Cambia las escobillas del limpiaparabrisas en pocos pasos
Es recomendable hacerlo una vez al año
Contar con una perfecta visibilidad del entorno es esencial cuando conducimos. Por ello, resulta muy importante llevar las escobillas de los limpiaparabrisas en óptimas condiciones, así como asegurarnos de que estos elementos funcionan a la perfección (sin olvidarnos de tener siempre lleno el depósito del líquido correspondiente).
Lo más recomendable es sustituir las escobillas una vez al año o cuando comienzan a mostrar signos de que ya han llegado al final de su vida útil. Si vemos que no barren bien porque dejan franjas o superficies veladas en el campo de visión o si detectamos hacen ruido en cada movimiento significa que debemos renovarlas.
Cambiarlas es sencillo. Tras comprar el modelo de recambio adecuado a nuestro coche, debemos levantar con la mano cada uno de los brazos de los limpiaparabrisas. En la mayoría de casos, hay que apretar el clip de sujeción para liberar la escobilla, de tal modo que podamos tirar de ella para extraerla.
Para colocar la nueva debemos introducirla en el sentido inverso al que la sacamos y tiramos de ella hasta que oigamos el clic del clip de sujeción. Existen otros sistemas de montaje que también podéis ver en el siguiente vídeo práctico, colgado por el Youtuber F1Joaquin.
Unas escobillas realizan más de 750.000 barridos del parabrisas en su vida útil, lo que supone limpiar la superficie de 80 campos de fútbol. Existen factores que aceleran su desgaste, como la exposición a la luz solar directa o los cambios bruscos de temperatura. Asimismo el desgaste ocasionado por la propia fricción contra el cristal se acentúa con la suciedad, los insectos …
Para que las escobillas mantengan su eficacia durante el mayor tiempo posible es aconsejable limpiarlas periódicamente con un detergente y esponja –al menos, una vez al mes- con el objetivo de eliminar cualquier adherencia que interfiera en el barrido.
Existen factores que aceleran el desgaste de las escobillas, como la exposición a la luz solar directa o los cambios bruscos de temperatura”