Carlos Salazar, profesor de FP de Automoción, desvela por qué hay tantas vacantes en los talleres mecánicos: “Hay una especialidad muy demandada"

Entrevista

El profesor de la escuela Monlau explica la problemática del relevo generacional en los talleres mecánicos 

Los talleres alertan que faltan mecánicos jóvenes: “Si seguimos así, el servicio de reparación será más caro”

Carlos Salazar, profesor y director de Automoción de Formación Profesional Monlau, en Barcelona

Carlos Salazar, profesor y director de Automoción de Formación Profesional Monlau, en Barcelona

Monlau / iStockphoto

Los talleres lo dejan claro: se necesitan mecánicos jóvenes. Pese a las demandas del sector, encontrar personal cualificado es cada vez más difícil; y, a la falta de relevo generacional, hay que sumarle otra cuestión ineludible: el incesante avance en materia de automoción. Estos desafíos plantean los paradigmas futuros de una profesión que, más allá de las expectativas de inserción laboral, nace de la vocación de sus profesionales.

Paradójicamente, los centros de formación cuentan con un gran número de alumnos cada año y se trata de una tendencia al alza. “Hay un mayor interés”, comenta Carlos Salazar, profesor y director del área de Automoción en el centro de Formación Profesional Monlau, en Barcelona. “No hemos podido cubrir la demanda de este año y cerca de un 30% de los que han solicitado entrar a la FP, no ha podido hacerlo”. Entonces, ¿por qué hay tantas plazas vacantes en los talleres?

Jóvenes en una clase de formación mecánica

Jóvenes en una clase de formación mecánica

iStockphoto

Las dificultades del relevo generacional

Alta demanda de perfiles específicos

El panorama actual podría resumirse de la siguiente manera: “Se junta la necesidad de técnicos, las nuevas tecnologías y que muchos talleres están en fase de reorganización de equipos por jubilaciones”, explica Salazar. Sin embargo, de los alumnos que obtienen su certificado, “no todos van directamente a trabajar a un taller”. En su lugar, muchos de ellos continúan estudiando. “Hay grados medios que pasan al grado superior; y grados superiores que continúan hacia las ingenierías, ya sea de automoción, mecánica o eléctrica”.

Además, las políticas de algunas empresas también juegan un papel crucial a la hora de determinar la cantidad de jóvenes profesionales que llegan a sus puertas. “La integración de un grado medio (quien termina con 18 años) es más difícil porque, por una cuestión de madurez, hay empresas que exigen el grado superior”. Y no podemos olvidar el nivel de especialización.

“En este sector, la FP está invertida”, añade Salazar. “Hay muchos grados medios especializados (electromecánica de vehículos, embarcaciones, carrocería…) y solo un grado superior, el de automoción”. De esta forma, salen diferentes perfiles: “Personal especializado en diagnosis de vehículos, de electrónica o de mecánica; asesores de servicio, comerciales; o expertos en producto.” Por consiguiente, las posibilidades del mercado laboral se expanden, mientras se demandan puestos concretos, como el de pintor y chapista.

Se están rompiendo los paradigmas del vehículo tradicional

Carlos SalazarProfesor y director del área de Automoción
Las tradicionales ideas alrededor de los talleres están cambiando y entran más mujeres que antes y perfiles académicos muy altos

Las tradicionales ideas alrededor de los talleres están cambiando y entran más mujeres que antes y perfiles académicos muy altos

iStockphoto

Por otro lado, el panorama de la automoción se encuentra en un importante proceso de cambio, que afecta a la formación de estudiantes y a los requerimientos de las empresas. “Están ocurriendo mil cosas y se están rompiendo los paradigmas del vehículo tradicional”, argumenta el profesor. “Frente a la idea de propiedad, ahora el renting gana mucho protagonismo y hay estudios que dicen que solo usamos el coche un 20% del tiempo que podríamos utilizarlo”.

“Luego, la combustión: vamos hacia un vehículo que no contamine con los eléctricos, híbridos y de hidrógeno; e incluso podríamos hablar de la conducción autónoma o la irrupción del mercado asiático”, concluye. Se configura así un escenario que moldea las necesidades de los talleres. “En la formación, se están haciendo una serie de posgrados de complemento y cursos de especialización”; así como formación extracurricular no reglada para cubrir las demandas más actuales.

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El perfil del alumnado ha cambiado

Nivel académico alto y más del 5% son mujeres

La formación está cambiando y los alumnos, también. “No hay muchas personas que digan ‘de mayor quiero ser administrativo’, pero esta rama sí es vocacional. Nuestros alumnos entran porque son amantes de los vehículos”, afirma el profesor. Asimismo, en los últimos años se han empezado a romper algunas ideas tradicionalmente bien arraigadas.

“Históricamente, se veía para alumnos que no querían estudiar el bachillerato o la carrera. Ahora tenemos que usar criterios de calificaciones para ver quién entra y hay un nivel académico bastante alto”. Por otro lado, el número de mujeres en las FP de mecánicas ya supera el 5%, “mucho para un sector que se entendía como masculino”. En palabras de Salazar, “uno entra en un taller hoy en día y parece un laboratorio, más que la imagen clásica de todo lleno de aceite y de grasa”.

Ahora tenemos que usar criterios de calificaciones para ver quién entra y hay un nivel académico bastante alto"

Carlos SalazarProfesor y director del área de Automoción
El perfil de pintor es el más demandado. Sin embargo, es un trabajo muy artesanal que requiere de muchas horas de experiencia

El perfil de pintor es el más demandado. Sin embargo, es un trabajo muy artesanal que requiere de muchas horas de experiencia

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Una de las demandas más altas por parte de los talleres recae sobre la especialidad de chapa y pintura. Curiosamente, son pocos los alumnos que se decantan por esa vía. “Carrocería está muy solicitada por las empresas. Ahí se estudia todo lo relativo a reparación, metálica, plásticos y demás de la estructura del vehículo y pintura”, explica Salazar. Sin embargo, aclara, “es muy demandada por las empresas, pero no por los alumnos”.

El puesto más envejecido del sector: pintar coches

Se trata de una vertiente aún más vocacional. En el caso de la electromecánica, “la variable de la habilidad manual es significativa, pero no importante. Todo está muy automatizado”. En cambio, en carrocería no sucede lo mismo. “Es un trabajo muy artesano y requiere de muchas horas de trabajo para ser un buen especialista”. Como vocación, “hay pocos alumnos que digan ‘a mí me gusta pintar coches’” y, por ese motivo, se trata del puesto más envejecido del sector.

Esta situación se trata de revertir mediante las orientaciones, tratando de informar al alumnado sobre sus posibilidades y ver en qué casos una persona podría tener un buen perfil para trabajar como pintor dentro de la mecánica de automoción.

Alumnos en una clase de formación profesional

Alumnos en una clase de formación profesional

David Trepat / Monlau

Familias, escuela, administraciones públicas y empresas

Los cuatro pilares de la formación

Por último, Carlos Salazar pone de manifiesto uno de los reclamos incipientes de la enseñanza en el sector. “La formación tiene varias patas y todas deben estar alineadas: las familias, las escuelas, las administraciones públicas y las empresas. Y las cuatro tienen que luchar para que vaya bien”. En su lugar, las limitaciones actuales condicionan el futuro de los estudiantes.

“Las empresas fabricantes tienen una misión: colaborar a que la formación de los chicos que salen sea la mejor. Y para eso necesitamos su ayuda”, añade. Asimismo, hace un llamamiento a las Administraciones Públicas para que “desarrollen programas escuchando muy bien al sector, pero no desde la lejanía, sino de la mano de empresas y escuelas. Nosotros tenemos 40 años de experiencia en la automoción y nos gustaría que nos llamasen para ver qué falla y qué no”.

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