Este fue el colorido viaje a África de Melania Trump
En imágenes
La gira de la primera dama ha dejado imágenes espectaculares
La primera dama de Estados Unidos, Melania Trump ha viajado a cuatro países africanos -Ghana, Malaui, Kenia y Egipto-, en la que ha sido su primera gira sin su marido, el presidente Donald Trump. Ha sido un viaje relámpago y agotador de cinco días en múltiples zonas horarias, pero en ningún momento ha perdido la sonrisa y se ha comportado como nunca lo hace en su país, y es que el continente africano saca lo mejor de cada uno. La música, las danzas tradicionales, los colores, los niños y los animales han sido las imágenes más vistas durante su aventura.
Empezó su ‘ tour’ en Ghana. A su llegada al Aeropuerto Internacional Kotoka en Accra fue recibida por la primera dama ghanesa Rebecca Akufo-Addo.
Allí presenció un colorido espectáculo de percusión y danza tradicional.
Luego visitó a una clínica infantil y aprendió cómo pesan a los bebés, en el Hospital Regional de Gran. Por el camino se pudieron ver imágenes del día a día de la ciudad.
También aprendió sobre el pasado de los esclavos en África recorriendo el castillo de Costa del Cabo, una antigua instalación de esclavos en la costa de Ghana, a 160 kilómetros al oeste de Accra.
Melania pasó un tiempo dentro de la estrecha mazmorra que se usaba para albergar esclavos varones. Hasta 1.500 personas al día podían estar encerradas en estas mazmorras.
También caminó por la “Puerta del No Regreso”, el portal a través del cual los esclavos era enviados al Nuevo Mundo para no regresar. Una media de 50.000 esclavos salían cada año a través del océano Atlántico.
Poco después, la primera dama accedió al Salón de Obama, llamado así tras la visita del expresidente Barack Obama en 2009. En el interior un grupo de jóvenes realizaron una actuación musical con cuernos tradicionales.
Su segunda parada fue Malaui, en el Aeropuerto Internacional Kamuzu fue recibida por la primera dama Gertude M. Mutharika, donde hubo una ceremonia de bienvenida con bailarines, tambores y cientos de escolares que agitaban banderas de ambas naciones.
Posteriormente, se desplazó hasta la escuela de Primaria Chipala en Lilongwe, donde los estudiantes le dieron la bienvenida. Por el camino salían a su encuentro ciudadanos que la saludaban con una sonrisa.
Recorrió la aulas interiores y observó a algunos estudiantes jugar al fútbol con las pelotas que les donó.
Su tercera parada fue Kenia donde visitó el parque nacional de Nairobi, un lugar único por ser un área protegida a sólo 10 kilómetros del centro de la ciudad, es uno de los principales santuarios de rinocerontes del país, y hogar de un centenar de especies de mamíferos y más de 500 de pájaros, donde destaca la lucha por la conservación de los elefantes.
La primera dama alimentó a dos bebés de elefante con leche de biberón, acariciando la cabeza de un elefante y acariciando la oreja de otro.
Poco después inició un recorrido por el parque donde hizo fotos con su teléfono móvil a las cebras, jirafas e impalas que se cruzaron en el camino.
Más tarde, ese mismo día, la música la acompañó al ritmo de los tambores a su llegada a un orfanato , donde un grupo de niños vestidos con camisetas de color amarillo brillante y fondos estampados la acompañaron hasta el edificio.
Cerró su gira africana en Egipto donde paseó entre las famosas pirámides de Guiza y posó frente a la Gran Esfinge, un monumento construido sobre el año 2.500 a.C. con cuerpo de león y rostro de ser humano que simboliza la fuerza y la razón.
Su paseo continuó por la gran pirámide de Keops, construida en la memoria del faraón Keops hace 4.500 años. La pirámide, una mole de 138 metros de altura, 230 de base y 2,3 millones de bloques de piedra caliza y granito, es las más antigua de las siete maravillas del mundo.
Tras la visita a las pirámides, la primera dama estadounidense se subió al vehículo que la llevó al aeropuerto para poner punto final a su periplo africano