mar. El tacto de la arena es fino y cálido. Es como polvo que se cuela entre los dedos. Es de un color amarillo blanquecino y produce un efecto absorbente al verlas a los pies de los grandes volcanes y asomándose al océano azul. 

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La formación de estos parajes desérticos se debe al efecto pulverizador de las conchas y los caparazones de moluscos que, a lo largo de millones de años, se han ido acumulando y erosionando en el suelo. Y lo siguen haciendo. El viento azota constantemente. Es un proceso natural que sigue vigente en la actualidad, por lo que es recomendable no llevarse de recuerdo las conchas (lo hacen muchos turistas) que hay desperdigadas por la zona.

La ruta de los volcanes

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Vista de la Isla de Lobos desde Corralejo.

Terceros

Pero, como he comentado antes, no todo son dunas al norte de Fuerteventura. Hay que pensar que es una isla volcánica y que, bajo ese manto de arena, se oculta el malpaís canario (el campo de lavas) originado hace unos 50.000 años. Fue en esos tiempos de potentes erupciones cuando aumentó la superficie de la isla y se creó el islote de Lobos, a 2 kilómetros de la costa, donde acuden muchos submarinistas en busca de sus excepcionales fondos.

Más hacia el interior, en dirección suroeste, desde Corralejo a Lajares, hay una ruta de unos 5 kilómetros donde se alinean tres magníficos volcanes: el Bayuyo, Las Calderas y Calderón Hondo. Las vistas son imponentes. Durante el camino, a parte de los 3 volcanes mencionados, se suceden varios edificios volcánicos (“minivolcanes”). Tal vez el Calderón Hondo es el más recomendable de los tres. 

En Tindaya se levanta la famosa montaña sagrada, considerada monumento natural

Si es posible, vale la pena ascender andando hasta su cráter, cuya profundidad es de 70 metros. La verdad es que la subida no es muy exigente y la panorámica que hay de la parte norte, del resto de volcanes y del islote de Lobos son una maravilla; incluso, en días despejados, se otea a lo lejos la silueta de Lanzarote. A poca distancia, se halla el pueblo de Tindaya, donde se levanta la famosa montaña sagrada, considerada monumento natural y que los aborígenes (los majos) creían que poseía propiedades mágicas.

Y el sur también existe: Jandía

Las excursiones en buggy más aconsejables están al norte, es verdad, pero también hay itinerarios muy atractivos por el sur. Concretamente el parque natural de Jandía es un espacio con diversas opciones y terrenos. Está ubicado en una península donde se incluyen las zonas turísticas de costa Calma, playas de Jandia y el puerto de Morro Jable. En la antigüedad, esta zona estaba separada del resto de la isla por una lengua de mar. Para el que ya haya recorrido el norte, esta es la mejor alternativa.

Morro del Jable al atardecer

Morro del Jable al atardecer

Getty Images/iStockphoto

Precisamente el área que vale la pena explorar con el buggy está más allá del Morro del Jable. El objetivo es Punta Jandía. Hay que tener en cuenta que estas excursiones transitan por espacios protegidos y el paso siempre estará limitado a las rutas autorizadas por el Cabildo. El pico de la Zarza, la montaña más alta de la isla con 807 metros, es uno de los puntos más sugerentes y con mejores vistas de la isla. 

Por el camino, el avistamiento de fauna autóctona como cabras, ovejas, ardillas o burros es muy habitual. Otro de los rincones de Jandía es la playa de Cofete, en la costa occidental, un inmenso arenal virgen flanqueado por montes que muestran un paisaje casi onírico. Aquí el itinerario está muy restringido, pero el fabuloso marco que se abre y la sensación de absoluta libertad a bordo del buggy compensa cualquier esfuerzo y contratiempo.

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