Cupra Born, el eléctrico de casa
A Prueba
Funcional, atractivo y 100% eléctrico, pero sobre todo con el alma deportiva de Cupra
El Cupra Born eléctrico más potente tiene también mayor autonomía para hacer viajes largos
Hoy os traemos el eléctrico de casa, el Cupra Born. En este caso se trata de la única versión disponible de momento, que es la equipada con un motor trasero de 204 CV y 310 Nm y alimentado por una batería de 58 kWh.
Más adelante llegarán las versiones de 231 CV y batería de 77 kWh, una más discreta de 150 CV y 45kWh, así como packs como el e-Boost que aumentarían la potencia opcionalmente. De todas formas, la versión que hoy nos ocupa es un modelo que cumple sobradamente las necesidades de los que buscan un coche eléctrico gracias a su alto compromiso prestacional y a su autonomía WLTP de 416 km.
Este alcance es en ciclo mixto, aunque el fabricante dice que se pueden superar los 550 km en ciclo urbano. Sea como sea, es un coche con el espíritu Cupra, tanto en su diseño como por seguir siendo fiel a la filosofía de dinamismo de la marca.
Es un vehículo relativamente compacto, mide 4,32 metros de largo, con cinco plazas homologadas y una habitabilidad superior a la de un Seat León, por poner un ejemplo cercano.
Sus plazas delanteras son despejadas y montan de serie unos asientos de estilo deportivo con tapicería Seaqual, compuesta de plásticos reciclados del mar.
Delante tenemos un tablier de diseño muy moderno con un cuadro de mandos de 5,3 pulgadas, de excelente visibilidad y solidario a la columna de dirección y al volante, de estilo deportivo. Lo que no ofrece este modelo son los clásicos mandos Cupra en el propio volante.
El salpicadero se completa con la pantalla de 12 pulgadas que integra todas las funcionalidades accesorias con mandos táctiles y por voz clásicos de la marca. Sus menús son bastante sencillos, aunque el acceso a algunas de las funcionalidades, como el Cupra Drive Profile, requiere varias acciones sobre la pantalla.
En el centro tenemos una generosa consola central con un cofre con cierre tipo veneciano y un sistema de recarga inalámbrica para móviles bajo el apoyabrazos. Por cierto, todo con un alto compromiso de calidad de materiales y de acabados, casi diríamos que por encima de su primo hermano ID.3 de Volkswagen.
Detrás, la segunda fila de asientos tiene espacio para las piernas y cabeza, con unas plazas exteriores muy cómodas y con un diseño bastante envolvente, aunque la plaza central queda condicionada precisamente por esas formas irregulares.
El maletero es bastante amplio, ordenado y tiene una capacidad de 385 litros, los mismos que el ID.3, y cuenta con un piso de doble fondo, más otro hueco para guardar los cables de carga y el kit antipinchazos bajo éste.
Prestaciones y consumo
Una versión potente, ágil y de consumo moderado
Como vemos es un coche relativamente compacto, de buena habitabilidad y funcionalidad y que se apoya en su carácter y filosofía eléctrica. Su motor de 204 CV y 310 Nm es más que suficiente para mover con soltura el conjunto que pesa una media de 1.800 kilos en vacío.
Como todos los eléctricos tiene una aceleración instantánea y una capacidad de recuperación en los adelantamientos también muy convincente.
Tiene los modos clásicos de conducción Cupra Drive Profile: Comfort, Performace e Individual y al que se le añade otro denominado Range para optimizar al máximo el gasto eléctrico.
No tiene modo Cupra (eso se deja para un futuro pack e-Boost que aumentará la potencia hasta los 231 CV) pero por 850 euros se puede montar el control de chasis adaptativo con amortiguadores dinámicos.
En marcha
Asegura un alto confort sin renunciar a un dinamismo evidente
Su suspensión tiene un tarado muy particular. Para nada es dura, pero sí es capaz de contener sin problemas las inclinaciones de la carrocería. A esto contribuye la carrocería rebajada en 15 mm con respecto al ID.3, lo que hace que la batería situada en el plano del vehículo rebaje, y mucho, el centro de gravedad del modelo.
La suma de todo esto le proporciona una agilidad dinámica destacable con una suspensión firme, aunque no incómoda, que permite una conducción bastante ágil y precisa. Su dirección es obediente y se apoya en un motor trasero que ayuda a contener el subviraje y a aportar un plus de agilidad en la conducción, mientras que la electrónica hace lo propio con el sobreviraje, manteniendo en todo momento una altísima seguridad de marcha.
Es, por tanto, un coche ágil de conducir, aunque su naturaleza eléctrica nos pida todo lo contrario. Tal vez nos hubiera gustado disponer de un sistema para aumentar o disminuir dinámicamente su capacidad de retención en vez de tener que jugar con las posiciones D y B de selector de marchas (¿levas al volante?) y así jugar entre el dinamismo y su capacidad de recarga dinámica.
Lo lógico en este Cupra Born es aprovechar al máximo las cargas de la batería. En esta versión de 58 kWh admite cargas rápidas de hasta 100 kW, lo que permite pasar del 5 al 80% de la batería en solo 35 minutos. También se puede conectar a puntos tipo Walbox de corriente alterna de una potencia máxima de 11 kW, en cuyo caso tarda seis horas y cuarto para el 100% de carga.
Nosotros hemos obtenido una media de gasto de entre 16,7 y 24 kWh cada 100 km, lo que lo acerca a una autonomía teórica de 390 km, un valor que, no obstante, hemos conseguido en conducción mixta, con bastantes tramos de carretera y vías rápidas y pocos kilómetros en conducción urbana, donde seguro esta autonomía aumentará notablemente.
El precio de este Born de 204 CV arranca en 38.400 euros, aunque con posibles descuentos de marca y las ayudas Moves podríamos conseguir este interesante eléctrico en poco más de 31.000 euros de salida.