El lobo reconquista Europa: éxito para los naturalista y preocupación para los ganaderos
Especie emblemática
La expansión del emblemático animal en diversas zonas del continente puede ser síntoma de mejora ambiental pero también es un problema para la población rural
El reciente avistamiento de un lobo (Canis lupus) en la zona del Port del Comte (Solsonès, Catalunya) no es un caso aislado. A principios de enero de este año también se observó en Bélgica el primer ejemplar de esta especie en cien años. En el caso belga, el lobo dejó huella al provocar la muerte de dos ovejas y herir una tercera. El mítico animal de los bosques europeos también es noticia en Dinamarca, país que desde el 2017 cuenta con su primera manada de lobos en 200 años.
El lobo se está dejando ver en territorios donde hacía más de un siglo que había desaparecido. Esta realidad puede ser considerada como un síntoma de la recuperación de la vida salvaje en el Viejo Continente pero, en las condiciones de vida actuales, y en determinadas zonas de Europa, los propietarios de ganado de pasto y algunos otros habitantes del medio rural siguen considerando al lobo como una amenaza.
Es el caso de Noruega, Finlandia, Suecia o Rumanía, que permiten sacrificios debido a la presión de los ganaderos y a pesar de las asociaciones ecologistas. Otros países también están estudiando esta misma posibilidad. En España, el debate entre proteccionistas y ganaderos -con casos de caza furtiva incluidos- está ahora más vivo que nunca. La gestión de la especie no es fácil.
En la actualidad, el lobo ha dejado de ser considera una especie en peligro de extinción en diversos países de Europa. A principios del siglo XX fue cazado hasta prácticamente su exterminio y quedó confinado a los países del Este de Europa y algunas regiones de España e Italia. Tras varios procesos de reintroducción su presencia se ha recuperado de forma substantiva en el conjunto de Europa y no sólo en los países donde fue reintroducido.
El avance es rápido. Tanto que más que preguntarse si llegará a todo el continente lo oportuno es preguntarse cuándo llegará. En el año 2000 se detectó en Alemania del Este la primera manada con cachorros; ahora ya hay más de 14 manadas. Lo mismo ha sucedido en la Baja Sajonia, cerca de la frontera con Holanda: en el 2012 había sólo una hembra y en la actualidad hay 14 manadas. La expansión se ve favorecida por el creciente abandono de tierras de cultivo y por el consecuente aumento de la superficie forestal.
El lobo en Catalunya
“El ejemplar fotografiado en el Port del Comte procede de la zona de los Alpes y es un macho solitario”, explica Ricard Casanovas, jefe del servicio de Fauna y Flora del Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat. “De los 15 lobos observados en Catalunya desde que se detectó el primero en el 2010, todos menos uno han sido machos ya que los ejemplares jóvenes son expulsados de la manada y se ven obligados a expandirse”, añade el experto. Además, todos proceden de los Alpes.
“En la actualidad conviven tres lobos en Catalunya: uno en el Alt Ripollès, uno en la Cerdanya que la mayoría del tiempo está en Francia y el que recientemente fue fotografiado en el Port del Comte. Son ejemplares solitarios y erráticos, que no cuentan con una manada en el territorio”, explica Casanovas.
El sector ganadero catalán vive con preocupación la reconquista europea del lobo. “Conocemos la experiencia de otras comunidades autónomas (en el norte del río Duero hay una importante población) y estamos preocupados aunque de momento la situación en Catalunya no es grave”, afirma Joan Guitart, coordinador territorial de las Comarcas de Montaña del sindicato Agrario Unió de Pagesos.
Guitar advierte que “si el lobo vuelve será un problema para los propietarios de ganado y muchos de ellos se verán obligados a cerrar sus explotaciones”. En opinión del representante sindicalista, las indemnizaciones que se pagan en caso de ataque “son insuficientes y no compensan las pérdidas ni el sufrimiento y estrés que padecen los animales, que llegan incluso a provocarles el aborto”. En cuanto a las medidas de prevención propuestas por parte de la Generalitat, como una mayor vigilancia, la reintroducción de mastines y la instalación de vallas, asegura que con los márgenes ganaderos actuales no son rentables.
El lobo no está considerado un animal estrictamente protegido, aunque su caza está prohibida en Catalunya. Más que una cuestión de conservación de la especie, el problema actual es la convivencia con la actividad humana y la gestión de conflictos, inevitables al tratarse de una especie carnívora.
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