Siete razones para descubrir la DO. Rueda, y solo una es el vino
Enoturismo
Mucho por descubrir y disfrutar a través de una ruta que pasa por tierras castellanas
Si seguimos el camino del margen izquierdo del río Duero a su paso por Tordesillas, nos encontraremos con campos de verdes viñedos y bodegas centenarias que transcurren por una carretera que llega a la localidad de Rueda,en la provincia de Valladolid que, además, cuenta con la denominación de origen más antigua de Castilla y León. Su aromático vino blanco es uno de los atractivos que llevan a muchos hasta esta zona, pero no es el único motivo por el que hay que visitar este magnífico paisaje castellano.
Perderse entre viñas, almendros, olivos y pueblos tranquilos con mucha historia, es un respiro necesario para los sentidos. Aquí hay mucho por descubrir y disfrutar a través de una ruta que pasa por 18 municipios, y es apta para toda la familia, además puede realizarse en cualquier momento del año, incluso en verano.
Por su historia
La historia ha dejado un importante legado patrimonial en la Ruta del Vino de Rueda . Si seguimos el camino encontraremos antiguas fortalezas, monasterios y otros edificios históricos que nos trasladarán a la tan atrayente edad media.
Ejemplo de esta herencia arquitectónica y cultural es el castillo de la Mota en Medina del Campo, una imponente construcción que empezó a construirse mediados del siglo XV. Su función principal fue defensiva, pero además acogió entre sus salas las funciones de archivo (donde se guardaron parte de los documentos de la Corona), y de cárcel para presos tan ilustres como Hernando Pizarro o César Borgia.
También se puede visitar el lugar donde nació la reina Isabel La Católica, en 1451, en el antiguo palacio que ahora alberga el monasterio de Nuestra Señora de Gracia en Madrigal de las Altas Torres, los visitantes aún pueden admirar la sala donde tuvo lugar este evento histórico. Y es posible ver, en la villa, lo que fueron las murallas defensivas, uno de los pocos ejemplos que quedan en estilo mudéjar.
Otro punto de interés histórico es Tordesillas, donde se firmó el célebre Tratado de 1494 entre Castilla y Portugal, para repartirse las tierras del Nuevo Mundo, en lo que hoy llaman las casas del Tratado, dos palacios de los siglos XV y XVII. Pero no fueron los únicos reyes que visitaron la población, en el año 1509, la reina Juana I de Castilla, vivió aquí recluida después de la muerte de su marido Felipe I.
Y en Medina del Campo se encuentra el palacio Real Testamentario de Isabel La Católica , un edificio del siglo XIII que se utilizó como residencia real. Entre sus muros, la reina dictó su testamento y codicilio y falleció el 26 de noviembre de 1504.
Descansar en sus balnearios
Y para los que prefieran unos baños relajantes en aguas termales en pleno corazón de Castilla, solo deben acercarse a Medina del Campo. Cerca se encuentra el Balneario Hotel Palacio de las Salinas, que cuenta con más de 5.000 m2 de instalaciones y 80.000 m2 de jardines en un singular edificio que data de 1912, además posee las terceras mejores aguas madres de Europa.
Y no muy lejos, levantado sobre las ruinas del antiguo convento de Sancti Spiritus del siglo XII, se ubica el Hotel Castilla Termal Balneario de Olmedo. Sus muros albergaron a Santa Teresa de Jesús y a doña Juana I de Castilla, por lo que algunas habitaciones están construidas sobre las celdas donde durmieron, y el claustro se ha convertido una piscina de agua termal mineromedicinal en las que relajarse.
Alojamientos con encanto
A lo largo de la Ruta del vino de Rueda hay alojamientos de todo tipo: albergues, villas, campings, casas rurales, casonas, balnearios... como en la Posada Real Isabel de Castilla en Madrigal de las Altas Torres, o el Parador de Tordesillas, se trata deuna casa solariega en un lugar donde el verde y la naturaleza ofrecen al huésped el mejor paisaje, o La Viña de Rueda, un establecimiento pequeño pero con excelentes vistas a los viñedos. Solo hay que buscar el que mejor se adapte a nuestros gustos.
Sus paisajes
En los paisajes castellanos encontramos grandes llanuras pintadas de verdes u ocres según la temporada, los cultivos de trigo, cebada, vino y girasoles pintan el paisaje a nuestro paso, y el color varía a medida que pasa el tiempo. Y entre este maravilloso cuadro, hay algunos espacios singulares que permiten deleitarse de la naturaleza, como en la reserva natural de Las Riberas de Castronuño, un inmenso meandro sobre el río Duero en forma de uve a causa de la erosión del río. que es refugio de una gran variedad de aves.
Otro lugar que también resulta interesante es el parque de animales ‘La Era de la Aves’ en Fresno el Viejo, un espacio de conservación y divulgación de las aves.
Platos contundentes
Entre sus platos típicos se encuentran recetas tradicionales como el lechazo asado con Indicación Geográfica Protegida (IGP) y el cochinillo, ambos asados en horno de leña. Los productos derivados de los lácteos también son muy reconocidos desde requesón hasta deliciosas cuajadas y exquisitos quesos de vaca. Y de postres repostería tradicional vinculada con frecuencia a viejos conventos.
En la ruta hay una veintena de restaurantes entre los que destacan La Botica de Matapozuelos, con una estrella Michelín , el Mesón de Pedro en Matapozuelo, El Caballero de Olmedo en Olmedo, La Mejillonera, y el Restaurante Villa de Ferias ambos en Medina del Campo.
Visitar la cuna del verdejo
La Seca, considerada la cuna del Verdejo, elabora vino desde tiempos inmemorables ya que aquí se inició la plantación de viñas en torno al siglo XVI. Protegida por la DO. Rueda, posee la mayor extensión vinícola de toda la Comunidad, y además cuenta con una gran abundancia de bodegas subterráneas construidas en los sótanos de las casa, allí reposa del vino en barricas de madera, por ello el subsuelo del municipio es hueco. Un ejemplo lo encontramos en la casona Campo Eliseo situada a diez metros por encima de un auténtico pasadizo que data del siglo XVIII.
Probar el vino de Rueda
La denominación de origen de Rueda nace en el año 1980, para conseguir esta DO. y sus vinos, se tuvo en cuenta la uva autóctona Verdejo con un sabor, color y aroma frescos y afrutados que le han dado fama internacional. Sus orígenes vitivinícolas se remontan al siglo XI y desde entonces, hasta hoy en día, no han parado.
En la ruta se encuentran varias bodegas que pueden visitarse y que ofrecen experiencias únicas, como la vendimia nocturna por El Hilo de Ariadna, de bodegas Yllera, o Javier Sanz Viticultor con cinco generaciones en la bodega donde han recuperado variedades en desuso, o las Bodegas Mocén en las que se pueden visitar sus galerías subterráneas que datan de los siglos XV y XVI, pero hay muchas más.