Covid-19 y confinamiento: peligros para el abandono rural y los incendios forestales
Pandemia y medio natural
El mantenimiento de las actividades silvícolas, las ayudas al primer sector y el refuerzo en la vigilancia serán claves en los próximos meses
¿Cómo está afectando el confinamiento y el resto de medidas por la Covid-19 en el mundo rural y la seguridad de los bosques?
La respuesta no es fácil y dependerá en parte de las condiciones del desconfinamiento, en especial de cara a la campaña de verano y el peligro de incendios forestales.
En Catalunya, por ejemplo, se han previsto cambios en el servicio de vigilancia, con la instalación de cámaras en algunas de las torres (ver en La Vanguardia )
Por otra parte, el Decano del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes, Eduardo Rojas. considera que el descenso de actividad en montes y bosques durante la emergencia sanitaria por la Covid-19, al ser “sólo unas semanas de pausa”, no es tan determinante “como el abandono rural” de cara a la temporada de incendios forestales.
Las medidas de prevención se desarrollan “a largo plazo”, explica Rojas a Efe Verde, por lo que las semanas de confinamiento no se traducen “en un efecto inmediato de propiciar grandes incendios” cuando existe un trabajo previo.
Respecto a las medidas de prevención, este experto subraya que “se están cumpliendo”, aunque advierte que “algunas regiones puedan temer sufrir una nueva crisis en la vuelta a la normalización económica y que ello afecte a la dedicación profesional en montes o bosques”.
”Si los grandes incendios eran estrictamente forestales, ahora vemos que también se dan en zonas de agricultura intensiva y terrenos agrícolas abandonados”, sostiene Rojas, quien anima a “apostar por políticas más potentes para recuperar recursos”.
Este año con un superávit respecto a las lluvias, a su juicio, “nos acorta el período estival y puede que reduzca el riesgo de incendios”, aunque alerta de que estamos ante otros retos como “la quema de rastrojos o un fuego descontrolado en la actividad agraria”, como ha ocurrido en años anteriores en España.
En este sentido, el coordinador de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, apunta a que durante esta época de confinamiento, “las brigadas han estado trabajando en materia de incendios”, pero algunas de las medidas preventivas “pueden haberse parado” durante el encierro por esta epidemia.
La falta de mantenimiento que se ha podido dar en algunos entornos, para Oberthuber “no supone un problema, porque hay que conservar las especies autóctonas” y defiende que los arbustos “son necesarios para el bosque”.
Además, Oberhuber declara que el foco en los grandes incendios “se debe seguir poniendo en las actividades humanas mediante la quema de rastrojos y de pastos”, y anima a la concienciación tras el confinamiento respecto a actividades de ocio como “las barbacoas, las utilización del vehículo fuera de las pistas forestales y el abandono de residuos que pueden desembocar en fuegos”.
Sin embargo, un análisis del Departamento de Meteorología de Meteored apunta que la reducción de actividad en bosques y montes, así como el incremento de vegetación por el aumento de precipitaciones, podría conllevar un verano en riesgo para la aparición de grandes incendios.
Con una vegetación especialmente frondosa, con caminos y bosques llenos de maleza, esta situación podría suponer “una bomba de relojería en cuanto llegue el verano y sus altas temperaturas”, avisan los expertos de este departamento a través de un comunicado.
El pasado 5 de mayo el Gobierno puso en marcha la campaña 2020 contra incendios forestales, que cuenta con un centenar de medios aéreos y terrestres junto al apoyo de cerca de 3.000 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y del Ejército del Aire.
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