Las playas del desembarco
Normandía
Recorremos las cinco playas protagonistas del Día D, una jornada que cambió el rumbo de la historia
Existen lugares que cambian el rumbo de la historia; escenarios de acciones que han acabado marcando el futuro de la humanidad, como la costa de Normandía, el decorado real en el que el 6 de junio de 1944 decenas de miles de soldados aliados asaltaron sus playas, en lo que sería el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial y, por ende, del dominio de la Alemania nazi.
Siete décadas después, el mundo todavía recuerda la gesta protagonizada por norteamericanos, británicos y canadienses en la Operación Overlord, conocida como Día D -la denominación también referida a la fecha en que se inició la maniobra-. Y la región continúa recibiendo la visita de millones de turistas de todo el planeta que quieren ver de cerca las cinco playas protagonistas y rendir homenaje a los soldados que liberaron Francia. Recorrer la zona supone todo un ejercicio de memoria histórica.
Sword Beach
Esta playa es la más oriental de las cinco que formaron parte del operativo. Situada entre las localidades de Saint-Aubin-sur-Mer y Ouistreham, fue asignada al ejército británico, en colaboración con otras fuerzas, entre las que se encontraban las de la Francia Libre. Sus ocho kilómetros de longitud registraron el mayor número de efectivos: casi 29.000 hombres.
Si visitas Sword Beach no puedes perderte el museo memorial Pegasus , en el que se exponen mil y un objetos de la época, como réplicas de planeadores, vehículos, uniformes, armas e incluso el emblemático puente Pegasus real (el que se encuentra en el exterior es una réplica).
También debes acercarte a otros museos. El primero de ellos es el de la Batería de Merville , donde podrás entrar en los almacenes alemanes e incluso admirar un Douglas C-47 auténtico. El segundo es el del Muro del Atlántico , el Gran Búnker, en Ouistreham, y un tercero es el del Commando N°4 .
Juno Beach
A cinco kilómetros al oeste de Sword Beach, entre Saint-Aubin-sur-Mer y La Rivière, encontramos Juno Beach, una playa que durante el desembarco fue confiada al ejército de Canadá. En las operaciones participaron 14.000 soldados de este país y 9.000 británicos, y en sus casi diez kilómetros, uno puede imaginar solo contemplando los búnkers todavía existentes cómo debió ser la batalla durante aquellos inacabables días de junio.
En Courseulles-sur-Mer encontrarás el Centro Juno Beach , inaugurado en 2003. En él, además de los restos del Muro del Atlántico construido por Rommel, podrás visitar un museo con una extraordinaria exposición permanente que recuerda la participación canadiense en el conflicto.
Aprovecha la ocasión para acercarte al cementerio militar canadiense. Vale la pena.
Gold Beach
Siguiendo hacia el oeste, superada Juno Beach, localizamos Gold Beach. Los ocho kilómetros de esta playa, destinada al ejército británico -con más de 25.000 soldados-, abarca las localidades de La Rivière, Arromanches-les-Bains y Port-en-Bessin.
Este punto sirvió a los Aliados para construir el puerto artificial de Mulberry (o puerto Churchill), cuyas estructuras de hormigón permitieron facilitar las operaciones durante la invasión. Todavía podrás contemplar restos de esta impresionante infraestructura a pie de playa.
Por este motivo, una de las visitas obligadas es precisamente el museo del Desembarco de Arromanches, construido en el mismo punto en el que fue edificado el puerto artificial, y unos cinco kilómetros al norte, en Longues-sur-Mer, los restos de las baterías alemanas desde donde las tropas nazis lanzaban sus bombardeos.
Omaha Beach
A 24 kilómetros de Gold Beach, encontramos Omaha Beach, la más famosa de las cinco playas, escenario de cruentos enfrentamientos. En ella murieron más de cuatro mil combatientes, por lo que popularmente es conocida también con el sobrenombre de Bloody Omaha. Asignada al ejército de Estados Unidos, se extiende a lo largo de ocho kilómetros, entre Vierville-sur-Mer, Saint-Laurent-sur-Mer, Colleville-sur-Mer y Honorine-des-Pertes.
En esta zona hay diversos puntos especialmente interesantes, como el museo memorial de Omaha Beach , en Saint-Laurent-sur-Mer, un centro con abundante material de la época, que incluye armas y vehículos utilizados durante el desembarco, fotos, en incluso recreaciones. En la misma localidad encontramos una imponente escultura de metal, denominada Les Braves (los valientes), que pretende homenajear a los fallecidos en la contienda.
Puedes acercarte también hasta el Pointe du Hoc, en Cricqueville-en-Bessin, un acantilado situado entre Omaha y Utah Beach abierto al público, en el que pueden visitarse las impresionantes defensas.
La última propuesta en esta zona es el cementerio y memorial americano de Colleville-sur-Mer, un conmovedor recinto de 70 hectáreas en el que 9.387 lápidas perfectamente alineadas recuerdan a los soldados americanos muertos.
Utah Beach
La última de las cinco playas es la más occidental. Situada entre Sainte-Marie-du-Mont y Quinéville, sus cinco kilómetros, también fueron escenario de la operación de las tropas estadounidenses. Las maniobras, en las que participaron 23.250 efectivos, fueron todo un éxito, ya que apenas encontraron resistencia alemana.
En el punto del desembarco de los primeros soldados se ha construido un museo que detalla con precisión y de forma cronológica el desarrollo de los hechos. Objetos e historias personales, vehículos terrestres y anfibios ilustran perfectamente escenas de guerra. La exposición incluye un bombardero B-26 Marauder, una auténtica joya.
La playa de Utah, ubicada en una área natural protegida, ofrece una imagen que recuerda a la del 6 de junio de 1944. En la arena, entre alambres de espino, descubrimos numerosos restos del desembarco. Aquí, la memoria -como no podría ser de otra forma- se mantiene viva.