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Volar en globo, romanticismo a vista de pájaro

Ideas

De Europa a Asia, pasando por África y Oceanía, descubrimos siete rincones desde donde contemplar la tierra desde una perfectiva distinta

Globos sobrevolando la Capadocia (Turquía)

NicoElNino / Getty Images/iStockphoto

Desde que los hermanos Joseph y Jacques Montgolfier protagonizaran el primer vuelo de la historia a bordo de un globo aerostático a finales del siglo XVIII, la pasión por este medio de transporte se ha mantenido hasta nuestros días rodeada de una aureola de romanticismo.

Más allá de grandes viajes, reservados a intrépidos aventureros y de protagonistas de célebres relatos, hoy, volar en globo nos ofrece la oportunidad de contemplar la tierra desde una perspectiva distinta. A bordo, el tiempo se detiene y la naturaleza se muestra en todo su esplendor en un silencio que adquiere nuevo sentido. Hemos seleccionado algunos rincones del mundo en los que disfrutar de esta experiencia en estado puro. ¿Nos acompañas?

La Capadocia (Turquía)

Imagen de globos aerostáticos sobre la Capadocia (Turquía)

TPopova / Getty Images/iStockphoto

Si un lugar invita a volar en globo este es, sin duda alguna, la Capadocia, una región donde la naturaleza refleja su cara más caprichosa. Entre depresiones, cañones y barrancos, sobresalen las “chimeneas de hadas”, formaciones rocosas que presentan formas de lo más original.

La imagen de infinitos puntos de colores sobre el cielo se ha convertido en una de las postales más icónicas del interior de Turquía. Surcar el aire de la Capadocia -sobre todo al amanecer- ofrece la posibilidad contemplar el paisaje desde una perspectiva sorprendente, sobre todo, cuando la pericia de los pilotos experimentados permiten acariciar las rocas. Existe una gran propuesta de vuelos, aunque una experiencia estándar puede costar alrededor de 150 euros.

Bagan (Birmania)

Bagan (Birmania)

ugurhan / Getty Images

Impactante, espectacular y mágico son solo tres de los adjetivos que suelen utilizar aquellos que han tenido el privilegio de sobrevolar los templos de Bagan, la antigua capital del imperio de Pagan. Sus más de 2.200 construcciones -llegaron a contabilizarse cuatro mil- en una superficie de solo 42 kilómetros cuadrados adquieren más belleza, si cabe, desde el cielo.

Hacerlo no es barato -puede llegar a costar alrededor de 350 euros-, pero rechazar la propuesta acarreará más de un lamento en el futuro. La visión de decenas de templos entre la vegetación a la vez -en ocasiones uno no alcanza a contabilizar todos los que los que aparecen ante los ojos- permanece intacto en la retina por largo tiempo.

Parque Nacional Masai Mara (Kenia)

Una jirafa bajo un globo en la reserva Masai Mara de Kenia

WLDavies / Getty Images

Los más de 1.500 metros cuadrados del Parque Nacional Masai Mara, al sur de Kenia, se convierten en uno de los escenarios más espectaculares del mundo para ser contemplados desde el cielo. Rinocerontes, hipopótamos, guepardos, jirafas, hienas y ñus, entre otros muchos animales viven en libertad en un territorio de interminables llanuras.

La posibilidad de disfrutar de amaneceres y atardeceres de lujo y de descubrir zonas protegidas a las que no está permitido el acceso en coche, convierte los vuelos en globo por la zona en un auténtico privilegio. El único inconveniente también es el precio: alrededor de 380 dólares (320 euros).

Queenstown (Nueva Zelanda)

Un globo aerostático sobrevuela Queenstown (Nueva Zelanda)

daneady / Getty Images/iStockphoto

Al suroeste de la Isla Sur de Nueva Zelanda, en plenas antípodas, sobresale Queenstown, una hermosa localidad acomodada entre imponentes cadenas montañosas a orillas del lago Wakatipu, frecuentada por amantes de la naturaleza y de la aventura. La espectacularidad del escenario la ha convertido en uno de los lugares del mundo más hermosos para ser contemplado desde el cielo.

Existen diversas compañías que ofrecen la posibilidad de avistar los Alpes del Sur o el lago y otros paisajes en los que se han rodado películas como El Hobbit. La experiencia tiene un precio: 320 dólares (alrededor de 267 euros).

Desierto de Wadi Rum (Jordania)

Desierto de Wadi Rum (Jordania)

Turismo de Jordania

“Inmenso, solitario… como tocado por la mano de Dios”, con estas palabras definía en su día Lawrence de Arabia el paisaje de Wadi Rum, un desierto jordano de arenas de color óxido e impresionantes desfiladeros. Sobrevolar el “Valle de la Luna” -nombre con el que es conocido- regala imágenes casi irreales.

Una de las opciones más recomendables es pasar la noche en medio del desierto y aprovechar para deleitarse de la belleza del lugar al amanecer. Hacerlo es una experiencia irrepetible, que puede costar alrededor de 170 euros.

Château d’Oex (Suiza)

Festival de globos de Château d’Oex (Suiza)

stevenallan / Getty Images

Entre las localidades de Gstaad y Greyerz -la cuna del queso Gruyère-, a unos 80 kilómetros de Lausana, encontramos Château d’Oex, un pequeño pueblo suizo conocido como la capital de los vuelos en globo. Y es que además de ser un rincón alpino en el que durante todo el año -también en invierno- es posible contratar vuelos, cada año celebra el Festival Internacional de Globos Aerostáticos.

El certamen, que tiene lugar el mes de enero y que en 2018 alcanzará su 40ª edición, supone una gran oportunidad de volar y disfrutar de numerosas fiestas nocturnas. El Espace Ballon, un museo sobre la historia de los globos, complementa una oferta particular de lo más interesante.

La Garrotxa (Girona)

Un globo sobrevuela la Garrotxa (Girona)

peresanz / Getty Images/iStockphoto

No hace falta cruzar medio mundo para vivir una experiencia única desde el aire. Y es que las comarcas de Girona se han convertido en uno de los lugares más populares de Catalunya para realizar paseos en globo aerostático. La posibilidad de sobrevolar el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa y la Alta Garrotxa en cualquier época del año permite disfrutar de unos contrastes solo perceptibles desde el aire.

El volcán Croscat y de Santa Margarida, la Fageda d’en Jordà y algunos de los pequeños pueblos medievales que los rodean dibujan un rico espectáculo cromático. El precio para un adulto suele situarse alrededor de los 150 euros -aproximadamente la mitad los niños-, lo que convierte la propuesta en una interesante opción de turismo familiar.