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Comillas, villa marinera y tesoro arquitectónico

Además de ser un marco natural incomparable, la localidad cuenta con algunas obras cumbre del modernismo en España, gracias al patronazgo del primer marqués de Comillas

El Capricho de Gaudí, en Comillas (Cantabria)

Propias

Enclavada en el Cantábrico y con una escarpada costa, encontramos Comillas, a medio camino entre villa marinera y tesoro arquitectónico. Con aire noble y señorial, este pueblo es uno de los más célebres y visitados de toda Cantabria. Además de tener un marco natural incomparable, cuenta con algunas de las obras cumbre del modernismo en España.

Por si esto fuera poco, la villa posee un encantador barrio de pescadores donde podemos saborear el mejor pescado recién salido del mar y, por supuesto, el afamado cocido montañés, a base de alubias, berza, patata y matanza de cerdo. Esta tierruca nos enamorará a cada paso.

Aunque conserva importantes edificios representativos del siglo XVIII, como la plaza Vieja o la iglesia parroquial, sus construcciones más emblemáticas se edificaron a finales del siglo XIX y principios del XX, la época de mayor esplendor económico y social del pueblo.

Esta Comillas monumental nace gracias al patronazgo de Antonio López, primer marqués de Comillas, que llegó hasta aquí tras emigrar de América y fundar importantes empresas navales y tabacaleras en Barcelona. Él fue el impulsor de las obras más importantes de la villa. Su particular empeño por modernizar Comillas (y lograr que el rey Alfonso XII veranease en ella) convirtió el pueblo en inspiración de los mejores maestros modernistas, que con sus obras le dieron la imagen única y particular que hoy luce.

De entre todos los tesoros de este enclave cántabro, hay cinco que no puedes perderte por nada del mundo: el Capricho de Gaudí, el Palacio Sobrellano, la Universidad Pontificia, la Puerta del Moro y el cementerio de Comillas.

Sobre las ruinas de un viejo monasterio gótico, en un promontorio con vistas al mar, encontramos el camposanto de Comillas, que fue reformado a finales del XIX por el arquitecto modernista Lluís Domènech. Sus elementos más característicos son la fachada, que ha sido declarada Bien de Interés Cultural, y la estatua que lo corona, el Ángel Exterminador del escultor Josep Llimona.

Playa de Comillas (Cantabria)

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Palacio Sobrellano (Comillas, Cantabria)

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