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La (muy) alta tensión llega al Parlament

Análisis

Catalunya ha confiado históricamente su prosperidad en un impulso pionero a la electricidad. Por eso, el fin de ciclo de las tres centrales nucleares tarraconenses (la última debería cerrar en el 2035), que aportan el 55% de la demanda eléctrica, obliga a dar una respuesta anticipada. Sin embargo, el insuficiente desarrollo que han tenido en Catalunya las fuentes renovables, una parálisis en la tramitación de proyectos de diez años y la contestación social (y a veces política) arrojan dudas sobre la capacidad del país para saldar esta demanda futura por cubrir. Mientras tanto, el hecho de que buena parte de la solución planteada proceda de una iniciativa privada que promueve abrir tres corredores de líneas de muy alta tensión (MAT) procedentes de Aragón choca con el imaginario de lo que para muchos debe ser la soberanía energética catalana.

La gran alternativa al cierre de las nucleares en Catalunya es hoy, pues, la batería verde con decenas de parques eólicos y fotovoltaicos que se está configurando en Aragón, desde donde partirán los tres corredores. La tramitación administrativa del llamado proyecto Sputnik –que impulsa Forestalia– va a velocidad de crucero. Y en este escenario se producirá el debate monográfico sobre el desarrollo de las renovables que tendrá lugar en el Parlament el martes.

Ésta será una oportunidad para mirarse en el espejo. La fuentes renovables aportan aquí (incluyendo la hidroeléctrica) el 15,6% del mix eléctrico, mientras que la meta es lograr el 50% para el 2030, según la planificación energética. Al ritmo actual, la energía eólica terrestre solo está en condiciones de alcanzar el 46% de los objetivos de lo planificado para el año 2030, mientras que en el caso de los proyectos fotovoltaicos se podría llegar a cubrir el 78% del objetivo marcado para final de la década, según fuentes del sector.

El Gobierno de ERC sostiene que en estos dos años de gestión ha roto la inercia de parálisis en el impulso a las renovables. Afirma que está promoviendo un modelo energético descentralizado y participativo y aporta como aval de su gestión la aprobación de 1.600 MW de renovables autorizados y seis nuevas instalaciones en servicio. En cambio, PSC y Junts solo le reconocen el mérito en el despliegue del autoconsumo (doméstico e industrial), pero le recordarán que los pequeños proyectos no son suficientes.

Torre de alta tensión en el área de Barcelona

Mané Espinosa

El balance de años de parálisis sobre las renovables y la gestión de ERC centrarán el debate

Mientras tanto, la tramitación de las líneas de alta tensión de Aragón avanza de manera acelerada y va a tensar un debate que amenaza con arrojar chispas que incluso alcanzarán al Gobierno central. El primer gran chispazo ya saltó tras conocerse la autorización administrativa previa dada por el Ministerio para la Transición Ecológica a la línea Valmuel-Begues (182 km en Catalunya a través de ocho comarcas tarraconenses). Y, de la misma manera, la tensión ha ido en aumento con los pasos administrativos dados para las otras dos líneas de MAT (las de Pierola e Isona).

La línea Valmuel-Begues (la primera ficha de este gran puzzle) obtuvo en mayo una declaración de impacto ambiental favorable (el paso clave), pero condicionada a que la dirección general de Polítiques Ambientals de la Generalitat emita un informe sobre biodiversidad (para evaluar los impactos ambientales sobre espacios y especies y poder remediarlos). Explícitamente, el ministerio señala que la línea no obtendrá la auto­ri­za­ción definitiva sin “la conformidad” de la Generalitat.

Pero la Generalitat siente que el ministerio le pasa una patata caliente. El conseller David Mascort acusa al ministerio de “querer traspasar la responsabilidad” y de someterle a una “presión” para que dé la luz verde a la MAT.

Mascort sostiene que informes técnicos preceptivos previos de este expediente, entregados por la Generalitat hace meses, ya debieron dar lugar a que el ministerio emitiera una declaración de impacto ambiental negativa a esta línea. En cambio, desde el ministerio se replica que la posición del Govern ha sido ambigua. “Nos decían que no tenían suficiente información para valorar el proyecto a partir de lo aportado por Forestalia. Entonces, qué significa eso...?”, critican. ¿Se están tirando la pelota cada uno al tejado del otro?

Las líneas de alta tensión desde Aragón son el centro de una fuerte controversia

Será clave saber si el informe sobre biodiversidad que emite la Generalitat pondrá condiciones ambientales tan estrictas que podría hacer inviable la línea. Pero desde el Govern se apunta que la Administración central tiene una carta escondida: declarar el interés estratégico de la línea ante el posible escollo de la Generalitat.

En este contexto, ERC parece haber superado el miedo a ser acusada de bloquear las renovables, con su discurso de “renovables de proximidad”, y muy consciente de que si se interpreta que avala la MAT corre el riesgo de verse enfrentada al territori , verdadero poder fáctico de este partido. El ministerio no quiere electrocutarse en Catalunya, pero ERC tampoco quiere achicharrarse en las comarcas de Tarragona. Por si hubiera poca tensión, ERC se defiende queriendo airear que Forestalia cuenta con la colaboración de ex altos responsables de los gobiernos de CiU para recrear una puerta giratoria a la catalana (Felip Puig, Josep Grau, Pere Palacín...). La portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha propuesto su comparecencia (junto a la ministra Teresa Ribera) en una comisión en el Parlament para que aclaren si “están de parte del oligopolio o de la gente”. ¿Puede esta estrategia originar un cortocircuito con un incendio que se extienda a la investidura? La ministra en funciones Teresa Ribera ha hecho saltar preventivamente los plomos para evitar males mayores y retrasa la entrevista con el conseller Mascort. Algunos a eso también le llaman desinflamar.

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