Tras la sequía, los ríos de las cuencas catalanas recuperan una fisonomía más reconocible; son más caudalosos. Pero en sus cauces hay al menos 160 barreras o instalaciones obsoletas, sin uso (saltos hidroeléctricos, azudes, diques...), que bloquean el flujo normal del caudal o que desfiguran el curso fluvial, por lo que merecerían ser demolidas para restaurar las funciones ecológicas del río. En total, en estos ríos hay más de 1.100 estructuras artificiales que los desnaturalizan. Normalizar el paso del agua para garantizar la conectividad entre los tramos de río y facilitar el movimiento de los peces, es ahora una prioridad de las políticas hidráulicas, fruto de las regulaciones europeas.
Para dar cumplimiento a estas normativas, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) ha intensificado el plan de demolición total o parcial de estas estructuras transversales (presas y demás barreras) que deben ser eliminadas siempre que sea posible.
Los obstáculos que interrumpen el flujo de los ríos son, sobre todo, pequeñas presas hidroeléctricas, derivaciones de agua (azud) para usos agrícolas o ganaderos, diques de contención hidrológicos, vados (pasos inundables) o estructuras para contener caudales para la lucha contra incendios. Son obras que, frecuentemente, han quedado obsoletas porque la actividad que justificaba la obra fue abandonada.
El Llobregat (331), Ter (297), Besòs (204) son los ríos con más barreras, seguidos por el Tordera (73), Fluvià (66), Francolí (62) y Gaià (49).
Actuaciones cuando no es posible la eliminación total
“La idea es ir retirando estos obstáculos cuando ya no tienen utilidad siempre que sea posible y garantizando que esta es ambientalmente la mejor solución sin perjudicar a otras infraestructuras”, dice Mònica Bardina, jefa del área de Planificació i Restauració del Medi de la ACA.
Cuando no es posible la eliminación total de estos obstáculos, en ocasiones se recurre a la habilitación de pasos de fauna (en forma de rampas o estructuras con apariencia de escalones) para que los peces (y también mamíferos y anfibios) puedan remontar los ríos.
Otras veces la conectividad natural se recupera mediante la corrección de viejas motas o encauzamientos, pues estas estructuras verticales comportan normalmente una aceleración del caudal en caso de avenida y riesgos de causar daños aguas abajo. En estos casos, lo que se busca es asegurar sobre todo que las aguas del río ganen un espacio lateral para crear llanuras de inundación a fin de reducir los riesgos si se produce una gran avenida.
El ejemplo de Can Buxó, en el Ter
Un total de 36 obstáculos (17 demoliciones totales y 19 parciales) ya han sido eliminados desde el año 2009. “No han sido tantas como querríamos”, admite Bardina. Y desde 2020, se han realizado 14 actuaciones que han permitido mejorar la conectividad en casi 70 kilómetros de cursos fluviales.
Entre las actuaciones recientes destaca la demolición de la esclusa del salto hidroeléctrico de Can Buxó en el río Ter, entre Manlleu y Gurb, de dos metros de altura y 110 metros de largo, así como la supresión de un vado aguas abajo situado en la misma zona y los restos de una antigua esclusa. Este muro lleva más de 30 años fuera de servicio. El proyecto (con un presupuesto de 476.000 euros) permite que los peces tengan un paso directo y que también circulen los sedimentos, necesarios para acumular arenas en la costa. Además, aumenta la capacidad hidráulica y el espacio del bosque de riberas. Truchas, barbos o anguilas (una especie especialmente protegida) son algunos de los animales beneficiados por esta renaturalización de los ríos.
“El de Can Buxó es un buen ejemplo del tipo de actuaciones que se llevan a cabo. Las derivaciones de agua que estamos retirando son obras que llevan al menos 10 años sin ser utilizadas”, agrega Bardina.

ESTADO INICIAL. La actuación en Can Buxó (Manlleu), en el Ter, es un ejemplo representativo de la eliminación de un muro que bloqueaba la circulación del caudal del río

ESTADO ACTUAL.Lo que era un ‘muro’ de dos metros de altura y 110 m de largo ha dado paso a una lámina de agua que fluye sin interrupción
Viejos saltos hidroeléctricos, en desuso
Los saltos hidroeléctricos obsoletos están vinculados a viejas instalaciones industriales fabriles y suelen ser abandonados a consecuencia de una falta de inversión que los convierte en sitios ruinosos. El abandono se da cuando los costes de reparación de turbina, por ejemplo, son más elevados que los ingresos que se pueden obtener, y el empresario tira la toalla.
La Administración catalana inicia el expediente de demolición cuando las instalaciones cesaron su actividad al menos hace tres años, lo que da pie a que se pueda extinguir la concesión. En estos casos, la Administración pide a propietario de la concesión que proceda a la demolición, para que deje el cauce en su estado original.
Si el propietario no asume esa obra de demolición, es la Generalitat la que lo hace de manera subsidiaria, con la confianza de que recuperará el gasto cuando haya concluido el litigio (si se da el caso) o se determine quién es el titular en el que recae la responsabilidad. No obstante, uno de los problemas que impide en ocasiones la retirada total o parcial de estas presas, azudes y demás obstáculos es que algunos ayuntamientos (y otros sectores sociales) invocan razones de índole cultural o histórica para reclamar el mantenimiento de una parte de la estructura, con el argumento de que forma parte del legado histórico local.
Las demolición de presas sin uso choca con defensores del patrimonio local
Mientras tanto, el partido ultra VOX lleva a cabo campañas contra las políticas de eliminación de estas barreras presentándolas como causantes de la sequía. Sin embargo, se trata de un falso argumento, ya que el tipo de estructuras que se retiran son tan pequeñas que no tienen capacidad de almacenar agua. Otras veces, la oposición local a retirar la presa o el azud se debe a razones paisajísticas, casi románticas, pues el ciudadano se ha acostumbrado a ver la lámina de agua y no quiere que se retire.
Una interesante y significativa actuación de la ACA ha sido la renaturalización de una antigua isla del Ter (Gambires, Les Masies de Roda) donde las actividades extractivas y la degradación sepultaron con sedimentos un lado del río. Aquí lo que se ha hecho ha sido recuperar el bosque de ribera (alisos) y efectuar una excavación para rebajar la terraza y recuperar un brazo secundario del río que había desaparecido.
En esta línea se está llevando a cabo una obra para recuperar el meandro de Colomers, en el Ter (en los municipios de Foixà y Colomers, Baix Empordà). La actuación consiste aquí en agujerear una mota de protección del río, lo que ha permitido recuperar el espacio lateral del río para mejorar el estado de los hábitats y del ecosistema y también para minimizar los riesgos de inundaciones aguas abajo. También existen proyectos para recuperar meandros en el Fluvià aún por concretar.

ANTES.La Agència Catalana de l'Agua ha retirado la esclusa de la antigua colonia Rio para restaurar el curso fluvial de la riera de Calders en Monistrol de Calders

DESPUÉS. Y ha dejado paso franco del agua en la riera de Calders
El apoyo de Reglamento europeo de restauración
Las actuaciones para mejorar la morfología de los ríos son una exigencia también del reglamento europeo de Restauración de la naturaleza, con el que se persigue la regeneración de los ecosistemas (bosque, costas, ríos…). En esta línea se inscriben diversas actuaciones para mejorar los ecosistemas en el delta del Llobregat, cuya desprotección fue motivo de un expediente contra España por parte de la Comisión Europea, que ha reclamado mejorar los humedales en esta zona mediante la recuperación del flujo natural del agua, interrumpido por todo tipo de barreras y edificaciones en el entorno aeroportuario.
“Queremos recuperar la dinámica natural de la aguas en este Delta”, señala Mònica Bardina En esta zona se está realizando un proyecto de restauración de la Ricarda y luego se llevará a cabo otro para la Murtra. La previsión es que las aguas residuales tratadas y regeneradas en la planta depuradora de Gavà-Viladecans pueden servir para hacer aportaciones en la laguna de la Murtra.
Demolición de estructuras obsoletas
--Presa de la antigua Colònia Rio, en la riera de Calders (Llobregat), en Monistrol de Calders, en 2023.
--Presa de la riera de Rajadell (en el Cardener, afluente del Llobregat), en 2022.
--Balsa del puente del camino de Can Bassa, en el Congost, en 2022.
--Derribo de la presa del antiguo antigua canal de Matabosch o Can Casarramona, en el Ter, en Torelló, en 2021.
--Presa de Can Grau (Gurri, Ter), en les Masies de Voltregà, en 2021.
--Presa de Roixelles, en el Francolí
--Presa de la central hidroeléctrica de Ritort (afluente del Ter), en Molló, en 2020.
--Presa de Can Boix, en la riera de Santa Coloma, en el Tordera, en 2019
--Presa de Mas Can Costa, en El Manol (Muga), en 2018
Renaturalizar las rieras de Arbúcies y La Pineda, en el Parque Natural del Montseny
La Agència Catalana de l'Agua (ACA) va a efectuar trabajos de mejora ambiental de las rieras de Arbúcies y La Pineda, en Sant Feliu de Buixalleu y Arbúcies (La Selva), que suman 8 kilómetros, con un presupuesto de 1,1 millones de euros, financiados por fondos Next Generation.
Los trabajos deben servir para la llanura aluvial, teniendo en cuenta que tras el temporal Gloria quedaron interrumpidos algunos tramos fluviales, como el meandro de la riera del Pineda, que quedó lleno de sedimentos. El objetivo es ampliar terrazas, brazos secundarios y zonas que permitan la dinámica fluvial natural de estas rieras, que forman parte del Parque Natural del Montseny.
El proyecto prevé la retirada de estructuras en desuso (muros y tamos de escollera) y la mejora del estado del bosque de ribera (se potenciará la vegetación autóctona con alisos, sauces negros, olmos o avellanos, y se eliminarán especies invasoras).