Cuando el coche da tirones, es indudable que hay algo que no va bien. Si bien en cualquier caso lo más indicado es acudir al taller de confianza para que revise lo que sucede, podemos ayudarle con el diagnóstico si nos fijamos en los siguientes factores: ¿a qué velocidad ocurren los tirones? ¿Ocurren con el cambio de marcha? ¿El vehículo se encuentra frío o, por el contrario, el motor ya debería estar caliente?
Son preguntas que nuestro mecánico nos realizará cuando lleguemos al taller y a las que nos podemos adelantar prestando atención en la conducción. Describir la situación con precisión y detalle podría ahorrar mucha mano de obra en la reparación y, con ello, la factura será menos abultada y el tiempo que pasemos sin disponer de nuestro vehículo menor.
Causas que provocan que el coche dé tirones
1
Válvula de mariposa en mal estado: regula el caudal de aire que entra en la combustión en motores de gasolina para que la mezcla sea adecuada, y es determinante para un rendimiento óptimo del motor. El exceso o carencia de aire en los cilindros hace que el vehículo pierda potencia, aumente el consumo de combustible, y se produzcan los molestos tirones.
2
La Caja de cambios tiene alguna anomalía: que la conexión de la caja de cambios con el motor no sea correcta también provocará que el coche circule a tirones cuando lo haga a determinadas velocidades. El mecánico puede revisar si existen problemas en esta pieza, una de las más complejas del vehículo.
3
Filtros saturados o en mal estado: mantener los filtros del vehículo en buen estado es vital para su buen funcionamiento. Revisarlos periódicamente para sustituirlos cuando sea necesario es una práctica regular a realizar con cualquier vehículo. Tanto los filtros obstruidos, como las consecuencias negativas que ello tiene en el caudalímetro del coche pueden provocar que un coche dé tirones.
4
Catalizador o carbonilla obstruyendo el circuito de gases: el catalizador, o malla que retiene las partículas de suciedad que se generan en durante la combustión, puede estar obstruido. Cuando eso ocurre, los gases no pueden salir del motor, provocando no solo que el coche dé tirones. También puede provocar averías. De la misma forma, la carbonilla acumulada puede estar detrás de esta fuga defectuosa de los gases del motor.
5
Mal funcionamiento de la válvula EGR: este componente que equipan sobre todo en los vehículos motor diésel, y muchos de gasolina, es la que permite que los gases vuelvan a la cámara de combustión para volver a quemarse para hacer descender la temperatura del equipo motor. Cuando no funciona correctamente, repercute negativamente en la potencia, pudiendo incluso hacer que el motor se ahogue. Si el coche está dando tirones, también podría ser por este motivo.
6
Repostaje incorrecto o inyectores en malas condiciones: la provisión de combustible que utiliza el motor tiene que ser precisa y acoplarse perfectamente al circuito de combustión; si los componentes del sistema de inyección están en mal estado, lo más seguro es que se produzcan los incómodos tirones. Equivocarse de combustible al repostar –un error muy humano, pero ante el que conviene reaccionar adecuadamente para no perjudicar el motor del vehículo– también provocaría que el coche empezara a dar tirones. Hay que recordar que en esa situación hay que procurar no arrancar el vehículo, si nos percatamos a tiempo del error.
7
Desgaste en los componentes eléctricos: la conectividad eléctrica de bujías, bobinas, y resto de elementos susceptibles se pueden ver resentidos por el paso del tiempo, los cambios drásticos de temperatura, la humedad, e incluso el salitre en lugares próximos al mar. El origen de los tirones también puede estar en una avería eléctrica.