El gobierno catalán hace una declaración oficial de “emergencia climática y ambiental”
Transición ecológica
El Gobierno catalán promete una nueva estrategia sobre energías renovables, aunque no establece fecha, por lo que diversas sectores tachan la declaración de “simbólica y endeble”
El Govern catalán ha aprobado una declaración de “emergencia climática y ambiental”. Ha querido así sumarse a la iniciativa emprendida por los movimientos estudiantiles que reclaman una acción decidida de las administraciones para luchar contra el calentamiento del planeta. El gobierno catalán ha acompañado esta declaración con una manifestación en la que promete alcanzar los objetivos establecidos en la Llei de Camvi Climàtic. Sin embargo, diversos sectores sociales han considerado “simbólica y endeble la declaración”.
La portavoz del Govern, Meritxell Budó, en la rueda de prensa posterior al Consell Executiu, señaló que con esta declaración, la Generalitat se “une a las instituciones políticas de todo el mundo” que también han aprobado declaraciones similares.
Entre los compromisos, destaca la promesa de que dará prioridad a “las opciones con menor impacto climático y mayor contribución a la adaptación a las condiciones derivadas del cambio climático”.
Respuesta a la generación Greta
La declaración del Govern es una respuesta al movimiento encabezado por la joven sueca Greta Thunberg, que exige a los gobiernos que hagan un reconocimiento de la situación de emergencia que vive el planeta y apliquen las medidas de acción recomendadas por los científicos para contener la subida de temperaturas y sus impactos. Este movimiento ha dado lugar al nacimiento de diversas organizaciones sociales (Fridays for Future o Extinction Rebellion):
El texto expresa el compromiso de “eliminar los obstáculos que puedan poner en peligro la consecución de los objetivos en materia de mitigación del cambio climático y de transición energética”.
También se recoge la promesa de elaborar una estrategia territorial para implantar instalaciones de energía renovable, fundamentalmente eólica y fotovoltaica, también necesarias para desarrollar la transición energética en Catalunya y cumplir con los objetivos de la Llei de Canvi Climàtic en materia de energía.
“Poca sustancia”
“La declaración nos parece muy simbólica y tiene poca sustancia. Creemos que es un primer paso en el que se reconoce esta emergencia climática y ambiental, porque realmente es necesario decir la verdad; pero se ha acabado el tiempo de promesas y se debe pasar a la acción. Y por eso seguiremos reclamando que esa acción es necesaria y urgente”, señala Lucas Barrero, miembro de Fridays for Future en Girona, una de las entidades que han pedido esta declaración.
“No pararemos de protestar ante esta declaración”, añade Barrero.
El movimiento Fridays for Futur (que se sigue manifestando los viernes en Girona) pide al Govern que pongan en práctica algunas de las previsiones de la Llei de Canvi Climàtic, como las mesas social y de expertos, y los impuestos para gravar los impuestos a los combustibles fósiles, entre otras.
Rebel·lio o Extinció
“Vemos solo una declaración política y electoral. No se ve la voluntad de acción por ningún sitio. Parece que lo que se busca es vaciar de contenido las palabras emergencia climática.
Si se declara esa emergencia, lo lógico es que se anuncie que a partir de ahora las cosas se va a hacer de otra manera, y que se pongan sobre la mesa medidas urgentes para que la ciudadanía lo vea; pero no se percibe la contundencia por ningún lado”, explica Jaume Osete, portavoz de Rebel·lió o Extinció.
Falta de concreciones
Por su parte, Jaume Morron, gerente de la asociación EòlicCat opinó que “esta declaración se podría haber hecho hace 5 ó 10 años”, con lo que vino a criticar la falta de concreciones.
Diversas voces han venido criticando el escasísimo nivel de aplicación de la Llei de Canvi Climàtic, dos años después de su aprobación y cuando el Tribunal Constitucional ha levando la suspensión cautelar.
Morron señala que sólo el cierre de las centrales nucleares (previsto en la ley en el 2027) exigiría instalar 400 MW eólicos y 600 MW fotovoltaicos cada año hasta el 2030. Pero además “si se quieren reducir las emisiones un 40%, hay que atacar las emisiones en la industria, la edificación y el transporte, electrificar el transporte…”.
Este experto señala que, por lo tanto, si se asume ese objetivo se debe electrificar la industria y el transporte sustituyendo los combustibles fósiles. Sólo con que se disminuyera ese consumo a la mitad en la industria y el transporte hasta el 2030, sería un buen objetivo aumentar las renovables en unos 1.000 MW adicionales al año. “Y no sé si el Govern es consciente, puesto que no hay proyectos, y habría que empezar todo esto ya..”, resalta.
La lista de compromisos aprobado por el Govern incluye los siguientes apartados
1) Adoptar las medidas de simplificación administrativa necesarias para eliminar los obstáculos que puedan poner en peligro la consecución de los objetivos en materia de mitigación del cambio climático y de transición energética.
2) Incrementar los incentivos y priorizar las políticas y los recursos públicos destinados a la necesaria transición hacia un modelo energético cien por cien renovable, desnuclearizado y descarbonizado, neutro en emisiones de gases de efecto invernadero, que reduzca la vulnerabilidad del sistema energético catalán y garantice el derecho al acceso a la energía como bien común, como fija la Llei de Canvi Climàtic.
3) Priorizar en las políticas públicas las opciones con menor impacto climático y mayor contribución a la adaptación a las condiciones derivadas del cambio climático.
4) Adoptar las medidas necesarias para detener la preocupante pérdida de biodiversidad y promover la recuperación de ecosistemas.
5) Identificar y acompañar a los sectores de la economía que tienen que hacer una transición, sea para adaptarse a las nuevas condiciones derivadas del cambio climático, sea para transformarse en actividades de bajas emisiones de gases de efecto invernadero, en un marco general de apuesta por la economía circular y de creación de empleos verdes.
6) Adoptar las medidas encaminadas a reducir la vulnerabilidad de aquellos sectores sociales más sensibles a los impactos del cambio climático y aquellos otros a los que esta transición puede afectar en mayor grado.
7) Asumir un modelo de movilidad urbana basado, por un lado, en el transporte público, el vehículo compartido y los modos de micromovilidad y, por otro, en vehículos de emisión cero.
8) Declarar como instalaciones de interés territorial estratégico las instalaciones fotovoltaicas que utilicen sistemas de captación de energía fotovoltaica avanzados y eficientes.
9) Elaborar, conjuntamente entre el Departament de Territori i Sostenibilidad y el Departament d’Empresa i Coneixement una estrategia territorial para la implantación de las instalaciones de energía renovable, fundamentalmente eólica y fotovoltaica, necesarias para desarrollar la transición energética en Cataluña y cumplir con los objetivos de la Llei de Canvi Climàtic en materia de energía.
10) Instar al Parlamento a celebrar cada año un pleno monográfico sobre el cambio climático y su afectación en Cataluña y sobre las medidas de mitigación y adaptación que el Gobierno adopte, en especial las asociadas a la transición energética.
11) Revisar la legislación catalana vigente con el fin de detectar aquellas normas que favorezcan la emisión de gases de efecto invernadero o dificulten combatir los efectos del cambio climático.
Perjuicios ambientales y económicos
En el documento aprobado, el Govern expresa su “preocupación” por los impactos que el cambio climático tiene y tendrá en Catalunya, y en todo el planeta, y entiende que “es necesario tomar una mayor conciencia del peligro que representa, tal y como la comunidad científica está alertando de forma continuada”.
Aparte de los impacto sobre los ecosistemas, “los efectos previsibles del cambio climático pueden perjudicar notoriamente nuestra economía productiva, desde la afectación negativa en el funcionamiento y el mantenimiento de muchas infraestructuras a importantes alteraciones de los entornos en que se desarrollan actividades como el turismo, la producción agropecuaria o toda la industria con demandas intensivas de agua o de energía. Igualmente, no se deben descuidar sus impactos sobre la salud”.
El reciente informe El calentamiento de 1, 5 ºC (del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) establece la necesidad de reducir las emisiones globales en torno al 45% en 2030 respecto a los niveles de 2010 y alcanzar unas emisiones netas nulas para el 2050.
Igualmente, el último informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES-2019), publicado recientemente, alerta de la situación de declive sin precedentes en que se encuentra la naturaleza del planeta y la aceleración del ratio de extinción de especies.
Tercer informe
En Cataluña, el Tercer Informe del Cambio Climático (2016) pone de relieve las dificultades que muchos sectores y ecosistemas deberán afrontar las próximas décadas, “en un clima más cálido, más seco, con una mayor frecuencia de fenómenos extremos, y dentro un entorno que ya está sometido a una fuerte presión sobre sus recursos hídricos, que ha sufrido cambios drásticos en el uso del suelo, con un litoral fuertemente artificializado, una agricultura excesivamente centrada en la alimentación animal y un nivel de autosuficiencia bajo en la producción de alimentos, una pérdida continuada de biodiversidad, un débil desarrollo.
La declaración añade que la ley catalana de cambio climático, de agosto de 2017, “es un punto de inflexión y una respuesta a este reto”.
La ley fue aprobada por un amplio consenso del Parlament e incluye objetivos ambiciosos como la neutralidad en las emisiones de gases invernadero, un modelo de producción de electricidad totalmente renovable en el 2050. “Su puesta en práctica necesita de la determinación y la acción comprometida de todos, sociedad civil y sectores económicos incluidos, y de una forma muy especial de las administraciones en todos sus niveles de gobierno”.