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Cómo pasar un fin de semana gratis en Berlín

Low cost

14 propuestas para disfrutar de la capital alemana sin gastar ni un solo euro

East Side Gallery de Berlín

bluejayphoto / Getty Images

Visitar Berlín es pasear por un auténtico museo al aire libre. Su historia reciente la ha convertido en una de las ciudades que despierta mayor interés entre turistas de todo el mundo que quieren conocer de cerca los escenarios en los que han tenido lugar algunos de los episodios políticos y sociales más impactantes del último siglo.

Sin embargo, hacerlo no tiene por qué suponer un gran dispendio económico. Y es que la capital alemana ofrece mil y una posibilidades de descubrirla y disfrutarla sin necesidad de gastar un solo euro. Encontrarás billetes y alojamiento a bajo precio... nosotros te ofrecemos interesantes propuestas para vivir intensamente la ciudad en pocos días (aunque existen muchas más).

Visitar el Reichstag

Detalle de la cúpula de Reichstag de Berlín

ThomasSaupe / Getty Images

El Reichstag es, sin duda, todo un símbolo de la reunificación alemana y de Berlín y, por lo tanto, una visita imprescindible para quien viaje a la ciudad. Para ello, deberás hacer alguna que otra cola y someterte a estrictas medidas de seguridad, pero coincidirás con nosotros en que entrar en la sede del Parlamento alemán vale la pena.

El edificio, levantado en 1884 y reconstruido primero después de la Segunda Guerra Mundial y posteriormente tras la reunificación, es una obra coronada por una espectacular cúpula de cristal proyectada por Norman Foster, abierta al público y dotada de gran simbolismo. Con ella se quiere recordar que los ciudadanos siempre están por encima de los políticos, que se sientan justo debajo de ella.

La cúpula tiene una imponente estructura coniforme con espejos que reflejan la luz por toda la bóveda. Su moderno diseño permite transitar por el interior en un circuito en espiral, mientras se contemplan las mejores vistas de Berlín en 360º.

Para realizar la visita es imprescindible inscribirse en una oficina situada frente al Parlamento. Planifícala con tiempo, ya que la demanda es grande, y no olvides el DNI o el pasaporte.

Deambular por el interior del Monumento del Holocausto

Monumento al Holocausto, en Berlín

andrearoad / Getty Images

A poca distancia del Parlamento y de la Puerta de Brandenburgo, una composición de 2.711 losas de hormigón de distintas alturas cuidadosamente ordenadas sorprende e impacta por igual a los paseantes. Se trata del Monumento a los judíos de Europa asesinados, conocido popularmente también como Monumento al Holocausto, una obra que pretende rendir homenaje a seis millones de víctimas.

Diseñado por Peter Eisenman y Buro Happold, e inaugurado en 2005, la construcción invita a ser recorrida por un interior que ofrece extrañas e inquietantes sensaciones provocadas por un decorado gris y desnudo y los sonidos de los pasos propios y de extraños.

Revivir la barbarie nazi

Topografía del Terror, exposición al aire libre en la antigua sede de la Gestapo de Berlín

hanohiki / Getty Images

Otra de las visitas imprescindibles- y gratuitas- es uno de los escenarios más siniestros de la antigua capital del Tercer Reich, la sede de la dirección de las SS. Situada junto al edificio Martin Gropius y cerca de la Potsdamer Platz, en ella hoy se exhibe ‘Topografía del Terror’, una emocionante exposición que documenta los crímenes cometidos allí desde que los nazis tomaran el poder.

Una muestra al aire libre y otra en el interior, que puede complementarse con proyecciones y visitas guiadas, permite conocer de cerca la barbarie. También aquí, pueden apreciarse restos de algunas de las partes del muro que todavía permanecen en pie, testigos de otro de los grandes episodios históricos que golpearon a la ciudad durante el siglo XX.

Descubrir fragmentos del muro

Fragmentos del muro en el centro de Berlín

otoFFoto / Getty Images/iStockphoto

Y es que precisamente uno de los impactos emocionales más grandes al llegar a la ciudad es descubrir restos del muro que entre el 13 de agosto de 1961 y el 9 de noviembre de 1989 dividió Berlín en dos. En determinadas zonas, las huellas se reducen a marcas en el pavimento que, sorprendentemente en algunas ocasiones finalizan frente a la pared de un edificio, lo que deja al descubierto que la separación entre la sección Oriental y Oriental fue total.

El memorial del Muro de Berlín recuerda la división y permite sentir la angustia que provocaba la existencia de la tapia. Junto a la línea fronteriza antigua de la Bernauer Strasse, además del muro, podemos contemplar todavía una torre de vigilancia. En el Centro de visitantes es posible conocer la historia de la construcción y la situación de una ciudad dividida.

Contemplar la East Side Gallery

Una de los murales del East Side Gallery de Berlín

Bernhard Richter / Getty Images

La otra cara de la valla nos ofrece un sinfín de murales de colores firmados por artistas internacionales: la East Side Gallery, una extensión de 1,3 kilómetros del muro situado a lo largo del río Spree, en Friedrichshain. Convertida en un canto a la libertad, esta particular y espectacular galería artística -la más grande al aire libre del planeta- es, sin duda, otro de los grandes imprescindibles al visitar la capital alemana.

La East Side Gallery fue creada tras la caída del muro, y en ella participaron 118 artistas de 21 países. Entre las creaciones célebres, seguro que recuerdas el famoso beso entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker, en su día mandatarios de la Unión Soviética y de la República Democrática Alemana, respectivamente.

Revivir la Guerra Fría en el Checkpoint Charlie

Checkpoint Charlie. Berlín

gameover2012 / Getty Images

Aunque en la actualidad se ha convertido en un punto absolutamente turístico, resulta interesante acercarse hasta el que durante la Guerra Fría fue el punto fronterizo principal utilizado por diplomáticos y extranjeros para cruzar la línea que separaba las dos partes de la ciudad desde 1961: el Checkpoint Charlie.

El antiguo paso está situado junto al Museo del Muro. Cuenta con una placa y una instalación del artista Frank Thiel, que recuerdan lo que supuso en su momento. En este punto, se impone hacerse la foto de rigor.

Visitar el campo de concentración de Sachsenhausen

Entrada al campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín

Henri Sivonen / Flickr

Aunque no era el campo de concentración más grande del Tercer Reich, Sachsenhausen -situado a una hora escasa del centro de la capital-, fue entre 1936 y 1945 uno de los más destacados, ya que por sus instalaciones pasaron alrededor de 200.000 personas obligadas a trabajar como esclavas para fábricas de la zona.

Como era habitual, a las puertas del campo de trabajo, un cartel con el lema Arbeit macht frei (el trabajo te hará libre) recibía a los prisioneros, muchos de los cuales murieron por las condiciones de vida infrahumanas, por los experimentos médicos o por la inhalación de gas. Te recomendamos que optes por uno de sus tours gratuitos. Son toda una experiencia que no te dejará indiferente.

Mercadillo y karaoke en el Mauerpark en domingo

Kareoke en el Mauerpark, un mercado de las pulgas de Berlín

mbbirdy / Getty Images

Si te gustan los mercadillos, en Berlín lo pasarás bien en alguno de los que se establecen los fines de semana por la ciudad, y en los que podrás comprar todo tipo de productos de segunda mano, gangas, ropa, o recuerdos de la antigua RDA. Uno de los más curiosos es Mauerpark, donde el domingo, además, podrás hacer picnic en el parque y asistir a un multitudinario karaoke al aire libre.

Y es que tras la comida, por la tarde, se reúnen centenares -o miles- de personas de todas las edades para presenciar un curioso espectáculo en el que tu también puedes ser protagonista. Si quieres cantar, debes hacer cola y apuntarte en una lista en la que figurarán -seguro- artistas de lo más ecléctico. El público está garantizado.

Escuchar un concierto de música clásica

Violinistas en pleno concierto

cyano66 / Getty Images/iStockphoto

También en clave musical, pero en otro estilo, si te gusta la música y alargas tu estancia, puedes acercarte hasta la Filarmónica de Berlín para presenciar gratuitamente uno de sus Conciertos de mediodía (Die Lunchkonzerte). Las audiciones de pequeños grupos y solistas tienen lugar cada martes, de septiembre a junio, a partir de la una de la tarde, en el vestíbulo.

Por cuestiones de seguridad, el aforo de la Filarmónica se limita a 1.500 personas, por lo que te recomendamos llegar con unos 45 minutos de antelación para asegurarte un asiento. Los conciertos suelen durar alrededor de tres cuartos de hora.

Acercarte hasta Hackesche Höfe

Jóvenes visitando Hackesche Höfe de Berlín

tupungato / Getty Images

En tu visita a Berlín tampoco puedes perderte Hackesche Höfe, la mayor zona de patios cerrados de Alemania. Los encontrarás en el barrio de Spandau, convertido en una zona de moda de la capital. La mayoría de los edificios que los conforman han sido restaurados y convertidos en bares, restaurantes y oficinas.

Pasear por alguno de los ocho patios existentes te permitirá descubrir una parte sorprendente y desconocida.

Visitar un peculiar museo de coches antiguos

Detalle de un coche antiguo

Tycson1 / Getty Images/iStockphoto

Aunque no se trata de un museo al uso, el Classic Remise Berlin merece una visita. Inaugurado en 2003, es algo así como un centro dedicado a los coches antiguos. Construido en un histórico depósito de tranvías rehabilitado, en sus instalaciones se encuentran garajes, restaurantes, tiendas de repuestos, ropa y accesorios ideales para los amantes del motor.

Fue inaugurado en 2003 y en la actualidad es todo un referente del tema. No te lo puedes perder.

Disfrutar de un tour gratis por la ciudad

Un grupo de turistas haciendo cola en Berlín

Magda Bigas

Si cuentas con bajo presupuesto o prefieres conocer la ciudad de una forma distinta a la tradicional, puedes optar por un tour gratuito. Se trata de recorridos por Berlín que no tienen un precio establecido, sino que se basan en un sistema de propinas, lo que permite adaptarlo a tu presupuesto.

Los guías suelen ser lugareños que ofrecen una visión de la capital más “auténtica”, con detalles que no siempre salen en los tours clásicos, lo que convierte la experiencia en una opción interesante para los viajeros más alternativos.

De pícnic en Tiergarten o Tempelhof

Tiergarten, el céntrico parque de Berlín, en otoño

pictureimpressions / Getty Images/iStockphoto

El buen tiempo atrae a los berlineses a Tiergarten, el enorme y céntrico parque urbano que tiene de todo, por lo que si quieres emular a un local, refúgiate entre árboles y serpenteantes caminitos, relájate junto al lago y disfruta de un buen picnic. Nadie te mirará mal por comer tranquilamente en alguno de sus deliciosos rincones.

Más alejado del centro, encontrarás Tempelhofer Feld, el antiguo aeropuerto reconvertido en parque tras su cierre en 2008. Allí, además de pasear, patinar, correr o ir en bici, podrás preparar tu barbacoa o una comida campestre...

Y, por supuesto... cruzar la Puerta de Brandenburgo

Puerta de Brandenburgo. Berlín

sborisov / Getty Images/iStockphoto

La Puerta de Brandenburgo se convirtió, tras al reunificación de Alemania en el gran símbolo del país. Y es que esta elegante construcción de arenisca, edificada al estilo de la Acrópolis de Atenas, erigida junto a la Pariser Platz, fue inaccesible para los berlineses durante los años de la Guerra Fría.

Hoy, en cambio, totalmente rehabilitada es uno de los centros neurálgicos de la capital, y uno de los puntos más visitados por los turistas. Junto a la Puerta de Brandenburgo se encuentra el Reichstag, el Tiergarten o el Monumento al Holocausto, entre otros. ¡No digas adiós a Berlín sin cruzarla!