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Valle de Hecho, naturaleza, historia y un punto de misterio

Turismo activo

Uno de aquellos rincones naturales que no defrauda

Valle de Hecho, Aragón

UNAI_78 - Flickr

El valle de Hecho, en el Pirineo de Huesca , es uno de aquellos rincones de este enclave natural que quizá no está en la primera lista de lugares a visitar, pero que luego no defrauda. Al contrario, el visitante repite. El penúltimo valle aragonés –el último es el vecino valle de Ansó-, antes de llegar a Navarra, presenta una rica historia y una naturaleza variada con un punto de simbolismo que le añade un halo de misterio.

Para empezar, el propio valle plantea una duda lingüística. ¿Se escribe con h o sin h? Hay referencias de ambas maneras. ¿Cuál es la correcta? Históricamente, tanto el pueblo como el valle, se han escrito Echo, ya que así se escribe aragonés cheso, la lengua local. Val d’Echo se escribe valle de Hecho en castellano.

Boca del Infierno en el valle de Hecho

David Domingo - Flickr

Para continuar, muchas cosas que se experimentan aquí tienen remembranzas metafóricas. Hasta los nombres de los diferentes emplazamientos que hay a lo largo de las rutas, parecen sacados de cuentos tradicionales. La Boca del Infierno, el camino de los Ganchos, el salto de la Vieja, las cascadas de los Gitanos, el refugio de Dios te Salve… todos tienen una sonoridad rotunda y antigua.

Naturaleza, historia y pueblos

El pueblo de Hecho destaca por su conjunto urbano muy bien conservado, presidido por la iglesia parroquial de San Martín, y por su arquitectura tradicional de grandes balconadas en las fachadas de piedra, cubiertas de teja plana de gran pendiente coronadas por las típicas chimeneas de formas cónicas y varios metros de altura. Muchas calles y plazas aún conservan el empedrado original. Embún, Urdués y Siresa son los otros pueblos que se reparten por el término municipal del valle.

Hecho, Huesca

LUNAMARINA / Getty Images/iStockphoto

Parte del término municipal forma parte del parque natural de los Valles Occidentales con más de 27.000 hectáreas y hábitats, que combinan la alta montaña con los pastizales. Bosques de hayedos, de pino negro, pinares y abetales nos recuerdan que este parque natural tiene influencia atlántica. Las vacas y caballos que pastan libremente comparten territorio con el corzo, la nutria, el quebrantahuesos, el buitre leonado y hasta con algún oso pardo.

Los restos de una calzada romana y muchos monumentos megalíticos son testimonio de la larga historia de este territorio fronterizo. Algunas de las rutas permiten asomarse al lado francés de la montaña para imaginar los esfuerzos históricos realizados para abrir pasos de comunicaciones entre desfiladeros, y también para construir puestos defensivos. Ruinas de torres de defensa, pasos de montaña y albergues van aliñando las rutas con pinceladas de historia.

Rutas para todos los gustos

Valle de Hecho, Huesca

Paco Sanchez - Flickr

La naturaleza es la protagonista indiscutible de esta escapada. Por toda la zona hay innumerables rutas, desde paseos cortos y fáciles hasta travesías de varios días y con cierta dificultad. También el famoso GR-11, que recorre todos los Pirineos de un extremo a otro, pasa por aquí, y se pueden realizar algunos tramos.

Una de las excursiones estrella, por su espectacularidad pero también sencillez, es el valle de Aguas Tuertas. Esta ruta es apta para todas las piernas, y de hecho es muy popular entre las familias. La subida constante, entre prados y hayedos, tiene premio final: se abre ante la mirada del caminante el amplio valle con el zigzagueante río que le da nombre. El verde donde pastan caballos y vacas se complementa con las flores silvestres de múltiples colores y los reflejos azules de los meandros de agua.

Ibón de Estanés, Aragón

Escarlati / CC BY-SA

Se puede alargar la excursión atravesando todo el valle y, tras cruzarlo, llegar al ibón de Estanés. Esta ruta ya es más difícil, pero cuenta con la espectacularidad del lago de origen glaciar que se rodea.

Otra de las excursiones estrella es la ascensión al castillo de Acher. En realidad, no es un castillo, sino una montaña que tiene una forma similar a una fortaleza con grandes paredones de roca. Es una ruta muy especial por la gran complejidad geológica.

Megalitos

La Selva de Oza es la zona megalítica más rica de todo el Pirineo central. Muestra de ello es el paraje llamado la Corona de los Muertos, dondese han hallado dos dólmenes, y más de 100 círculos prehistóricos que han sido fechados entre el 7000 y 5000 a.C. En el interior de los círculos se han encontrado puntas de flecha de sílex y pequeños utensilios de piedra, son restos de asentamientos que surgieron en la prehistoria y se mantuvieron hasta la época medieval.

Selva de Oza, Aragón

Inda Agudo - Flickr

El valle de Guarinza cuenta con siete dólmenes y más de 30 crómlechs, es decir, círculos de piedra, a veces con menhires, a veces rodeando un dolmen. El monolito más visitado es el que se levanta a un extremo del valle de Aguas Tuertas llamado ‘dolmen del salto’, uno de los ejemplares de megalitos mejor conservados del valle.

En el Centro de Interpretación del Megalitismo Pirenaico que ocupa la antigua Casa Forestal, a ocho kilómetros de Hecho, en la carretera de la Selva de Oza, el visitante puede hacerse una idea de la importancia arqueológica de tal concentración de restos.

Cultura y tradiciones

En el aspecto cultural destaca el monasterio de San Pedro de Siresa, levantado entre los siglos IX y XIII. Es un conjunto de gran tamaño que evidencia su pasado esplendoroso, siendo una de las joyas del pueblo de Siresa. En su interior destacan un Cristo gótico del siglo XIII, en madera policromada, y una talla de San Pedro labrada en piedra que perteneció al retablo de la catedral de Jaca (siglo XVII).

Monesterio de San Pedro De Siresa, Huesca

clavivs / Getty Images/iStockphoto

Cuenta la tradición que, en la pila bautismal, fue bautizado el monarca aragonés Alfonso I el Batallador. Este monumental monasterio fue levantado sobre una anterior iglesia visigótica donde aparecieron las primeras referencias escritas al pueblo de Echo.

En Siresa está también el pequeño Museo del Lavadero, un espacio entrañable repleto de fotos históricas y explicaciones sobre la vida cotidiana de antes. La misma sensación se tiene al visitar el Museo del Horno Vecinal y, ya en Hecho, el Museo Etnológico Casa Mazo, que muestra los modos de vida tradicionales, en un edificio en el que se respetó su estructura original con las características chimeneas cónicas (llamadas espanta demonios) y la cubierta de tejas planas. También se muestran trajes auténticos tradicionales que los chesos –habitantes del valle- llevaban cotidianamente hasta mediados del siglo XX.

Valle de Hecho

El penúltimo valle aragonés –el último es el vecino valle de Ansó-, antes de llegar a Navarra