Su pequeño tamaño, su forma, su textura gelatinosa, y su nombre pueden hacer pensar que es un animalito indefenso. Sin embargo, el ángel de mar, cuyo nombre científico es Clione limacina, es un gran depredador.
Pertenece a la familia de los moluscos gelatinosos y sus cuerpos, casi siempre blancos y traslúcidos con un ala a cada lado del cuerpo, permiten ver el color de sus estructuras internas, amarillas o de tonos anaranjados. Estas curiosas criaturas pueden ser vistas en los mares más fríos del planeta, en especial cerca del Ártico.
Curiosidades
Se calcula que viven unos dos años y son hermafroditas
El Registro Mundial de Especies Marinas (WoRMS), con sede en Bélgica y creado con fondos de la Unión Europea, refiere al Clione limacina como un molusco gasterópodo heterobranchia, un tipo de babosa de mar que habita en el Ártico, Alaska, Canadá y norte de Europa. Su cuerpo mide entre 4 milímetros y 1,2 centímetros. Se alimenta de mariposas marinas y sólo desarrolla su concha en el transcurso de la fase embrionaria.
Unas de las imágenes más espectaculares protagonizadas por estas criaturas marinas fueron las publicadas por National Geographic, en las que dos ejemplares revolotean apareándose en las aguas del océano Ártico, en la costa de Novaya Zemla, un archipiélago al norte de Rusia. El vídeo fue grabado por el biólogo marino, Alexander Semenov.
Aparearse deja marca
Dice la prestigiosa publicación que, cuando dos ángeles marinos se encuentran, sacan sus órganos reproductivos y sus cuerpos se mantienen juntos gracias a una ventosa, que permite este proceso de apareamiento, que puede durar hasta cuatro horas.
Estar adheridos les deja marcados para siempre por una cicatriz, lo que permite saber los ritos de apareamiento en los que han participado. La desconexión se produce cuando comienzan a moverse en forma de espiral y sus cuerpos se van separando.
Se calcula que viven unos dos años, son hermafroditas y se reproducen en los meses de primavera y verano. En la primera etapa de su vida, su alimento es el fitoplancton. Los adultos se alimentan, principalmente, de mariposas del mar y gusanos marinos. Se sabe que pueden pasar largos períodos sin comer y que incluso pueden llegar a practicar el canibalismo en el caso de que el alimento escasee. El ángel de mar es presa de animales que se alimentan de plancton, como las ballenas y algunos peces.
Sus alas, que se llaman parapodios, son extensiones que baten para desplazarse por el agua. Los ángeles marinos se deshacen de su caparazón poco después de eclosionar del huevo. Su mayor amenaza es la posible desaparición de las mariposas marinas, lo que cortaría la cadena alimenticia. Sin duda un problema para esta especie de pequeños y bellos animales marinos.