El césped artificial no será prohibido en la Unión Europea, aunque es un problema ambiental real

Error de interpretación

El reglamento sobre microplásticos concede ocho años para substituir el relleno granular en pistas sintéticas

El nuevo reglamento de la Unión Europea de prevención de contaminación por microplásticos no prohíbe ningún tipo de campos de césped artificial, solo se refiere a l

El nuevo reglamento de la UE de prevención de microplásticos no prohíbe ningún tipo de campos de césped artificial, solo se refiere al "relleno granular" que se añade en algunos casos .

Getty Images/iStockphoto

Usuarios de las redes sociales en internet y algunos medios de comunicación reproducen desde hace unos días comentarios y artículos sobre una supuesta prohibición del césped artificial en instalaciones deportivas (campos, pistas) adoptada por Unión Europea. Pese a los textos y titulares engañosos publicados (del estilo: "Europa dicta el fin de los campos de césped artificial), lo cierto es que ningún organismo europeo ha aprobado hasta la fecha ninguna normativa (ni ley, ni reglamento, ni nada parecido) por la que se prohíba el césped artificial ni en instalaciones deportivas ni en ninguno otra aplicación. 

La falsedad o equivoco (cabe pensar que se trate solo de un error en la interpretación) puede haber surgido por la publicación, en este caso totalmente real, del Reglamento (UE) 2023/2055, de la Comisión, de 25 de septiembre de 2023 (publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea el 27 de septiembre de 2023) sobre  las micropartículas de polímeros sintéticos. 

El Reglamento 2023/2055 se ha hecho relativamente famoso por incluir la prohibición de venta en la Unión Europea de productos cosméticos, purpurina, detergentes, juguetes y medicamentos que contengan microplásticos añadidos intencionadamente y que se liberan al medio ambiente durante su uso. La prohibición de la purpurina, en concreto, ha sido el apartado más llamativo y comentado de este reglamento que modifica (para mejor) una prohibición que ya existía desde 2006.

No habla del césped sino del relleno

Entre otras muchas posibles fuentes de contaminación por microplásticos, el Reglamento 2023/2055 se refiere al "relleno granular" para uso en superficies deportivas, es decir, a las pequeñas partículas de plástico, caucho sintético o similares, que se incluyen o esparcen en algunas superficies de césped artificial en instalaciones deportivas para mejorar las condiciones de resistencia, rozamiento y seguridad en los movimientos de los deportistas. Varios de los informes previos a la aprobación de este reglamento indicaban que está demostrado que estos productos de "relleno granular" en concreto contienen o se degradan en forma de microplásticos.

Pese a reconocer la contaminación derivada del uso de estos productos y la existencia de alternativas (arenas o polímeros degradables), el nuevo reglamento concede un plazo de ocho años para la entrada en vigor de la prohibición de comercialización de estos rellenos granulares sintéticos (la propuesta inicial era de un plazo de seis años). 

Es decir, a partir del 17 de octubre de 2031 quedará prohibida la comercialización de relleno granular con micropartículas de polímeros sintéticos (plásticos, caucho sintético y similares) en superficies deportivas (campos o pistas con césped artificial). Téngase en cuenta que, a partir de la fecha señalada, se prohibirá la "comercialización", lo que no significa que se prohíba ni el uso de productos almacenados, ni que se exija la retirada de los rellenos granulares extendidos ya en las pistas deportivas o campos con césped artíficial.  

¿El césped artificial contamina?

Sin contar con el relleno granular que genera contaminación por microplásticos, ¿el césped artificial es un problema para el medio ambiente? 

Existen diversos estudios sobre el impacto ambiental de este tipo de productos sintéticos en el recubrimiento de superficies. En el caso del césped artificial, una de las investigaciones científicas más recientes e interesantes ha sido liderada por expertos del Grupo de Investigación Consolidado en Geociencias Marinas de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Barcelona, con la participación de investigadores de la Universidad de Cádiz y del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica.

Muestras de fragmentos de césped artificial encontradas en el el estudio  .

Muestras de fragmentos de césped artificial encontradas en el el estudio .

Universitat de Barcelona

Los autores han caracterizado y cuantificado, por primera vez, la presencia de restos de césped artificial en muestras recogidas en aguas superficiales de la costa catalana y de la desembocadura del río Guadalquivir. Los resultados muestran cantidades importantes de plástico con origen en el césped artificial: llegan a suponer el 15 % de los plásticos de más de 5 milímetros de longitud que flotan en el medio acuático, según los resultados de este estudio, publicados (1 de octubre de 2023) en la revista Environmental Pollution.

"Las fibras de plástico que hemos encontrado son principalmente de polietileno y polipropileno, que coinciden con las tendencias actuales de producción mundial de césped artificial y que normalmente se encuentran flotando en el medio acuático. Hemos encontrado estas fibras especialmente en zonas cercanas a la costa de grandes ciudades, como Barcelona", explica William P. de Haan, investigador de la UB y primer autor del artículo.

Según los expertos, la investigación resalta que "las fibras de césped artificial son una fuente importante de plásticos en el medio acuático y proporciona una guía detallada para poder identificarlos en futuros estudios, con el objetivo de conocer mejor su distribución y los impactos específicos que puedan tener sobre el medio ambiente".

Los investigadores analizaron 217 muestras de agua recogidas en la costa de Barcelona y 200 del río Guadalquivir, y encontraron fibras de césped artificial en la mayor parte de las muestras recogidas en el mar (62%) y en una proporción importante de las obtenidas en el río (37 %). Las concentraciones encontradas son, de media, 50 veces más altas en la superficie del mar que en las aguas fluviales. Se llega a concentraciones superiores a 200.000 fibras por km² en la superficie marina y hasta 20.000 fibras al día en aguas fluviales.

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