Tres mujeres crean una ópera bufa sobre uno de los males de nuestra sociedad: el narcisismo
ÓPERA
La compositora Raquel García-Tomás, la dramaturga Helena Tornero y la directora de escena Marta Pazos se alían en ‘Je suis narcissiste’
La presencia de mujeres en la creación operística sigue siendo inusual, aún en la escena contemporánea del siglo XXI, de ahí que el estreno de Je suis narcissiste sea noticia más allá de la propia singularidad de la propuesta. Pues el género bufo es también una rareza en la contemporaneidad. La compositora barcelonesa Raquel García-Tomás, la dramaturga figuerense Helena Tornero y la directora de escena gallega Marta Pazos se han aliado para alumbrar un título que aborda el narcisismo imperante en nuestra sociedad con grandes dosis de humor y un universo estético que se inspirar en el cómic y el cine estadounidense de los años cincuenta.
Coproducida por el Teatro Español, el Real y el Lliure, esta ópera llega a Barcelona del 12 al 14 de abril
Coproducida por el Teatro Español, el Real y el Lliure, este título que ya se ha estrenado en Madrid y se podrá ver en Barcelona estos 12, 13 y 14 de abril, ha sido impulsado por Òpera de Butxaca i Nova Creació (OBNC), que comienza así los fastos de su 25 aniversario. Dietrich Grosse, responsable de OBNC ha anunciado una nueva web en la que se colgarán detalles de las producciones pasadas, que suman ya 30 en este cuarto de siglo, todas ellas por creadores del país.
Que las nuevas generaciones cuenten con referentes femeninos en la creación operística ha acabado convirtiéndose en un objetivo de esta Je suis narcissite, aunque el hecho de que su equipo sea enteramente femenino ha venido dado “de forma orgánica”, apunta Grosse. García-Tomás y Tornero ya habían trabajado juntas en un encargo de Òpera de Butxaca titulado DisPLACE , una ópera de cámara sobre los suicidios que provocaron los desahucios. Y al ir en busca de alguien que pusiera en solfa el montaje de esta segunda joint venture, Carme Portaceli les sugirió rápidamente a Marta Pazos, a la que por otra parte ya conocían.
Cómo es que las mujeres no han podido participar de la ¿creación operística siendo su eje vertebrador ético y estético?”
Aunque es excepcional que tres mujeres presenten una ópera, lo cierto es que las creadoras existen, y la reflexión sobre el por qué de su invisibilización se abordará en una jornadas profesionales dedicadas a la ópera y las mujeres que tendrán lugar, paralelamente, en la Sgae. “Siendo el eje vertebrador ético y estético del género operístico, ¿como es que las mujeres nunca han podido participar de la creación y del ámbito de decisiones?”, se pregunta la periodista especializada Mònica Pagès, organizadora de las jornadas. “No se trata de lamentarse pero sí de ver el estado de la cuestión de lo que representa la feminidad en el mundo cultural”, apunta.
La protagonista de Je suis narcissiste, Clotilde (Elena Copons), es una organizadora de eventos culturales que va topándose con personajes con más o menos factura narcisista. De manera que acude a un psiquiatra (Toni Marsol) en cuya consulta irá evocando las situaciones que la han llevado hasta allí y que la hacen sentir vacía y sola. Todo ello en clave de humor negro que ha tenido su efecto en su estreno en Madrid, donde causó risas entre el público.
“Después de algo tan dramático necesitábamos humor, así que tuvimos una idea loca: hacer una ópera bufa contemporánea sobre el narcisismo de nuestra sociedad”, asegura García-Tomás, que destaca el hecho excepcional de haber podido crear la música al tiempo que se escribía el texto y se armaba el concepto escénico. Además, “de los cuatro cantantes [los otros dos son Maria Hinojosa y Joan Ribalta] yo conocía a tres, y cuando sabes quien interpretará al personaje y conoces su energía vital puedes crear directamente para ellos”, añade.
Tornero, por su parte, hizo una investigación sobre el narcisismo -Freud incluido– para poder recrear el espejo de esa sociedad “en la que nos estamos transformando y en la que nos hacemos selfies mientras todo se va a la mierda”. El humor y la parodia está servida, también a nivel musical.
“Lo interesante es que pudimos comentar previamente fue el universo estético. Yo quería explorar la edad de oro del cine estadounidense de los años 50 introduciéndolo en una ópera cómica, así que el hilo conductor es el jazz aunque también hay música electrónica y contemporánea en clave de parodia. Y Helena fue muy inteligente con las palabras viejunas y expresiones que usa en el libreto”, apunta García-Tomás.
Quería explorar la edad de oro del cine estadounidense de los años 50 introduciéndolo en una ópera cómica”
Para Marta Pazos, las coordenadas que le dieron García-Tomás y Tornero la llevaron a investigar sobre las comedias de esos años 40 y 50 del siglo pasado, “en las que las parejas como Doris Day y Rock Hudson se hablaban por teléfono”. “Y al leerla por primera vez me vinieron flashes sobre el color: no sería realista precisamente para hablar de temas realistas. Se parecería más a un cómic de Moebius pero al ritmo de la comedia romántica de los cincuenta”, apunta.
El resultado es un vodevil trepidante en el que a la partitura musical va pareja una partitura de movimientos escénicos. Y con una escenografía limpia, para que los pensamientos de Clotilde afloren como en una viñeta. La música corre a cargo de solistas de la Sinfónica Camera Musicae dirigidos por Vinicius Kattah.
Esta ópera no es realista para precisamente poder hablar de temas realistas”