Daniel Villoria, oftalmólogo: “Hay afecciones que no se diagnostican a tiempo, como el queratocono, y causan deslumbramientos”

Entrevista

El doctor habla sobre los problemas visuales más comunes a la hora de conducir y los efectos en la vista de pasar muchas horas al volante

La DGT advierte sobre el peligro de conducir con esta enfermedad común

Daniel Villoria, oftalmólogo, recomienda filtros para la conducción nocturna

Daniel Villoria, oftalmólogo, recomienda filtros para la conducción nocturna

Al volante, la vista se convierte en el sentido más importante de todos. Ver las señales, percibir lo que ocurre a nuestro alrededor y reaccionar a tiempo, son aspectos clave de la conducción que pueden marcar la diferencia. Por ese motivo, debemos prestar atención a lo que nos ocurre y velar por una buena salud visual que favorezca la seguridad en carretera. Como recuerda la Dirección General de Tráfico (DGT), “ojos que no ven, riesgo vial”.

“Las patologías ocultas se expresan muchas veces en la conducción”, señala el doctor Daniel Villoria, oftalmólogo de la clínica Villoria en Vigo. “Al sentarnos en el coche y querer leer los carteles o ver la salida de la autopista, nos damos cuenta de que no vemos tanto como deberíamos”. Por ese motivo, el especialista incide en la necesidad de realizar revisiones periódicas; especialmente, en el caso de los conductores profesionales. “A partir de los 40 años es recomendable también para el resto del mundo”.

Las revisiones periódicas del oftalmólogo son esenciales para prevenir problemas oculares asociados a la diabetes.

Las revisiones periódicas del oftalmólogo son esenciales para prevenir problemas

© ISTOCK

Las afecciones más comunes

Miopía, astigmatismo, queratocono…

En un artículo publicado en su revista de Tráfico y Seguridad Vial, la DGT advierte sobre los peligros de conducir con dos enfermedades comunes: la conjuntivitis y el ojo seco. “Son patologías que cualquier persona puede padecer en un determinado momento”, añade el doctor. No obstante, también “tenemos los efectos refractivos, como el astigmatismo, la miopía o la presbicia; y los casos de personas que ven peor por la noche”. Todo ello, puede condicionar la seguridad en carretera si no se atiende correctamente.

En este sentido, “hay problemas que no se diagnostican a tiempo, como el queratocono”. Menos conocido, pero también habitual, aquellos que lo padecen “se quejan de deslumbramientos con las luces al salir de los túneles o con los coches que vienen de frente”. Asimismo, las cataratas, que afectan especialmente a las personas mayores, dificultan la visibilidad con los cambios de intensidad lumínica. “Al pasar de una condición de oscuridad a otra de claridad, se ciegan”.

Las personas que tienen conjuntivitis o el ojo seco deben limitar el uso de la calefacción en el coche

Daniel VilloriaOftalmólogo

En lo referente al ojo seco y la conjuntivitis, Daniel Villoria concuerda con la DGT: “Lo típico del ojo seco es que la gente se queje de “arenillas”, picor, pinchazos, fatiga visual, visión borrosa… y que tengan la necesidad de parar cada dos por tres”. Además, es más limitante de lo que podría parecer. “Los viajes largos son complicados. Llega un momento en el que no aguantan y necesitan parar”, señala el oftalmólogo.

Ante esta “condición crónica”, Villoria explia que, en el caso de los conductores profesionales, “tendrán que detenerse en un área de servicio cada hora o cada dos horas, ponerse unas gotas artificiales para hidratar el ojo y luego seguir conduciendo”. Asimismo, tanto en el caso del ojo seco como en el de la conjuntivitis, “los que padecen estas patologías deben limitar el uso del aire acondicionado o la calefacción del coche”.

Por otro lado, es recomendable utilizar gafas de sol. “Actúan como una pantalla” en el caso del ojo seco. “Y, como un detalle que no es tan conocido”, añade el especialista, “existen unos filtros que pueden mejorar la sensación de deslumbramientos para las personas que tienen que conducir mucho por la noche”.

La DGT aconseja no conducir cuando se padece una conjuntivitis severa

La DGT aconseja no conducir cuando se padece una conjuntivitis severa

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Las molestas luces de los coches

Filtros para conducir de noche

“Hablamos de una situación muy exigente a nivel visual”: estar al volante en condiciones de nocturnidad. “A todos nos cuesta más conducir de noche porque el ojo humano está diseñado para funcionar mejor durante el día”, explica Villoria. “Lo que sucede es que, en ese momento, se dilata la pupila y entran reflejos o luces a través de zonas del ojo a las que no llegan por el día. Entonces, se ponen de manifiesto pequeños defectos de los que no nos hemos dado cuenta”.

“Puede ser que haya alguien con una vista en perfecto estado que esté cómodo conduciendo por la noche, pero no es lo habitual”. Para disminuir esta problemática, el doctor aconseja, en primer lugar, “descartar cualquier patología y hacer una buena graduación”. Después de eso, recomienda los filtros de conducción nocturna. “Una vez que hemos comprobado que está todo bien, los filtros de algunos fabricantes de gafas disminuyen esa sensación de halo y deslumbramientos nocturnos”.

Eso sí, “si realmente existe una patología, no van a servir de mucho. En el que caso de tener queratocono o astigmatismo, habrá que buscar una solución porque no va a mejorar con el filtro. Si es un ojo sano, sí mejorará un poco. Aunque nunca veremos igual que durante el día”, concluye.

Al pasar del horario de verano al de invierno, los días son más cortos y las noches más largas

Conducir de noche puede ser un verdadero desafío para algunas personas

Janos Gehrinq

Los efectos de la conducción en la vista

Pasar muchas horas al volante

Por último, hay que tener presente que “pasar muchas horas en el coche supone un esfuerzo visual prolongado”. Especialmente, para aquellas personas con afecciones previas que pueden desarrollar fatiga visual. “Notas que estás cansado y te duele la cabeza. Ahora, si sigues los consejos de descansar cada dos horas, limitar el uso del aire acondicionado, utilizar gafas de sol durante el día y lágrimas artificiales cuando sea necesario, no hay ningún problema en que estés conduciendo la jornada habitual en un conductor profesional”.

En palabras de Villoria, es más complicado si el conductor ha estado frente a una pantalla todo el día antes de coger el coche. “El ojo está diseñado para que la visión de lejos descanse y el esfuerzo visual se hace al enfocar de cerca”, explica Villoria. “Por eso, lo primero es tener una buena graduación para asegurarnos de que no se está haciendo un sobreesfuerzo. Y luego, limitar la exposición”. En este sentido, recuerda la regla 20-20-20: “Cada 20 minutos frente a una pantalla, tienes que estar 20 segundos mirando un objeto a más de 20 pies de distancia (unos seis metros)”.

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