La entrada de polvo en suspensión provocó ayer en la Península pérdida de visibilidad en amplias zonas y extraordinarios niveles de polución por partículas, sobre todo en el sudeste, centro y noroeste peninsular. La causa fue la borrasca Celia, con su centro de bajas presiones en el golfo de Cádiz, que impulsó vientos intensos procedentes del Sahara.
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En ciertas zonas, las precipitaciones dieron lugar a una lluvia de barro. Madrid (en la foto) fue una de las zonas más afectadas. En el puente de Vallecas se midieron 721 micrg/m3 partículas en suspensión, 16 veces más de lo recomendado por la OMS como límite diario (45 micrgr/m3).
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Las autoridades pidieron extremar la precaución a las personas con enfermedades respiratorias. Este episodio se irá disipando mañana, al entrar viento del norte.