BMW X1, la revolución premium de un clásico

Hoy os traemos el crossover más pequeño de la marca, el nuevo BMW X1, un modelo que recibe una más que profunda actualización para cambiar radicalmente a nivel estético, tecnológico y prestacional y que eleva un poco más el concepto premium que siempre ha tenido en el segmento de los crossovers compactos y medios.

En lo estético ya lo veis en las imágenes. Ahora nos propone unas formas más angulosas, muy en la línea de los últimos productos de la marca alemana. El frontal mantiene los clásicos riñones de BMW pero más grandes que en el pasado y con unas formas más tridimensionales y con un escalón en su parte alta.

Los faldones inferiores también ganan en presencia y que varían según el modelo sea de serie o con los acabados xLine con detalles de aluminio o el M Sport, con unas entradas de aire más sobredimensionadas y de estilo deportivo.

Lateralmente las líneas perfiladas continúan con unos marcados nervios longitudinales, así como una línea de ventanillas más despejada y con un montante C más integrado. Los neumáticos de perfil bajo son con llantas de 17 o 18 pulgadas o de 20” a nivel opcional.

La parte trasera, junto a la delantera, es tal vez el aspecto que más gana en presencia, con un paragolpes de aspecto más ancho, un portón reforzado con líneas y ópticas más angulosas, así como una ventanilla más estrecha que le dan un toque realmente deportivo.

En cuanto a tamaño estamos ante un vehículo que ha crecido sensiblemente, concretamente 5 centímetros hasta alcanzar los 4,50 metros de largo, por 1,85 de ancho (+3 cm) y 1,64 de alto (+4 cm), un coche que sigue siendo relativamente compacto pero que tiene pequeñas, aunque importantes mejoras de habitabilidad.

Si empezamos por el maletero hay una mejora de hasta 60 litros con respecto a la anterior generación. Ahora en esta versión de tracción delantera propone 540 litros, así como diferentes soluciones modulares como un piso de doble fondo e incluso algunos ganchos para bolsas y redes de carga en los laterales, además de la posibilidad de abatir los respaldos traseros y aumentar ese volumen hasta los 1.600 litros.

Como en la anterior generación a la segunda fila de asientos se sigue accediendo por una puerta relativamente pequeña, pero una vez sentados disfrutaremos de un poco más de anchura a nivel de banqueta, pero sobre todo donde mejora notablemente es a nivel de espacio para las piernas y para la cabeza. La plaza central como siempre queda hipotecada por las formas del respaldo y espacio para las piernas, pero en general esta fila cada vez es más cómoda y aprovechable.

Opcionalmente se puede mejorar la funcionalidad de esta fila trasera mediante un sistema de abatido en tres secciones del respaldo y que además incluye regulación de inclinación de sus respaldos, así como desplazamiento longitudinal de toda la banqueta en dos secciones.

Pero será en la fila delantera donde vamos a ver el cambio más importante. Como el Serie 2 Active Tourer que probamos en su momento, el nuevo X1 adopta un diseño muy moderno con un tablier, muy vertical y presidido por una pantalla de estilo panorámico, que en realidad son dos, una de 10,2” para el cuadro de mandos y otra de 10,7” para el sistema multimedia.

En los dos casos ofrecen una visualización excelente. El cuadro de mandos ofrece cierto nivel de personalización y una amplia y multiconfigurable información para la conducción y de ayudas activas, así como elementos de comunicación.

Por su puesto esta pantalla también se apoya con la central que, como en los últimos lanzamientos de BMW, ya incluye el sistema multimedia ID8.

Se trata de un software muy completo, que nos presenta una visualización por widgets, así como un menú al estilo de las pantallas app de los móviles. Unos menús que, de los amplios que son, resultan algo abrumadores.

El sistema de climatización también está integrado en esta pantalla, reduciendo al máximo los controles puramente físicos y que básicamente se concentran en la consola central flotante entre los asientos, donde encontramos el botón de arranque, el selector de marchas, las luces emergencia o el control del volumen y justo delante un soporte vertical para móviles o incluso pequeñas tablets, que también puede hacer las veces de cargador inalámbrico.

En cuanto a las butacas son muy cómodas, aunque en este caso estamos ante una versión equipada con los asientos deportivos opcionales que recogen aún mejor el cuerpo a pesar de ofrecer tapicería de cuero, también opcional.

Lo que es de serie es un diseño bastante moderno y en especial un compromiso, que lejos de mantenerse, se ha mejorado en muchos aspectos como materiales y cuidado del detalle, lo que hace de este X1 un modelo aún más premium a pesar de ser el crossover más compacto de la oferta BMW.

Gama de motorizaciones diversa

El nuevo X1 llega con una interesante oferta de mecánicas, incluida esta variante sDrive 18i de 136 CV

En cuando a motorizaciones la gama llega inicialmente con seis motorizaciones posibles entre las que se encuentran las híbridas enchufables, las minihíbridas y las térmicas convencionales, tanto en diésel como gasolina. Hoy os traemos una de estas últimas versiones, el BMW X1 sDrive 18i, es decir, el gasolina convencional más ajustado de todos.

Se trata de un modelo con etiqueta verde equipado con un propulsor gasolina 1.5 de tres cilindros turbo de 136 CV de potencia y 230 Nm de par. A este motor se suma el cambio automático de doble embrague y siete velocidades y exclusivamente tracción delantera ya que este motor en concreto se monta en configuración transversal lo que imposibilita la tracción total.

Puede parecer un motor discreto para este vehículo, pero lo cierto es que a nivel de rendimiento resulta muy satisfactorio, con una buena capacidad de aceleración y suavidad de marcha, en parte apoyado por el buen trabajo del cambio que a nivel de recuperación permite una buena capacidad de reacción.

Si que es cierto que en parado o a regímenes altos este tricilíndrico es bastante ruidoso, especialmente en el exterior, porque el interior está perfectamente aislado.

Su consumo oficial es de 6,3 litros a los 100 km, pero nosotros nos hemos movido por medias de 7,3 litros en conducción tranquila aprovechando el modo Efficient disponible en sus modos de trabajo, y es que este X1 ofrece tres modos activos de conducción el Personal, el Efficient y el Sport que cambian activamente parámetros de respuesta del motor, del cambio y dirección.

Opcionalmente con las levas al volante este modelo puede ofrecer un sistema de “Boost” en el que si pulsamos durante dos segundos la leva de reducción el vehículo entra en un modo “Boost” en el que durante 10 segundos, indicados en el cuadro de mandos, ofrece las máximas prestaciones de motor y cambio. Pasado ese tiempo, o si soltamos el pedal del acelerador todo vuelve al modo “estándar”.

Si bien a nivel de bastidor el X1 puede equipar suspensiones adaptativas a opcionales, de serie llega con unas suspensiones mecánicas convencionales con un alto rendimiento dinámico, en el que el confort y la seguridad, con un completísimo pack de sistemas de ayuda a la conducción como apoyo, es el principal objetivo. De todas formas, como buen BMW tampoco desdeña cierto carácter deportivo, con una dirección precisa y una frenada modulable, en especial las versiones con el Pack M Sport que cuentan con un tarado de suspensión algo más firme.

A ritmos tranquilos ofrece un buen aislamiento del asfalto, así como un buen equilibro y capacidad de contener las inclinaciones de carrocería, aunque sin llegar a ser excesivamente firme. A ritmos más fuertes se nota el peso del conjunto, aunque la calidad de guiado sigue siendo excelente. Fuera del asfalto la tracción delantera ofrece ciertas limitaciones, aunque su suspensión y su carrocería ligeramente elevada permite movernos por pistas en buen estado.

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La conclusión es que la combinación de las novedades del X1 que hemos visto, más este motor de gasolina, el más discreto, pero sorprendentemente eficaz, permite llegar a esta gama desde los 41.700 euros solo mejorado, curiosamente por la versión diésel de 150 CV que cuesta 41.000 euros pelados.

Por supuesto estos precios son los básicos, porque como es habitual BMW nos ofrece una notable oferta de opciones, ya sean en packs estéticos y de equipamiento cerrados, como de elementos de mayor personalización que pueden elevar y mucho el coste de este X1 el escalón de accesos a la gama SUV de BMW.