Los países pobres necesitan un billón de dólares al año en financiación climática para el 2030
Cumbre de la ONU
El grupo de economistas expertos asesores en la conferencia del clima recuerdan que la inversión rápida y a gran escala "solo puede lograrse aprovechando todos los fondos financieros”
Piden que las instituciones y el sector privado apuesten por "una acción más decidida y acelerada para desbloquear las inversiones y movilizar la financiación que se necesita”.
Los países pobres necesitan un billón de dólares (con b) al año en financiación climática para el año 2030, una cantidad que les ayudaría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos. Es el cálculo del dinero exterior que precisan para mitigación y adaptación al cambio climático. Así lo indica el grupo independiente de expertos en financiación climática asesores de la cumbre de Bakú. Falta ahora determinar cuál será el acuerdo al final de los gobiernos en la conferencia.
Los autores del estudio argumentan que para reunir de manera rápida estos fondos se requiere una acción a gran escala, un "impulso de inversión solo puede lograrse aprovechando todos los fondos financieros”.
El estudio se publica mientras los gobiernos de casi 200 países trabajaban en tensas negociaciones sobre cuánta financiación deberían proporcionar los países más ricos y cuánta podría provenir de otras fuentes. Los líderes que habían asistido a los primeros días de la conferencia en Bakú dejaron a sus ministros y funcionarios de alto rango para que se pusieran a trabajar en la elaboración de un nuevo plan mundial sobre financiación climática, que se concluirá a finales de la próxima semana.
La financiación externa (sumando los recursos, públicos y privados internacionales junto con otras fuentes) necesitará cubrir 1 billón de dólares por año en inversión para 2030 y alrededor de 1,3 billones de dólares para 2035, señala.
Esa financiación externa para las inversiones necesarias se dirigiría los países vías en desarrollo y a las economías emergentes (excepto China) y tendría como fin cumplir el Acuerdo de París.
Actuación temprana para evitar sobrecostes
Los expertos advierten de que “cualquier déficit en la inversión antes de 2030 ejercerá una presión adicional sobre los años siguientes”, de manera que en años sucesivos el precio de la “estabilidad climática será más costoso”. “Cuanto menos logre el mundo ahora, más necesitaremos invertir más adelante. Una acción demorada significa que necesitaremos movilizar sumas aún mayores en plazos más cortos para ponernos al día con los objetivos críticos”, indican.
Además -esgrimen- las necesidades de inversión para la adaptación al cambio climático, y para reparar de manera urgente las pérdidas y daños, y restaurar la naturaleza “aumentarán drásticamente a medida que aumenten los riesgos climáticos y naturales”.
Un grupo de asesoramiento
Este grupo, copresidido por los economistas Amar Bhattacharya, Vera Songwe y Nicholas Stern, ha estado apoyando las deliberaciones sobre la agenda de financiación climática bajo sucesivas presidencias de las conferencias del clima, desde hace tres años. Sus conclusiones son propuestas, opciones y recomendaciones de políticas a fin de estimular la inversión pública y privada así como la financiación necesaria para cumplir los compromisos del acuerdo de París.
El informe se publica mientras los países negocian en la COP29 un nuevo objetivo colectivo cuantificado para el apoyo financiero a los países en desarrollo más allá de 2025..
Estimación total y desglose
La inversión global total proyectada requerida para la acción climática mundial es de alrededor de 6,3–6,7 billones (con b) de dólares por año para 2030, de los cuales entre 2,7 y2,8 billones corresponden a economías avanzadas, 1,3–1,4 billones a China y 2,3–2,5 billones a países de mercados emergentes y en desarrollo excluida de China.
Estos últimos países representarán casi el 45% de las necesidades de inversión desde ahora y hasta 2030, pero se han quedado rezagados, especialmente África subsahariana.
Y también ponen “deberes” para el 2035. Apuntan que para esa fecha las necesidades de inversión global para la acción climática serán de alrededor de 7 a 8,1 billones (con b) de dólares por año, de los cuales las economías avanzadas necesitarán entre 2,6 y 3,1 billones de dólares, China entre 1,3 y 1,5 billones de dólares y los países en desarrollo emergentes, excepto China, entre 3,1 y 3,5 billones de dólares.
“Estas necesidades son nuestras estimaciones de lo que se requiere para cumplir con el Acuerdo de París, y las inversiones también harán una contribución vital al crecimiento sostenible y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, dicen.
La mitad en financiación privada
Los autores del estudio sostienen que es posible obtener recursos adicionales de los procedentes de los presupuestos públicos y de la banca mundial, y que “la financiación privada transfronteriza puede satisfacer aproximadamente la mitad de estas necesidades”-
Las cifras de informe implican “un aumento de más de cuatro veces en la financiación climática total y un aumento de más de seis veces en la financiación externa para 2030” para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Son -insisten- los niveles de la inversión necesaria a partir de sus cálculos, pero para nada -recalcan- deben ser consideradas como una ‘primera oferta’ en una negociación”.
Los distintos tipos de inversión necesitan diferentes fuentes de financiación y así la financiación privada será la principal fuente de inversión en infraestructura para la generación de energía renovable.
El anterior compromiso era de 100.000 millones de dólares anuales para 2020 y se cumplió dos años tarde
El billón de dólares en financiación externa para los países en vías de desarrollo (incluyendo a los mercados emergentes pero no a China) tiene un alcance mucho más amplio que el compromiso asumido por los países desarrollados en la COP16 en 2010, en Cancún (México), cuando prometieron movilizar 100.000 millones de dólares por año para 2020 para los países en desarrollo. Esta cifra ya fue reunida, aunque con retraso, en 2022, según la OCDE.
Se señala que, además de los gobiernos, otras partes interesadas también deben presentar compromisos ambiciosos, incluidos los bancos multilaterales de desarrollo, el sector privado y los países en desarrollo que están en condiciones de brindar apoyo.
Los bancos multilaterales
Estos bancos multilaterales de desarrollo, incluido el Banco Mundial, “deberían presentar un compromiso y un plan para triplicar la capacidad de préstamo para 2030 como parte del nuevo objetivo". Y en este sentido, aunque reconocen que los bancos mundiales de desarrollo se han embarcado en un programa coordinado de reformas, “el ritmo y la ambición no están a la altura de lo que se necesita”
El informe pide que se “desbloquee la inversión climática a gran escala” y que las instituciones financieras de desarrollo y el sector privado apuesten por "una acción más decidida y acelerada para desbloquear las inversiones y movilizar la financiación que se necesita”.
Apoyo a las soluciones innovadoras
Se apoya también la búsqueda de las llamadas “soluciones innovadoras”, a fin de llenar el vacío actual en la financiación. Y en este sentido se apunta ”la tributación internacional de los sectores de altas emisiones, que tiene el potencial de recaudar cantidades significativas de ingresos que podrían utilizarse para llenar el déficit de financiación climática”.
En la COP28, en Dubái, se creó el grupo de trabajo sobre impuestos de solidaridad global para explorar nuevas vías de tributación internacional, incluida la imposición de impuestos al transporte marítimo internacional, la aviación, los gravámenes a los combustibles fósiles y un impuesto a las transacciones financieras.
El informe concluye que, de las necesidades de inversión total proyectadas de 2,4 billones de dólares por año en 2030 para los países en desarrollo, 1,6 billones de dólares se destinan a la transición hacia la energía limpia, 0,25 billones de dólares a la adaptación y la resiliencia, 0,25 billones de dólares a las pérdidas y los daños, 0,3 billones de dólares al capital natural y la agricultura sostenible, y 0,04 billones de dólares a la promoción de una transición justa.