Cuando el calor aprieta y las temperaturas son elevadas como es habitual en esta época del año el coche puede convertirse en un horno si lo dejamos aparcado muchas horas bajo el sol. El efecto térmico que tiene lugar en un espacio cerrado, como es el habitáculo del vehículo, es el causante de que la temperatura interior sea mucho más elevada que la exterior disparando los registros hasta límites insospechados.
LV_ El truco infalible para enfriar 10 grados el coche en menos de un minuto sin usar el aire acondicionado
Diversos estudios demuestran que en verano el interior de un coche puede alcanzar fácilmente los 60ºC, es decir, casi tres veces más de la temperatura de confort que la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda para conducir con seguridad. El organismo dirigido por Pere Navarro aconseja fijar la temperatura del climatizador en una horquilla que va de los 22 a los 24 grados para evitar que el exceso de calor afecte las aptitudes del conductor y se convierta en un factor de riesgo para la seguridad vial.
Las estadísticas revelan que el calor incrementa el riesgo de accidente en un 22%. Una temperatura excesivamente alta influye de forma negativa sobre el conductor, alterando la capacidad de reacción, incrementando la agresividad y provocando fatiga. Estos síntomas son similares a los que podría tener una persona con una alcoholemia de 0,5 gr/l.
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Así pues, es fundamental regular la temperatura del interior del coche antes de emprender la marcha. Los vehículos más modernos disponen de aire acondicionado o climatizador, así que antes de comenzar a circular debemos accionar el sistema de refrigeración para que el habitáculo alcance cuanto antes una temperatura que no afecte nuestra capacidad de concentración.
La DGT recomienda que la temperatura del habitáculo sea de entre 22 y 24 grados
Bajar las ventanillas al inicio del desplazamiento nos ayudará a superar el primer impacto de calor mientras tenemos el aire acondicionado activado. Al cabo de uno o dos minutos ya podemos subir los cristales para evitar que el aire cálido procedente del exterior interfiera con el aire acondicionado. En poco tiempo conseguiremos en el habitáculo la temperatura de confort que hemos programado en el termostato.
Cuando el coche no dispone de aire acondicionado es más difícil conseguir el objetivo de enfriar el habitáculo. Pero aun así podemos recurrir a una ingeniosa técnica al alcance de todos que nos permitirá bajar casi 10 grados la temperatura del habitáculo en apenas en minuto.
El calor incrementa el riesgo de accidente en un 22% ya que influye de forma negativa sobre el conductor
El truco lo ha dado a conocer un profesor japonés y lo puedes poner en práctica antes de poner el motor en marcha. Consiste en bajar la ventanilla del copiloto y a continuación abrir y cerrar la puerta del conductor de forma rápida y enérgica cinco veces. Verás como por raro que parezca esta técnica manual funciona y que en unos instantes la temperatura del habitáculo es mucho más agradable.
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Además de probar de enfriar el coche con este truco también puedes echar mano de otras alternativas si el vehículo no tiene aire acondicionado. Colocar trapos mojados sobre las salidas de ventilación, usar cortinillas y parasoles son soluciones de muy fácil aplicación. También podemos recurrir a las lunas tintadas, aunque hay que tener en cuenta que solo está permitido hacerlo en los cristales traseros.
Así lo establece el artículo 19 del Reglamento General de Circulación, que especifica el lugar donde se pueden colocar las cortinillas y los cristales tintados. “Únicamente se permitirá circular con láminas adhesivas homologadas o cortinillas contra el sol en las ventanillas posteriores cuando el vehículo lleve dos espejos retrovisores exteriores”. Es decir, está prohibido hacerlo en el parabrisas y en las ventanillas laterales delanteras.
Este artículo se publicó en La Vanguardia el 14 de junio del 2022