Ana Jara, actriz, 29 años: “Lidiar con viajes en grupo me resulta agotador, soy muy mediadora y tengo tendencia a buscar el bienestar de todo el mundo”

VIP sobre ruedas

La también bailarina explica que cuando viaja no lo hace para desconectar de su rutina, sino para “conectar con el lugar al que va”

La actriz recuerda su viaje a Buenos Aires, lugar en el que interpretó al personaje en la serie Soy Luna: “Se fue a cruzar el charco una niña para llegar a un proyecto como adulta”

La actriz Ana Jara con el casco para hacer un trayecto en moto

La actriz Ana Jara con el casco para hacer un trayecto en moto

Instagram / @anajaramartinezok

Ana Jara (Valencia en 1995) es una actriz y bailarina que ha conquistado al público con su versatilidad, simpatía y frescura. Conocida internacionalmente por su papel de Jim en Soy Luna, Ana ha llevado su carrera mucho más allá, brillando en la música, el teatro, y ganándose un lugar como una de las intérpretes más prometedoras de su generación. En producciones como Días mejores o Bosé, ha demostrado tener una capacidad de emocionar y conectar solo igualable a la fuerza que desprende cuando se sube a un escenario.

Lo que muchos no sabréis es que, detrás de los personajes que interpreta, existe una Ana inquieta, curiosa y sensible, que encuentra en los viajes mucho más que una pausa entre proyectos. Cada destino es para ella una experiencia profunda que la transforma, como actriz y como persona. Hoy, alejados de los focos, nos sumergimos en su lado más viajero: una Ana que observa, siente y se reinventa con cada paso que da en tierras desconocidas.

Ana, ¿cómo estás?

Pues muy bien, muy contenta de estar en Madrid otra vez, después de haber estado viajando mucho durante estos últimos tres meses. Me hacía falta volver a casa.

¿En qué prefieres moverte?

Mi vehículo perfecto es el coche. Me da la independencia de elegir cuándo salgo, a qué velocidad voy y sé más o menos a qué hora llegaré a mi destino. Sin embargo, por trabajo muchas veces tengo que desplazarme en tren o avión. Durante dos meses y medio, he estado rodando una película en Tenerife y he tenido que coger más de 20 aviones; fue agotador. Yo preferiría, por ejemplo, ir en barco porque me da pereza ir hasta el aeropuerto, que siempre está fuera de la ciudad, y luego pasar todos los controles. Esto en coche o en barco te lo ahorras.

Ana Jara, actriz

El coche da una gran libertad de movimientos a la actriz Ana Jara 

Cedida

¿Y te gusta moverte a pie para descubrir nuevos lugares?

Sí. Yo nací en Valencia y, por trabajo, he tenido la suerte de vivir temporadas en varias ciudades y en otros países. Caminar por ellas te hace adquirir la mirada curiosa del turista. Incluso en Madrid, donde ya llevo viviendo 6 años, sigo disfrutando de descubrir sitios nuevos.

Hablando de caminar, ¿qué banda sonora elegirías para un día entero moviéndote por la ciudad?

No me gusta la música acelerada para andar, la dejo para cuando estoy de fiesta. Para caminar me gusta mucho el indie español y tengo una playlist en la que siempre está Supersubmarina, Arde Bogotá, Vetusta y otros cantantes, como Muerdo o Pedro Pastor.

Por cierto, ¿en qué te mueves?

Vivo en un barrio que está cerca de la M-30 y, dependiendo del destino, cojo el metro o el bus. Aunque prefiero el autobús, porque puedes ver el paisaje y, en épocas de frío, los cambios de temperatura no se notan tanto, suelo ir en metro. Durante una época, también me movía en patinete eléctrico de alquiler, pero era un poco peligroso.

Mi psicóloga me decía que “las personas podemos ir generando miedos nuevos al tiempo que superamos los viejos”

Ana Jara, actriz
Ana JaraActriz

Hablando de tus desplazamientos en transporte público, ¿qué sueles hacer durante los trayectos?

Me gusta mirar a mi alrededor y fantasear sobre la gente que me voy encontrando: “¿qué relación tendrán estos dos?”, “¿de qué está discutiendo este por el móvil?”, “¿qué les habrá pasado?”… También siento mucha ternura por la gente mayor. Tengo una conexión muy especial con ellos porque he pasado mucho tiempo con mis abuelos, que me cuidaban cuando mis padres trabajaban. Cuando voy en el bus, transporte que cogen habitualmente los mayores, me encanta mirarlos; tienen tanta vida y tanta historia que contar…

¿Eres templada o de sangre caliente al volante?

Pues soy bastante templada y, con los años, me he vuelto todavía más precavida. Antes, no sé si era por inconsciencia, pero no le tenía tanto miedo a las cosas malas. Mi psicóloga me decía que “las personas podemos ir generando miedos nuevos al tiempo que superamos los viejos”, a lo que yo respondía: “María, es que yo siento que ahora tengo miedo a más cosas que cuando te vine a ver por primera vez”. Me tenía por una persona súper valiente y poco miedosa. ¿Sabes qué me dijo con mucha sabiduría? “Es que cuando te haces mayor tienes más cosas que perder”. Entonces creo que eso me ha hecho ser una persona más templada y más sensata. A los 18 o 20 años no pensaba demasiado las cosas, mientras que ahora lo valoro todo un poco más.

Ana Jara durante su etapa en '4 Estrellas'

Ana Jara participó en la serie '4 Estrellas'

RTVE

¿De qué viaje en coche con tus padres guardas mejor recuerdo?

Recuerdo viajar con ellos desde muy pequeña al pueblo de mi padre, La Cierva, en Cuenca. Está a dos horas y media de Valencia, también de Madrid. Me sabía de carrerilla todas las localidades por las que pasábamos hasta llegar a destino. Una vez, justo en el pueblo de antes, que se llama Cañada del Hoyo, le dije a mis padres: ”Parad, parad, que me encuentro fatal”. Detuvimos el coche, bajé y me puse a vomitar. Desde entonces, siempre que íbamos al pueblo, salía a relucir la anécdota. Incluso, a día de hoy les digo: “¿Os acordáis de cuando me bajé aquí?” Mi novio, por ejemplo, cada vez que vamos al pueblo se lo repito y me dice “siiii, ya sé que ahí tuviste que parar a vomitar”.

Si tu movilidad pudiera ser un superpoder, ¿qué harías diferente en tu día a día?

Viviendo en Madrid, me encantaría poder ir todos los días a tomar el café con mis padres o con mis amigas en Valencia. Me gustaría poder chasquear los dedos y estar en el lugar que quisiera, como Argentina, donde viví durante cuatro años (hasta los 23) por temas profesionales y creé una familia allí.

Viajo mucho por trabajo y me siento muy afortunada por poder descubrir sitios increíbles

Ana Jara, actriz
Ana JaraActriz

¿Qué símbolo o señal añadirías al código de circulación?

La de ¡Prohibido discutir! Soy una persona bastante conciliadora y tengo la suerte de que mi novio es exactamente igual que yo. No me gusta cuando me paro en un semáforo y veo por el retrovisor a una pareja discutiendo. Parece increíble que en un sitio tan pequeño, como es un coche, se haga eso cuando, además, puede causar despistes y accidentes. Entonces podría “Prohibido discutir”, sin duda.

Ana, después de tanto movimiento entre sets y escenarios, ¿qué significa para ti viajar?

Viajo mucho por trabajo y me siento muy afortunada por poder descubrir sitios increíbles, aunque hay veces que también me te toca ir a lugares urbanitas que son similares a la ciudad donde vivo. Aun así, viajar por trabajo siempre ha sido la mayor de las suertes. Por mi primer trabajo como actriz estuve viviendo cuatro años en Buenos Aires, ¡imagínate!, más regalo que ese no existe.

¿Prefieres viajar para desconectar o para conectar con algo nuevo?

Cuando viajo mi objetivo es desconectar, pero para conectar con otras cosas. Hay algo muy romántico que se ha generado relacionado con esta desconexión; y es que,  al final, el mensaje es que dejes el móvil un rato o Instagram para poder conectar con otras cosas. 

La actriz Ana Jara realizó una ruta por Galicia en un camper alquilado

La actriz Ana Jara realizó una ruta por Galicia en un camper alquilado

Cedida

Dicen que hay viajes que te cambian. ¿Recuerdas alguno que te haya marcado especialmente?

Buenos Aires lo remarco mucho, pero porque al final forma parte de mi vida y no hay un solo día en el que no me venga a la cabeza una anécdota de allí. Fueron muchos años, y muy importantes, para una chica de 19 años. Yo quería venir a estudiar arte dramático a Madrid, pero era una chica de un barrio de Valencia del que tampoco había salido mucho más allá para viajar. Venirme a Madrid sola a trabajar me daba miedo y, de repente, sale la oportunidad de viajar a Buenos Aires a trabajar. Fíjate tú, de no querer irme a Madrid a volar a Buenos Aires sola por trabajo. Es verdad que la productora me llevó entre algodones y demás, pero nunca olvidaré el momento en el que mi madre me acompañó al avión y me despedí de él.

Además, era la primera vez que viajaba en business porque la productora nos puso ese billete y, claro, era otra experiencia. Se fue a cruzar el charco una niña para llegar a un proyecto como adulta.

¿En qué viajes te has enfadado o has dicho, con esta, o con este, no vuelvo a hacer un viaje, aunque luego todo haya quedado bien?

Cuando se viaja en grupos grandes siempre hay conflictos de “yo quiero esto”, “yo quiero lo otro”. Lidiar con todo eso me resulta agotador, porque soy muy mediadora y tengo tendencia a buscar el bienestar de todo el mundo. Admito que, en ese tipo de viajes, me gustaría haber delegado un poco más esa parte mía de mediadora que tengo.

Me he sacado billetes de tren al revés, en plan de irme de Madrid a Valencia y comprarlo justo a la inversa"

Ana Jara, actriz
Ana JaraActriz

Por otro lado, ¿con quién te has reído más durante un viaje?

Con mis amigas. Hace dos años fuimos a Portaventura, en Salou. Fue muy divertido porque llevábamos años sin subir a atracciones y no hacíamos más que preguntarnos: “¿Qué demonios hacemos aquí?”, mientras que todas nos lo pasábamos como si tuviéramos 14 años. Fue como la mofa del viaje.

¿Tu mayor metedura de pata?

La he metido varias veces en viajes en tren. Me he sacado el billete al revés, en plan de irme de Madrid a Valencia y comprarlo justo a la inversa. El consuelo es que, como ahora están tan bien de precio, no te duele tanto, aunque te dices “es que soy tonta”, pero al final no le puedes echar la culpa a nadie más que a ti misma.

¿Háblame de tu rincón secreto en el mundo?

Mi rincón secreto es mi pueblo: Cierva de Cuenca, aunque es más una pedanía porque, si bien en verano hay alguno más, en invierno sólo hay 20 habitantes. Es un lugar al que le tengo mucho cariño. Allí me he sentido libre, porque desde muy pequeña mis padres me dejaban jugar en la calle y volver una hora más tarde porque nunca pasaba nada. Cuando me cuesta dormir, porque al final todos tenemos nuestros molinillos en la cabeza, me visualizo allí, caminando entre las eras de mi pueblo. Ese es mi rincón favorito, seguro.

Ana Jara, actriz

Ana Jara (al volante) disfruta viajando con sus amigas 

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Si pudieras encapsular el aroma de un lugar al que has viajado, ¿cuál sería?

Me gustan mucho los olores a mar, a costa, el olor de las lonjas... Con el colegio iba a la lonja de Valencia y a mí me encantaba porque me parecía algo muy ancestral esto de pujar por el pescado. La última vez que estuve en una de ellas fue hace dos veranos, cuando viajamos con mi novio a Galicia, en una camper, y le dije que tenía que ver cómo era una lonja por dentro. Aunque no permitían el paso al público, nos colamos como compradores mayoristas y pudimos verla de cerca.

¿Por qué calles te gustaría pasear siempre?

Siempre me ha parecido muy bonita Brujas; me da la sensación de que es como un set de rodaje. ¡Es tan perfecto todo! Y mira que yo no soy demasiado de paisajes europeos; a mí me gusta más Latinoamérica, pero Brujas me gustaría vivirla en todas sus épocas.

Ana, ¿tus planes para hoy?

Tengo un ensayo del que es mi primer papel como protagonista y, la verdad, es que estoy súper emocionada. Más tarde, por la noche, voy al concierto de un amigo que también es director de cine.

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Ana tiene la capacidad de transformar lo cotidiano en algo mágico. Hablar con ella sobre sus aventuras es darse cuenta de que son mucho más que una escapada o un cambio de escenario: son oportunidades para crecer, escuchar y dejarse llevar. Para ella, viajar no es solo moverse, es conectar con el presente, perder el miedo a lo desconocido y encontrarse en cada rincón del planeta. Hoy, he conocido a una Ana distinta: una viajera apasionada que, con cada billete que saca, sea o no en la dirección correcta, parece escribir una nueva página en su historia.

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