La ocupación de zonas inundables agravó los estragos de la riada
Una tormenta mortal en Mallorca
El área más afectada está entre los once tramos fluviales de riesgo en Baleares
La ocupación de las zonas inundables en el torrente de Ses Planes, en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar, agravó los estragos producidos por las precipitaciones y las inundaciones en Mallorca. De hecho, el torrente de Ses Planes (un río temporal que gran parte del año está seco) atraviesa el centro urbano de Sant Llorenç a través de un canal de hormigón que recuerda a las típicas ramblas asfaltadas de la comarca del Maresme. “Es muy normal que gran cantidad de coches aparquen al lado mismo del torrente o incluso encima del curso fluvial”, explica Cels García, profesor de Geografía Física de la Universitat de Baleares, convencido de que detrás de esta tragedia están también las carencias en la planificación territorial, obra del hombre. Un volumen de agua descomunal, la limitada capacidad de drenaje de la cuenca y la ocupación de zonas del espacio fluvial compusieron un cóctel letal.
Sant Llorenç ha ido experimentado los últimos años un crecimiento urbanístico que le ha llevado a expansionarse hacia el lecho del torrente de Ses Planes. Esta anexión de la zona fluvial ha sido constante desde los años ochenta (mientras que el núcleo histórico está algo más alejado).
“Suele ser normal la escena de los coches aparcados sobre el curso fluvial seco”
Esta evolución urbanística completa la tormenta perfecta provocada. En la zona cayeron más de 220 litros por m2en un intervalo de cuatro horas. Todo esto ocurrió en un territorio con relieve orográfico muy pronunciado y desniveles bruscos en una pequeña cuenca de 35 km2que recibió unos 6 millones de m3/s en pocas horas. Es como si se evacuara un caudal medio de 350 m3/s durante cinco horas (volumen que equivale al del Ebro en su tramo bajo).
Un volumen de agua como éste produce una inundación en circunstancias normales en un bosque. Pero, en una zona agrícola o urbana tiene un efecto devastador. Enormes cantidades de vegetación, ramas y sedimentos arrastraron todo lo que encontraban a su paso, hasta coger por sorpresa algunas de las personas que cruzaron por encima de la riera. El torrente que atraviesa Sant Llorenç fluye en el interior de la localidad a través de una canalización de hormigón, pero su escasa capacidad de desagüe (solo 200 m3/s), un suelo impermeable y la velocidad del agua condujeron la tragedia.El cajón resultó incapaz de absorber una crecida de tal magnitud. “Un volumen de agua como este es difícil de contener; pero, además, algunos pueblos viven sobre zonas inundables”, dice Cels García.
El torrente de Ses Planes es uno de los once tramos fluviales incluidos en los mapas de peligrosidad y riesgo de inundación en la Demarcación Hidrográfica de Baleares, perteneciente al gobierno de Baleares. La inclusión de un espacio en el mapa de peligrosidad comporta la definición de las áreas que pueden ser anegadas por grandes avenidas, mientras que el mapa de riesgo incluye las propuestas de prevención que deben ser llevadas a cabo. No obstante, el gobierno balear no dio respuesta a este diario sobre las acciones que se deberían tomar
¿Qué ha fallado? “Es difícil dar una respuesta cuando se trata de un tormenta tan intensa, y cuando la capacidad de respuesta de Protección Civil es casi nula y no se puede avisar a la gente con tanta inmediatez”, dice Cels García. “El problema es que en Mallorca vemos los ríos como alcantarillas, como zonas donde se arrojan los desechos, y no como sistemas naturales”, expone.
“Habría que crear zonas de inundación para que el agua pierda velocidad y energía”
Cels García
Geógrafo
¿Qué se podría haber hecho? “Sabiendo que ésta es una zona inundable, se tenía que haber dejado más espacio al sistema fluvial”, resume Cels García. “Habría que crear zonas de inundación para conseguir que el agua pierda velocidad y energía. Así, se producirían inundaciones pero no serían tan letales. Hay que respetar los ríos”, repite Cels García.
Según el doctor Miquel Grimalt, jefe del departamento de geografía física de la Universitat de les Illes Balears, esta es la mayor inundación de la que se tiene registro. Hubo otras de magnitud similar, en los años 1943, 1973 y 1989; en la última de ellas se produjeron tres muertos en el pueblo cercano de Felanitx. Tormentas como estas son un fenómeno propio del clima de esta zona del Mediterráneo occidental, lo que, unido a la morfología del torrente (que facilita la acumulación rápida de agua), provoca inundaciones. No es incidente sorprendente, sino que responde a las características de la zona. Lo definitorio es la presencia humana junto al cauce.