Las cinco batallas de Katowice
Nueva cumbre del clima
Los últimos informes científicos de la ONU avivan la presión para ampliar la ambición climática en la cumbre de Polonia, mientras Brasil se une a EE.UU. como potencia “díscola”
Las reglas para aplicar el Acuerdo de París, el debate para lograr una mayor ambición climática a partir del 2020 y la financiación de las ayudas a las naciones pobres son algunos de los principales caballos de batalla en la cumbre del clima iniciada en Katowice (Polonia), en la que participan representantes de unos 190 países. Lograr que la información aportada por los países para cumplir el Acuerdo de París sea transparente y el papel del comité facilitador, que guiará los pasos de los países menos cumplidores, completan las grandes áreas de negociación
La cumbre viene marcada por los últimos informes científicos que alertan sobre los estragos del calentamiento y por cómo las promesas de los gobiernos son insuficientes para evitar la reducción de emisiones de gases requerida para contener un aumento de temperaturas por debajo de los 2º C (respecto a las de la época preindustrial), el umbral que marca el riesgo de daños catastróficos.
Esos informes son El calentamiento de 1,5º C , del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU, y Emissions Gap Report , del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
Estos trabajos ejercerán una fuerte presión sobre los representantes asistentes a conferencia, aunque la ausencia de importante líderes mundiales restará empuje a los trabajos.
Más de 3º C
Los últimos informes científicos (IPCC, Pnuma...) nos alertan de que las contribuciones ratificadas hasta ahora por los países son insuficientes y vamos a subidas de 3,2º C”, recuerda Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático. Los países ya han visto cómo cree la brecha de emisiones, ¿pero actuarán en consecuencia? La cumbre tiene como finalidad fundamental allanar el camino para el cumplimiento del Acuerdo de París, el primer tratado mundial contra el cambio climático.
Ampliar la ambición
En el mejor de los casos, el diálogo podría conducir en sus sesiones finales (concluye el día 14) a una declaración política o resolución de la Conferencia sobre la necesidad de aumentar de forma global la ambición climática.
Esto significaría que los países pondrían sobre la mesa nuevas promesas de acción climática en el 2020, que es la fecha en la que deben presentar de nuevo sus compromisos nacionales para el futuro.
La decisión de Estados Unidos de retirarse del Acuerdo (aunque aún no se ha materializado, porque se precisan tres años desde el anuncio, según las normas de Convenio de Cambio Climático) y la emergencia otro “díscolo” climático (el nuevo presidente de Brasil Jair Bolsonaro) deslucen el encuentro.
Contexto, EE.UU. y Brasil
EE.UU. reafirmó su intención de retirarse de este tratado en la cumbre del G20 mientras que el gobierno de Brasil ha anunciado que retira su solicitad para acoger la próxima cumbre del clima, que debía celebrarse en este país.
Ne obstante, 29 jefes de gobierno o de estado hablarán en la sesión plenaria (el primer ministro de Holanda, el presidente español, Pedro Sánchez, o los presidentes de Nigeria y de Botswana).
Pero no se puede decir que los vientos soplen a favor. La guerra comercial entre Pekin y Wasshington o el escepticismo climático de Trump y del presidente Bolsonaro restan fuerza al encuentro.
Por su parte, Polonia, anfitrión de la conferencia y encarnizado defensor de su industria del carbón, persigue sobre sacar adelante una declaración a favor de una transición justa para los trabajadores afectados por la transición ecológica (y el previsible declive de los combustibles fósiles).
La UE, deberes hechos
La UE acude a la conferencia tras haber hecho los deberes. Los nuevos planes (sobre todo, en materia de renovables y eficiencia energética) elevan su compromiso, de manera que está en condiciones de recortar las emisiones un 45% para el 2030 respecto a 1990 (el compromiso en París fue reducirlas al menos un 40%).
Tiene el aval, además, de haber aprobado una estrategia de descarbonización a largo plazo para lograr un balance de cero emisiones netas en el 2050.
Es su pistoletazo para poner fin a la era de los combustibles fósiles. La estrategia europeo aborda acciones en ocho áreas para recortar los gases entre el 80% y lograr emisiones con balance 0 a mitad de siglo.
La apuesta por las energías renovables (80% de la electricidad), la eficiencia energética (el consumo debe reducirse a la mitad) y la electrificación del transporte (que aporta una cuarta parte de las emisiones) son tres pilares fundamentales.
España, mientras tanto, está en plena fase de elaboración de los documentos de la Ley de Cambio Climático, que establece como horizonte una estrategia para abandonar los vehículos de combustión a partir del 2040, entre otras muchas medidas.
Acordar las reglas
La conferencia debe acordar las reglas para el aplicar el Acuerdo de París. En la capital francesa, se pactó que los países presentaran sus contribuciones nacionales de acción climática.
Pero falta concretar cómo van a informar de sus acciones (a la secretaria del Convenio de Cambio Climático); cómo van a rendir cuentas. Se debe aclarar qué información deben contener las contribuciones prometidas (planes para reducir emisiones, acciones de adaptación al cambio climático...).
Y, sobre todo, garantizar transparencia
Los países han hecho promesas con objetivos cuantificados; pero en muchos casos no se sabe qué significa todo eso, ni qué aportación real supone. Hay que tener en cuenta que los países han hecho promesas desiguales y heterogéneas.
Unos prometen reducir emisiones; otros, que harán un uso menos intensivo de la energía, y los hay que prometen bajar su porcentaje anual de deforestación.
“Hay que traducir todo eso en cifras claras de reducción de emisiones, en toneladas de CO2 equivalente, para que los números sean realmente creíbles y encajen en el proceso de ambición global”, resalta Valvanera Ulargui.
Existe el riesgo de que los países no informen de manera transparente, o haya información duplicada, lo cual desvirtuaría cualquier evaluación global del esfuerzo agregado y conjunto de todos.
¿Diferenciación?
Se teme que China reabra el debate sobre si los menos desarrollados pueden quedar eximidos de rendir cierta información, a lo que se opone la UE. Ulargui dice que el Acuerdo de París debe tener las mismas reglas para todos.
“No queremos reglas con diferenciación con países en bandos que permitan que algunos países informen menos por estar menos desarrollados. En París, ya se acordó que todos los países harán planes de mitigación atendiendo a sus circunstancias nacionales.
Estas circunstancias ya son atendidas. A ningún país se le exige fijar un porcentaje concreto de reducción de emisiones. Pero las contribuciones que hagan deben ser claras, transparentes y comprensibles”, dice vehemente Ulargui.
Financiación, asunto clave
Los países en desarrollo volverán a recordar a las naciones ricas su obligación de aportar ayuda financiera y tecnológica para contribuir a mitigar el calentamiento. Las naciones pobres piden que se cumpla la promesa del Fondo Climático Verde (una movilización de recursos público-privados por valor de 100.000 millones de dólares anuales a partir del 2020) y que la ayuda que obtengan sea predecible.
Para las naciones en desarrollo, sobre todo las más vulnerables, la financiación para adaptarse al calentamiento es fundamental.
“La Conferencia debe dar señales de que se aumenta el apoyo a las naciones en desarrollo. Especialmente, los más ricos deben comprometerse a nutrir el Fondo Climático Verde”, declara Rhys Gerholdt, del programa del clima del World Resources Institute.
Alemania ya anunciado su intención de contribuir con 1.500 millones de euros, el doble de su primer compreso con el Fondo en el 2014.
Actualmente, las negociaciones sobre el clima de la ONU se centran en la financiación pública de los países desarrollados a los países en desarrollo.
Sin embargo, uno de los objetivos del Acuerdo de París es hacer que todos los flujos financieros (incluidos los privados) sean compatibles con un desarrollo bajo en emisiones y resistente al clima.
También continuará la discusión sobre la financiación a partir del 2025- países en desarrollo volverán a recordar que las naciones ricas su obligación de aportar ayuda financiera y tecnológica para contribuir a mitigar el calentamiento.
Comité facilitador
También se debatirán las reglas sobre el funcionamiento del comité facilitador (antes, comité de cumplimento) del acuerdo. Ahora, este comité hará recomendaciones a las naciones para que sigan la senda de acción correcta (no impone multas; pues todo el pacto tiene cierto carácter de colaboración voluntaria). Finalmente, se debatirá la futura creación de un mercado de derechos o certificados de emisión comercializables bajo el paraguas del Acuerdo de Paris, algo aún poco definido
La valoración de WWF
“Contamos con que haya un gran avance en Katowice”, afirma Manuel Pulgar-Vidal, responsable del Programa global de Clima y Energía de WWF. “En el Acuerdo de París tenemos un mapa de ruta para la acción climática. Los resultados clave que salgan de esta reunión de la ONU entre los responsables de clima sentarán las bases para un progreso continuado y multilateral que aborde el cambio climático en la escala y a la velocidad necesaria para cumplir con lo que la ciencia dice que es necesario”, añade
WWF considera que se necesitan una serie de resultados para garantizar y mantener una acción climática continuada:
-Ampliar la acción climática antes de 2020 y acelerar la acción después de este año.
-Adoptar un conjunto de normas que guíen la implementación del Acuerdo de París: que mejoren la transparencia de todos los países con las medidas realizadas para combatir el cambio climático, al mismo tiempo que aumente la responsabilidad y la ambición con los planes climáticos que cada país realice en su territorio.
- Un reconocimiento renovado de que la brecha entre lo que estamos haciendo y lo que necesitamos hacer es insuficiente para poner en marcha completamente el Acuerdo de París.
- Un compromiso de las partes de actualizar y volver a presentar planes nacionales de clima mejorados.
“Debemos asegurar que estamos a la altura de las expectativas en torno a esta ronda de negociaciones”, afirma Pulgar-Vidal. “Sin acciones climáticas ambiciones, será prácticamente imposible evitar que se supere el 1,5ºC de aumento de la temperatura global”, sentencia.