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Este bicho está aprendiendo a comerse vivas a las abejas europeas

Un pequeño arácnido hasta ahora solo detectado en abejas asiáticas se suma a las amenazas a la supervivencia de las productoras de miel

El ácaro 'Varroa jacobsi' es muy parecido al 'Varroa destructor', que empezó a atacar a las abejas de la miel en los años 1960

beecare.bayer.com

La Varroa jacobsi, un ácaro o pequeño arácnido que hasta ahora solo atacaba mortalmente a las abejas asiáticas (Apis cerana), está desarrollando rápidamente la capacidad de parasitar también a las abejas europeas (también conocidas como abejas domésticas o abejas de la miel, Apis mellifera). Los primeros casos de Varroa jacobsi atacando colmenas de abejas europeas fueron documentados el año 2008 en Papua Nueva Guinea y ahora, un nuevo estudio describe las características genéticas que están haciendo posible que esta especie de ácaro se convierta en una nueva amenaza global para las abejas productoras de miel.

Los resultados de esta investigación liderada por expertos de la Universidad Purdue, en West Lafayette (Estados Unidos), han sido publicados en la revista especializada BMC Genomics (16 de noviembre). Los autores explican que por el momento solo se conocen ataques de varroa jacobsi a abejas de la miel en Papua Nueva Guinea pero alertan de que, como ya ha ocurrido con otros ácaros similares, este parásito se sume a las graves amenazas que afectan a las abejas de la miel en el conjunto del planeta.

Abeja europea ('Apis mellifera') con una varroa enganchada en la parte inferior del abdomen

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La varroa que hasta ahora ha afectado a las abejas de la miel, de la especie Varroa destructor, es un ácaro parecido a una araña que mide sólo 0,4 milímetros de diámetro y se adhiere al cuerpo de las abejas adultas o de las larvas provocando su debilitamiento y muerte. Esta especie fue descubierta en Java en 1904 como parásito de la especie Apis cerana, pero hasta mediados del siglo XX no empezó a extenderse en forma de plaga.

Evolución de la plaga

En colmenas de abejas de la miel, los primeros casos graves de varroasis -la enfermedad provocada por la varroa- conocidos en el continente europeo se registraron en Rusia a principios de los años 1950. En España, los primeros casos documentados son de 1984. Diversos estudios indican que la varroa llegó a Estados Unidos en 1987 a través de una importación de abejas procedentes de Rusia.

Hace cuatro décadas los expertos descubrieron diferencias genéticas que permiten diferenciar a la Varros destructor de la Varroa jacobsi, y detallaron que la jacobsi solo ataca a las abejas asiáticas (Apis cerana). En 2008 se detectaron algunos casos de ataques de V. jacobsi a abejas europeas y el año 2015 un estudio publicado en la revista Molecular Ecology confirmó la detección de modificaciones genéticas que facilitan que las Varroa jacobsi se esté convirtiendo en una amenaza para la abeja de la miel.

Los datos que se publican ahora en la revista BMC Genomics ratifican esta preocupante evolución.

Los investigadores Greg Hunt y Gladys Andino observando colmenas posiblemente afectadas por la varroa

Purdue Agriculture / Tom Campbell

El investigadores de la Universidad Purdue Gladys Andino y Greg Hunt han confirmado que algunas poblaciones de ácaros de Varroa jacobsoni están pasando de alimentarse y reproducirse en las abejas asiáticas, su anfitrión preferido tradicionalmente, a hacerlo en las abejas europeas. Este mismo salto se produjo hace algo más de medio siglo cuando la Varroa destructor, hasta entonces solo conocida en las abejas asiáticas, empezó a atacar a las abejas de la miel.

Los resultados de este estudio podrían facilitar el descubrimiento de sistemas para hacer frente a una posible plaga provocada por la V.jacobsi, destacan los investigadores de la Universidad Purdue.

“La situación actual podría representar una nueva amenaza real para las abejas de la miel”, ha indicado Gladys Andino. “Si este ácaro sale de control y se propaga, podríamos tener otra situación como la que conocimos con la Varroa destructor”.

Vista de la parte inferior de un ejemplar de 'Varroa jacobsi'

WP

La comunidad científica conoce en la actualidad la existencia de cinco especie del género varroa. En todas sus variantes se trata de unos ácaros que parasitan enganchándose al cuerpo de las abejas -en las diversas etapas de su desarrollo- y se alimentan de su hemolinfa (líquido interno de los invertebrados). Así, estos ácaros chupan la sangre de los insectos hasta causarles la muerte.

Los investigadores de la Universidad Purdue, a modo de ejemplo, explican que una varroa enganchada al cuerpo de una abeja equivaldría a una garrapata mayor que un puño enganchada al cuerpo de un humano. Como ocurre con otros parásitos de este tipo, las varroas no solo debilitan y provocan la muerte -en este caso de las abejas- sino que transmite diversos tipos de microorganismos perjudiciales para los insectos capaces de sobrevivir al ataque directo.

Artículo científico de referencia:

Differential gene expression in Varroa jacobsoni mites following a host shift to European honey bees (Apis mellifera). Gladys K. Andino et al, BMC Genomics (2016). DOI: 10.1186/s12864-016-3130-3

Más información sobre las abejas en La Vanguardia: El enigma de las colmenas