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La jarra de agua gratis en la mesa de los restaurantes no llega pese a la ley

Consumo y residuos

El cliente puede reclamar su derecho a que se le dé agua no embotellada sin coste

Del grifo.Algunos restaurantes llevan tiempo ofreciendo agua no embotellada

Àlex Garcia

El ofrecimiento de agua gratis en bares y restaurantes todavía no forma parte de un comportamiento o una costumbre uniforme o plenamente asentada en toda España. La imagen del agua servida en jarra en un restaurante, habitual en algunos países europeos, sigue siendo una excepción en España, pese a la reciente aprobación de la ley de Residuos, que ampara esta previsión

El sector de la hostelería ha acogido con reticencias, casi a regañadientes, la obligación legal de ofrecer agua gratuita, aunque confiesa que “acatará” esta obligación. Todo indica, sin embargo, que para ver reconocido el derecho a tener la jarra gratis de agua en la mesa, el cliente deberá reclamarla cada vez que vaya al restaurante.

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La nueva ley de Residuos indica en el artículo 18.3 que “en los establecimientos del sector de la hostelería y restauración se tendrá que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”.

La expresión“se tendrá que ofrecer siempre” permite interpretar que el establecimiento tomará la iniciativa de servir la jarra en el restaurante (como hacen algunos de ellos). Pero cuando ha transcurrido casi un mes de la entrada en vigor de la ley, este tipo de servicios es excepcional.

 Si nada lo impide, los clientes de restaurantes estarán obligados a levantar la mano e invocar su derecho cuando quieran agua no embotellada. Pero todo indica que solo los clientes más concienciados de la necesidad de reducir los envases de un solo uso van a proclamar su derecho legal.

Las jarras de agua no van a posarse en la mesa del restaurante con la fluidez que muchos querrían, vista la reacción que ha provocado esta medida en el sector de la hostelería, que ha acogido esta “exigencia” con un sentimiento que bascula entre la disciplina militar y la desgana más absoluta.

Malestar en la hostelería por las nuevas exigencias

"A nadie se le niega un vaso de agua"

Los portavoces del mundo hostelero consideran que esta obligación no era una necesidad. “A nadie se le ha negado un vaso de agua, siempre que sea cliente”, dicen reinterpretando ese derecho ahora reconocido. La reacción denota que se busca un cierto continuismo respecto a las costumbres actuales, que tienen matices muy diferentes en España. Mientras en Madrid es habitual el ofrecimiento de agua (el recurso es de buena calidad), en Barcelona esto nunca ha sido así: a pocos camareros se les ocurriría invitar a agua, sabiendo sus características organolépticas (aunque ciertamente, ha mejorado en los últimos tiempos).

 “Esta nueva exigencia es una absoluta falta de respeto y una desconexión con la realidad hacia la hostelería; y una nueva prueba de la tendencia del legislador a establecer obligaciones ignorando los continuos incrementos de gastos...”, dice Roger Pallarols, director del Gremio de Restauración de Barcelona, que se queja de la “continúa suma de obligaciones para el sector”. Pallarols incluye en su larga ristra de gastos el alquiler del local, el salario, el agua, la limpieza de vasos...

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Hostelería de España cuestiona la eficacia

Un trasfondo de reticencias se aprecia en las afirmaciones de la patronal, Hostelería de España, que incluso cuestiona la eficacia ambiental de la medida. “No creemos que el objetivo de reducir de plástico se vaya a alcanzar por esta vía, al menos en lo que respecta a la hostelería, teniendo en cuenta que habitualmente el agua se sirve en restaurantes el botellas de vidrio”, indica un portavoz.

Sin embargo, la ley no dice que se quiera reducir el plástico, sino disminuir la generación de envases de un solo uso. Y las botellas de plástico se han generalizado en los menús económicos en restaurantes. “En los últimos años hemos visto cómo continuaba descendiendo el consumo de agua en botellas de vidrio reutilizable”, expone Rosa García, directora de estas fundación Rezero.

Mejor para la salud

La OCU pide que se cumpla la ley

La OCU señala que esta nueva normativa “no solo va a tener un impacto positivo sobre el medio ambiente” (al reducirse la producción de residuos de envases de plástico) sino también sobre la salud. “Puestos a pagar por una botella de agua, muchos consumidores preferían pedir un refresco rico en azúcares o una bebida alcohólica”, señala.

La ley también establece que, con la misma finalidad, “las administraciones públicas fomentarán el consumo de agua potable en sus dependencias y otros espacios públicos, mediante el uso de fuentes…”. Por ello, la OCU pide a las administraciones locales que controlen de forma activa el cumplimento de la ley, incluidas las grandes concentraciones (festivales de música al aire libre o eventos deportivos), donde debería facilitarse también el consumo de agua no envasada gratuita en el caso de que no hubiera fuentes de acceso público.

Botellas desechables

En Catalunya, el consumo de botellas de agua de plástico desechables ha crecido un 20,2% en dos años (ha pasado de 604 millones de unidades en el 2018 a 726 millones de unidades), según datos de la Fundación Rezero. 

Mientras tanto, la exigencia de reducir los envases de un solo uso ha hecho aflorar novedosas iniciativas (como la de la empresa Sant Aniol, que promueve la venta de agua a granel en establecimientos). 

Su plan consiste en instalar depósitos en diversos puntos para reducir un 90% el uso de plásticos de las botellas. Otros restaurantes amplían su oferta con agua osmotizada y filtrada, un servicio que se podrá seguir cobrando aparte.

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