Las olas de calor que han asolado recientemente Europa han sido hasta 3ºC más cálidas de lo normal a causa del cambio climático, según un estudio elaborado por investigadores del consorcio ClimaMeter. En este trabajo se han utilizado datos recogidos por satélite durante los últimos 40 años para estimar cómo han cambiado estos episodios las últimas décadas.
El nuevo análisis se produce después de semanas de temperaturas abrasadoras en gran parte de Europa. Los impactos del calor extremo se dejaron sentir especialmente en las zonas sur y este del continente, donde se produjo un aluvión de hospitalizaciones e incendios forestales con incremento de consumo de energía.
Los autores del estudio han comparado los sucesos de altas temperaturas de un presente reciente (2001-2023), muy parecidos a las de julio de este año, con cómo habrían sido si se hubieran dado en el pasado (1979-2023).
Y el resultado muestra que fenómenos atmosféricos similares producen temperaturas 1,5°C ( y hasta 3°C) más cálidas en el clima actual de lo que habrían sido en el pasado. Estos valores aún son más acusados en Francia, Alemania y Suiza. Por su parte, la evolución de las precipitaciones no muestra variaciones significativas.
Temperaturas fuera de lo común
Además, estos episodios están ocurriendo de forma más temprana cada año. Así, condiciones que en el pasado se dieron principalmente en julio y agosto se dan ahora en gran medida en junio. Finalmente, destacan que los factores de variabilidad climática natural no influyeron en el evento, mientras que alteraciones que aprecian en comparación con el pasado “pueden deberse principalmente al cambio climático impulsado por el hombre”.
“Esta ola de calor fue diferente a cualquiera otra que hayamos visto en la historia reciente. Incluso para una temporada de verano, las temperaturas han estado fuera de lo común”, señala. Stavros Dafis, investigador del Observatorio Nacional de Atenas y uno de los autores del estudio.
“No hay ninguna duda de que el cambio climático causado por la acción humana está intensificando las olas de calor en Europa. Aunque las altas temperaturas en julio son comunes, especialmente en el Mediterráneo, nuestro análisis muestra que el calor está siendo cada vez más extremo”, señala Tommaso Alberti, investigador del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, otro de los autores.
“La quema de combustibles fósiles está agravando las olas de calor de verano en Europa y está creando serios peligros que necesitamos afrontar. Los riesgos para la salud están aumentando, especialmente para las personas mayores y vulnerables. Necesitamos actuar ahora para protegernos ante estas amenazas crecientes”, señala Davide Faranda, investigador del Centro Nacional Francés de Investigaciones Científicas (CNRS).
La Tierra registró el pasado lunes un nuevo récord histórico
Mientras tanto, la Tierra registró el pasado lunes un nuevo récord histórico de temperatura media al alcanzar los 17,15ºC, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S) de la Unión Europea, que maneja mediciones con un conjunto de datos que se remonta hasta 1940. La temperatura media mundial fue 0,06ºC, superior a la registrada el domingo, que había establecida el récord ese momento.
La última vez que se había batido el récord de la temperatura más alta fue durante el verano de 2023, cuando durante cuatro días consecutivos, entre el 3 y el 6 de julio, se superó el registro histórico. El último de esos días, la temperatura llegó a 17,08ºC, tan solo una centésima por debajo de la que se alcanzó durante el domingo pasado.
Precisamente, los expertos resaltan la importancia de estos episodios de calor extremo, pues con ellos se subraya las enormes diferencias de las temperaturas máximas que se vienen dando desde el verano de 2023 con relación a las que se daban en años anteriores.
Pese a que El Niño está en retirada
Hay que tener en cuenta que el último gran récord de temperatura tuvo lugar el 13 de agosto de 2016, cuando se alcanzaron los 16,8ºC. Esa marca, desde el verano de 2023 hasta ahora, ha sido superada ya en 58 ocasiones.
“Nos encontramos en un territorio verdaderamente desconocido; y, a medida que el clima siga calentándose, es muy probable que en los próximos meses y años se batan nuevos récords”, asegura Carlo Buontempo, director de C3S.
Esta situación es especialmente relevante al tener en cuenta que tanto el año 2016 como el 2023 estuvieron marcados por episodios de El Niño-Oscilación del Sur, un fenómeno de calentamiento de las aguas del pacífico ecuatorial con impacto en gran parte del planeta, y que sucede en ciclos naturales que pueden variar entre los tres y los siete años. En cambio, 2024 es un año de transición; por lo que cabría esperar un año con temperaturas menos extremas, y no lo está siendo, lo que muestra una relevancia del cambio climático como factor determinante.
Llamamiento de la ONU
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha alertado en paralelo de que la humanidad es víctima de una “epidemia de calor extremo”, por lo que ha pedido que se tomen medidas para limitar los efectos de las olas de calor, que aumentan debido al cambio climático.
"Si hay algo que une a nuestro mundo dividido es que todos nos estamos calentando cada vez más. (...) Miles de millones de personas se enfrentan a una epidemia de calor extremo, cociéndose bajo olas de calor cada vez más mortales, con temperaturas que superan los 50°C”, dijo a la prensa-
Guterres, pidió a los países que aborden la urgencia de la epidemia de calor extremo, alimentada por el cambio climático. “El mundo debe estar a la altura del desafío del aumento de las temperaturas”, afirmó. El cambio climático está haciendo que las olas de calor sean más frecuentes, más intensas y más duraderas en todo el mundo, dijo.
Este año, las condiciones abrasadoras han matado a 1.300 peregrinos del Hajj, han cerrado escuelas para unos 80 millones de niños en África y Asia y han provocado un aumento de las hospitalizaciones y muertes en el Sahel. Cada mes desde junio de 2023 ha sido clasificado como el más cálido del planeta desde que comenzaron los registros en 1940.
Entre los años 2000 y 2019 en el planeta se produjeron unas 489.000 muertes relacionadas con el calor, el 45% de las cuales viviría en Asia, y el 36%, en Europa.
Además, la merma de capacidad laboral relacionada con la exposición al calor ha dado como resultado pérdidas potenciales de ingresos equivalentes a 863.000 millones de dólares en 2022.
El mundo laboral, expuesto
Según datos de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), más del 70% de los trabajadores del mundo, es decir, en torno a 2.400 millones de personas sufren un riesgo alto por calor extremo. Al calor excesivo se atribuyen casi 23 millones de lesiones laborales en todo el mundo y unas 19.000 muertes al año. “Necesitamos medidas para proteger a los trabajadores, basadas en los derechos humanos”, dijo Guterres.
Las regiones más afectadas son África, los países árabes y la región Asia-Pacífico donde el 93%, el 84% y 75% de los trabajadores desarrollan su tarea bajo la amenaza del calor.