Loading...

Escapada por el Burdeos más señorial y vinícola

Gourmet

La ciudad francesa nos abre las puertas a su historia, a los viñedos más exclusivos y a una gastronomía sofisticada y creativa

Burdeos es la capital del vino y sede de unos de los conjuntos arquitectónicos más importantes de Europa

Burdeos Turismo

Burdeos es popularmente conocida como “la pequeña París”, un buen apodo que se refleja en la majestuosidad de una ciudad que además de tener a sus espaldas una rica historia y un gran legado arquitectónico tiene el honor de ser una de las mayores destinaciones turística para los amantes de la enología.

La ciudad es perfecta para perderse por sus estrechas calles, puesto que la mayoría de ellas son peatonales. Un paseo por el centro nos permitirá descubrir los encantos que esconde Burdeos, que tiene protegidos más de 300 monumentos y cuyo centro histórico forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 2007.

La Place de la Comédie con el Gran Teatro de Burdeos

Sam Maes

Los edificios históricos de la ciudad, de estilo neoclásico, están construidos con una piedra caliza local y en los últimos años la mayoría de las fachadas se han sometido a un proceso de limpieza profunda que les ha dado una nueva vida.

El punto neurálgico es la Place de la Comédie, una plaza totalmente peatonal y donde convergen las principales arterias de la ciudad. Aquí se encuentra el imponente Gran Teatro, hoy día sede de la Opéra National de Bordeaux, y el majestuoso Gran Hôtel de Bordeaux.

Burdeos tiene protegidos más de 300 monumentos históricos de la ciudad”

Además, la plaza tiene acento catalán ya que en una de las esquinas se ubica una estatua gigante de la cara de una mujer realizada por el artista Jaume Plensa. La obra de arte fue cedida a la ciudad por un mecenas del que se desconoce su identidad.

Aquí también empieza Sainte Catherine, una de las calles comerciales más largas de Europa, con 1,2 kilómetros de largo. La calle peatonal cruza todo el centro de la ciudad, por lo que es un punto de paso obligado, especialmente para aquellos que quieran ir de compras a algunas de las tiendas más exclusivas.

Sainte Catherine es una de las calles comerciales más largas de Europa”

El legado histórico

Burdeos conserva uno de los mejores legados del siglo XVIII y XIX en Europa, así como sus vestigios medievales, entre los que se encuentran varias puertas fortificadas en forma de arco de triunfo.

La más imponente es La Grosse Cloche, del siglo XVIII, uno de los campanarios más antiguos de Francia. El prestigioso lugar sirvió en su momento como prisión y se la conocía como el hotel del Lion d’Or, en alusión al escudo de armas que se puede ver en la parte de arriba del monumento.

La ciudad conserva todavía algunas de las puertas fortificadas que la protegían durante la época medieval”

No muy lejos de ahí se conserva en perfecto estado la Porte Cailhau, de 35 metros de altura, que fue considerada desde su construcción en 1495 y hasta la revolución francesa la entrada real a la ciudad. Al otro lado de la puerta nos encontramos con una pequeña plaza llamada Place de Palais, el lugar perfecto para disfrutar de un momento de descanso en una de las terrazas.

Merece la pena pasear por el barrio histórico de Saint Pierre, uno de los más animados de la ciudad, con pequeñas calles, plazas y numerosos cafés y restaurantes en los que disfrutar de un rato agradable envuelto en los alrededores por edificios del siglo XVIII.

La Place du Parlement y su fuente en el centro y la Place Saint Pierre, donde se encuentra la iglesia que lleva el mismo nombre, son sitios de paso obligados en nuestra visita a Burdeos.

El templo del vino

En junio de 2016 abrió las puertas la Ciudad del Vino (La Cité du Vin), un espacio dedicado al vino y a su producción en todo el mundo. El museo es una estructura de cristal y aluminio que recuerda al Museo Guggenheim de Bilbao, por lo que algunos ya lo conocen como el Guggenheim del vino.

El Guggenheim del vino es el edificio más moderno de la ciudad

Sam Maes

En su interior, más de 3.000 metros cuadrados ofrecen al visitante una experiencia única e interactiva para los cinco sentidos – especialmente para el olfato, un aspecto muy importante en el mundo de la enología- de la historia del vino.

En la octava planta se encuentra un mirador desde donde poder disfrutar de una copa de vino con vistas al río y en la entrada del museo hay una tienda con centenares de referencias de vinos de todo el mundo.

En la octava planta se encuentra un mirador donde disfrutar de una copa de vino ”

Es fácil llegar en tranvía desde el centro de la ciudad o si el tiempo es bueno se puede llegar paseando o en bici a lo largo de los cuatro kilómetros de muelle que transcurren a orillas de río Garona, y que están considerados uno de los más bellos del mundo.

Castillos y viñedos, la postal perfecta

Burdeos cuenta con más de 12.000 hectáreas de viña gracias a las que se elaboran anualmente cerca de 700 millones de botellas de vino, entre ellas las más prestigiosas del mundo.

La producción vinícola se realiza en los más de 8.500 castillos (châteaux) repartidos por toda la zona, algunos de ellos de gran belleza arquitectónica e histórica. Una parte de estos castillos están abiertos al público para visitas y catas de vinos en un ambiente único.

Burdeos cuenta 60 denominaciones de origen vinícolas

Vincent Bengold / Vincent Bengold

Uno de los castillos icónicos de Burdeos es el Châteux Pape Clement, en la región vínicola de Pessac, propiedad del magnate Bernard Magrez y cuya primera botella se produjo en 1252. El nombre del castillo está dedicado al propietario de este lugar en el siglo XIV, Bertrand de Goth, que en 1305 fue elegido Papa bajo el nombre de Clement V.

El interior del castillo, que actualmente cuenta con seis lujosas y majestuosas habitaciones, está cuidado al máximo detalle, desde el mobiliario hasta la enorme colección de obras de arte.

El castillo Pape Clement está rodeado de 30 hectáreas de viñedos

Sam Maes

Para los que quieran convertirse en enólogos por un día, ofrecen la posibilidad de realizar un taller de elaboración de nuestro propio vino, en el que conoceremos de primera mano el proceso de elaboración del vino, las diferentes variedades de uva – merlot y sauvignon blanc- y las propiedades de cada una de ellas. La experiencia nos permitirá embotellar nuestro vino, crear el ensamblaje, imprimir una etiqueta personalizada y llevarnos la botella de recuerdo.

En el Châteux Pape Clement podemos elaborar y embotellar nuestra botella de vino”

El Château La Dophine también es una de las visitas obligadas, puesto que es uno de los productores de vinos más antiguos de la región del Fronsac. Aunque el castillo fue construido en 1750, la producción de vino en las viñas que rodean el lugar empezó a finales del siglo XVII. Actualmente cuentan con 53 hectáreas de viñas, todas ellas tratadas de forma biodinámica.

El castillo ofrece visitas guiadas por las instalaciones de producción del vino, las viñas y el espectacular interior del castillo, así como la degustación de sus vinos.

Un parte de los 'châteaux' están abiertos al público y ofrecen degustaciones de los vinos que producen”

Los amantes del arte moderno pueden visitar el Châteux Cheval Blanc en Saint-Émilion, que cuenta con una original bodega anexa al edificio diseñada por el artista Christian de Portzamparc en base a curvas de cemento.

Por su parte, el artista Philippe Starck ha diseñado recientemente la nueva bodega del Château les Carmes Haut-Brion en las afueras de Burdeos, una obra de arte que alberga en su interior más de 300 barricas y que se puede visitar.

Saint-Émilion, la ciudad medieval

A unos 30 minutos de Burdeos se encuentra Saint-Émilion, una espectacular ciudad medieval que da nombre a una de las mayores áreas vinícolas de la región. La ciudad, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, cuenta con calles de auténtica postal.

La ciudad medieval de Saint-Émilion cuenta con calles de auténtica postal”

El nombre de la ciudad proviene del monje del mismo nombre, que se instaló en el siglo VII en la iglesia del lugar, inusualmente excavada en la roca y en la que se pueden observar los distintos periodos de construcción románico y gótico. Para acceder a la parte alta de la iglesia hay que subir casi 200 escalones, aunque el esfuerzo merece la pena.

Este es el lugar perfecto para aquellos quieran comprar algunos de los vinos Gran Crus más exclusivos de la zona. Aunque la ciudad es minúscula, existen múltiples tiendas de vinos donde encontrar los caldos más selectos, a precios que pueden llegar hasta los 4.000 euros o más por una botella de vino del año 1946.

Se pueden adquirir vinos de más de 4.000 euros la botella”

Gastronomía para todos los gustos

Burdeos tiene el honor de coronar la lista de las ciudades con una mayor concentración de restaurantes por habitante. Aunque el número va variando día a día, se calcula que hay más 1.000 en la ciudad.

Abierto en Julio de 2015, Côté Rue se ha convertido en uno de los restaurantes más creativos de la ciudad. Si queremos ser sorprendidos por el chef la mejor opción es escoger el menú sorpresa, en el que podremos degustar las diferentes creaciones que preparan desde la cocina, abierta al comedor.

En Côté Rue la mejor opción es escoger el menú sorpresa”

Entre los comensales destaca la presencia de muchos bordeleses que quieren deleitar su paladar con una cocina refinada, simple y con productos frescos y disfrutar de la mejor selección de vinos recomendamos por el sumiller.

Caballa con puré de té de matcha, uno de los platos estrella de Côté Rue

Sam Maes

En el centro de la ciudad hay gran variedad de restaurantes, para todos los bolsillos. Los más recomendables son las tradicionales bistrots y braserías francesas, todos ellos con una amplia selección de vinos de la región y algunos de ellos con terrazas exteriores ideales para los meses de verano.

Los paladares más selectos y exigentes también tienen un lugar reservado en Burdeos. En la primera planta del Intercontinental Bordeaux Le Grand Hotel, el chef británico Gordon Ramsay presenta Le Pressoir d’Argent, un restaurante elegante y lujoso con dos estrellas Michelin en el que podremos degustar los mejores platos elaborados con la máxima atención al detalle por parte del chef israelí Gilad Peled.

Rodaballo rustido en mantequilla de algas, una de las creaciones de Gordon Ramsay

Claude Prigent

Tras sentarnos en la mesa entenderemos de donde viene el nombre de restaurante. El Pressoir d’Argent es una presa de langosta construida en plata maciza y de la de que únicamente hay cinco en todo el mundo. Una de ellas está en este restaurante y se utiliza para elaborar uno de los platos estrellas de la carta, el langostino cocido en heno, calabaza y trufa.

El menú degustación ofrece al comensal un viaje por diferentes creaciones excepcionales y una mezcla de sabores que no nos dejará indiferente. Entre las perlas de la corona se encuentra el tartar de ternera con salsa de ostras y caviar de la región francesa de Aquitania o el lomo de venado escocés ahumado con foie gras salteado, chocolate y una reducción de Pedro Ximenez.

Por su parte, el chef francés Pierre Gagnaire propone en su restaurante de dos estrellas Michelin en la Grande Maison de Bernard Magrez un menú elaborado con productos de la región y que convertida nuestra velada en una experiencia gastronómica única.

Vista del restaurante de Pierre Gagnaire en Burdeos

Mathieu Mamontoff

La carta es quizás una de las más detalladas que nunca nos hayamos encontrado, con creaciones culinarias divididas en secciones (la tierra, el mar y los postres) y con una descripción al detalle de cada uno de los platos ofrecidos, los productos utilizados y el tipo de cocción.

Con la llegada de la primavera, el chef nos propone un menú degustación con un recorrido por todos los sabores y texturas características de esta época del año. Entre los productos no faltan los espárragos o el foie gras de pato. La degustación finaliza con el grand dessert, un conjunto de pequeños postres diseñados por el mismo Gagnaire que no nos dejaran indiferente.

A nadie le amarga un dulce

Aunque parezca mentira, el vino también tiene una relación directa con uno de los productos dulces más representativos de la ciudad.

El canelé es un pequeño pastel cilíndrico crujiente por fuera y esponjoso por dentro y que se hornea a dos temperaturas distintas en unos moldes especiales de cobre y que se puede encontrar en cada rincón de Burdeos.

El 'canelé' es uno de los dulces más tradicionales de la ciudad

Burdeos Turismo

La historia cuenta que las claras de huevo de los productores de vino locales, que solo usaban la yema para clarificar sus vinos, eran donados a las monjas de un convento, que realizaban estos dulces para repartir entre los más necesitados. Otros ingredientes claves en la elaboración de este manjar como el azúcar, la vainilla o el ron también eran donados.

Dormir como un rey

En el interior de una mansión del siglo XIX se encuentra Yndo Hotel, un establecimiento de 5 estrellas donde la finura y el lujo son los protagonistas. Las estancias del hotel - como la sala de estar o el comedor donde sirven el desayuno y la cena - solo pueden ser usadas por los huéspedes, por lo que la experiencia de alojarse en Yndo se convierte en única.

Sus 12 habitaciones disponen de una decoración y un mobiliario diferente en cada una de ellas pero con un punto en común: una decoración moderna y peculiar que hará de nuestra estancia un momento inolvidable.

El Hotel Yndo proporciona una experiencia exclusiva para el huésped

Sam Maes

Otro aspecto singular de este hotel es que no hay un horario preestablecido para el desayuno y todos los productos servidos son fait maison - hecho en casa -, incluidas las mermeladas de plátano, naranja, albaricoque o arándanos. Si te quedas enamorado de algunas de ellas, en la recepción se pueden adquirir.

La mejor forma de llegar a la ciudad es en avión. El aeropuerto de Bordeaux-Merignac está situado a poco más de 12 km. del centro de la ciudad. Vueling ofrece la ruta entre Barcelona y Burdeos varias veces por semana desde 34€ por trayecto.

La oficina de turismo de Burdeos ofrece en su página web información en español de los mejores planes para hacer en la ciudad, así como rutas guidas o excursiones a los viñedos de los alrededores de la ciudad. Más información en www.burdeos-turismo.es.

La mejor forma de llegar a la ciudad es en avión”