Panticosa, una escapada de senderismo y salud en otoño
Turismo de bienestar
Ubicado en el valle de Tena, las actividades de aventura y las termas invitan a una escapada
Arropado por un paisaje de alta montaña, el Balneario de Panticosa (Pirineo de Huesca) sorprende nada más llegar. Sus cimas de más de 3.000 metros, junto a la bondad de las aguas minero medicinales y peloides -ya conocidas en la época romana-, son sólo el principio de una aventura natural.
El destino aragonés, en pleno valle de Tena, emerge a 1.636 metros de altitud en el interior de la cubeta glacial del río Caldarés. Enclave del mejor senderismo y excursionismo, el Balneario de Panticosa es igualmente lugar de culto y de enlaces. La Iglesia de Nuestra Señora del Carmen (año 1875), conocida como la Catedral del Pirineo, celebra bodas todo el año. Plató igualmente de algunas películas y series, las actividades estivales combinan con el esquí y las raquetas de nieve en invierno.
Balneario de Panticosa, envuelta por halo mágico
Cualquiera de los senderos que serpentean el centro pirenaico es motivo para calzarse las botas de montaña. Mención especial merece el mirador de la Reina. Se trata de un lugar accesible para ir con niños, donde los saltos de agua y la vista aérea sobre el balneario -incluyendo el lago y pista de esquí de fondo en invierno-, tienen una instantánea diaria.
El espacio invita, además, a la vida contemplativa o la lectura. Y es que tras la salida de los excursionistas, el centro se convierte en un remanso de paz y tranquilidad. No en vano, un lugar muy adecuado para los que sufren estrés y ansiedad.
El Balneario es cada verano el mejor escenario musical, gracias al festival internacional ‘Tocando el Cielo’. De esta forma, y junto a los conciertos nocturnos en el Auditorio del Casino, los músicos y cantantes -incluyendo a Montserrat Martí Caballé, hija de la desaparecida soprano Montserrat Caballé-, tocan sus instrumentos y afinan sus voces entre los turistas, a orillas de lago.
Bondades de las terapias termo medicinales Balneario del Quiñón
Las termas -con más de 8.500 m2 dedicados al poder del agua- son la esencia del balneario. Se caracterizan por ser aguas hipertermales, que emergen de la tierra a una temperatura de 53º C. Sus propiedades alcalinas y blandas, fluoradas, sulfuradas, bicarbonatadas sódicas y oligometálicas se convierten en la mejor terapia beneficiosa.
Junto a las Termas Tiberio -un gran espacio lúdico destinado al culto al cuerpo-, El Quiñón trata desde hace unos meses diversas patologías y dolencias corporales.
Bajo la dirección del médico Hidrólogo dr. Antonio Hernández Torres y su equipo, Panticosa ha recuperado la esencia de antaño como centro sanitario termo medicinal. En este sentido, trata las patologías reumatológicas, respiratorias y dermatológicas, entre otras.
La esperanza de vida es cada vez más larga y las terapias naturales, como la que procura la ‘peloterapia’, pueden evitar la ingesta de muchos fármacos. Y es que en opinión del dr. Hernández, la calidad de vida es lo más importante para el paciente.
Por El Quiñón pasan a diario todo tipo de personas y de todas las edades y dolencias. Añadir que a partir de septiembre y octubre el balneario será el epicentro de la tercera edad, gracias a los viajes del Imserso.
El centro también ha sido lugar de stages de futbolistas. Clubes como el Osauna o la Sociedad Deportiva Huesca, sin obviar deportistas como el ex ciclista Oscar Pereiro, han probado los tratamientos médicos.
El agua es una de las mejores medicinas”