Happy birthday ‘Lady Liberty’
Nueva York
El viernes 28 se cumplen 130 años de la inauguración de la estatua de la Libertad
Convertida en todo un símbolo, la estatua de la Libertad, instalada en una isla del puerto de Nueva York a unos 2,5 kilómetros del extremo sur de Manhattan, cumple mañana sus primeros 130 años. La escultura que llegó a los estados Unidos procedente de Francia fue un regalo de este último como muestra de los cien años de amistad entre ambos países.
‘Lady Liberty’, nombre con el que es conocido el monumento -su nombre completo es Liberty Entlightening the World (la libertad iluminando al mundo)- es visitada cada año por más de cuatro millones de turistas, lo que la convierte, junto con otras atracciones como el Empire State o el Rockefeller en uno de los principales reclamos de la ciudad.
Sin embargo, en noviembre de 2012, las autoridades se vieron obligadas a cerrarla al público tras el paso del huracán Sandy, que le provocó considerables desperfectos. Tras meses de reparación, fue reabierta de nuevo el 4 de julio del año siguiente.
Un símbolo de altura
El monumento, obra de Fréderic-Auguste Bartholdi, representa a Libertas, la diosa romana de la libertad, caminando, vestida con una túnica, mientras porta en su mano derecha una antorcha y en la mano izquierda una tabla con la fecha de la independencia estadounidense esculpida. La escultura termina en su parte superior con una corona de siete puntas que simbolizan los siete mates y continentes.
La figura mide 46 metros, si bien, desde el suelo hasta la punta de la antorcha alcanza los 92,9 metros. Cuenta con 354 escalones hasta la cima y 25 ventanas en la corona, donde se encuentra el mirador. El museo, ubicado en el pedestal, además de descubrir la historia, permite contemplar replicas en tamaño real del rostro, el pie y la antorcha, y ver otros objetos.
Desde su inauguración el 28 de octubre de 1886 por parte del presidente Grover Cleveland y durante décadas, Lady Liberty dio la bienvenida a generaciones de inmigrantes que llegaban en barco a los Estados Unidos en su viaje hasta Ellis Island. En estos 130 años no ha llegado a convertirse en faro, como era el objetivo inicial, pero se ha consolidado como un gran monumento que brilla con luz propia.