Arantxa Pisón, psicóloga, sobre el estrés al volante: “Lewis Hamilton utiliza la meditación para concentrarse y reducirlo”
Entrevista
La especialista de Vigo habla sobre los efectos del estrés en la conducción y qué hacer si tenemos un ataque de ansiedad en la carretera
¿Miedo a conducir?: “Detrás de la amaxofobia hay ansiedad y un perfil obsesivo que se puede tratar
El estrés es uno de los grandes problemas de salud en la sociedad actual. El ritmo acelerado de nuestras vidas, el trabajo, las relaciones… Todo ello implica un sobrecoste emocional que se manifiesta en las acciones más cotidianas, como conducir. “Es la respuesta biológica natural del cuerpo ante situaciones que percibe como amenazantes”, explica Arantxa Pisón, psicóloga con más de 15 años de experiencia en Vigo.
“Tiene la función de prepararnos para enfrentar retos, pero cuando se prolonga o es excesivo, puede tener efectos negativos”, añade la especialista. Desde dolores de cabeza, fatiga o insomnio hasta ansiedad, depresión o problemas de concentración y memoria, son sólo algunos de los síntomas del estrés. Una experiencia que, sin lugar a dudas, es capaz de condicionar nuestra respuesta al volante.
Sin embargo, debemos saber que no estamos solos; y con ayuda y algunos consejos podemos superarlo. “Lewis Hamilton ha hablado sobre el uso de la meditación para mantener la concentración y reducir el estrés mientras compite”, comenta la doctora. A continuación, profundizamos con Arantxa Pisón sobre la relación entre el estrés y la conducción.
Cuando padecemos los síntomas del estrés, ¿siempre somos conscientes de ello o hay casos en los que pueda afectarnos sin que nos demos cuenta? Por ejemplo, ¿cabría la posibilidad de que, en casos de estrés crónico, se incorporase tanto en nuestra rutina que no lo percibiésemos?
No, no siempre somos conscientes del estrés. A veces, lo incorporamos a la vida de una manera gradual debido a las exigencias y excesivas demandas externas y/o autoimpuestas.
Otras veces, lo normalizamos tanto que podemos no reconocerlo pensando que es parte de la rutina, hasta que se manifiesta abruptamente, como en un ataque de pánico. También puede aparecer el síndrome del desgaste emocional, que es cuando nos sentimos agotados, apáticos e inmunodeprimidos sin darnos cuenta.
A la hora de ponernos al volante, ¿de qué manera interfiere el estrés de nuestra vida diaria en la conducción?
El estrés afecta tanto a las habilidades cognitivas como a las emocionales y físicas del conductor. Sus efectos pueden aumentar el riesgo de accidentes y reducir la capacidad para tomar decisiones adecuadas al volante.
Entre los más comunes y probados, nos encontramos la disminución de atención, que impide percibir peatones o señales y no reaccionar a tiempo ante situaciones imprevistas; o un cambio en el tiempo de reacción, lo que dificulta la coordinación de respuestas rápidas. Además, el estrés prolongado puede provocar fatiga que, estadísticamente, es una de las principales causas de los accidentes de tráfico.
También implica una mayor agresividad e impulsividad en la carretera y tomar decisiones exageradas frente a otros conductores, como actitudes competitivas o rebasar los límites de velocidad…; afecta negativamente a la capacidad de evaluar riesgos, sobrevalorando capacidades; y lleva a problemas de visión. Puede provocar visión borrosa o túnel, donde el conductor sólo se enfoca en lo que está frente a él y pierde la visión periférica, esencial para la seguridad al conducir.
Volviendo a la primera pregunta, ¿ser conscientes o no de ello podría condicionar nuestra respuesta?
Sí, puede ayudar a dar otra respuesta más adaptativa. Esto requiere la habilidad de autoanalizarse y tomar decisiones en base a haber observado nuestras capacidades, y ser más humilde y compasivo con ellas. No es frecuente, pero sería lo ideal. Es una de las cosas que mejoran en algunos casos con la edad.
El estrés puede provocar visión borrosa o túnel, donde se pierde la visión periférica, esencial para la seguridad al conducir
Al tratarse de algo tan subjetivo, es normal que cada persona reaccione de forma distinta. ¿Hay diferencias observables entre hombres y mujeres o, como acaba de mencionar, en relación a la edad?
Se han analizado varias diferencias entre hombres y mujeres, basadas en estudios sobre comportamiento y estadísticas. Además, biológicamente la distribución hormonal testosterona-estrógeno produce diferentes tipos de respuestas:
Los hombres tienden a ser más agresivos y asumir mayores riesgos, como superar límites de velocidad o realizar maniobras bruscas. Las mujeres tienen mejor calibración del riesgo y suelen ser más cautelosas, temerosas, pero más distraídas repartiendo la atención en distintos focos.
Esto da como consecuencia que los hombres son responsables de la mayoría de los accidentes graves y las mujeres suelen estar involucradas en accidentes menores, como colisiones pequeñas.
Con respecto a la edad, lo bueno es la sabiduría que permite valorar cuándo no debes coger el coche.
La DGT habla de una doble reacción entre el estrés y la conducción: por un lado, el estrés de la vida diaria que afecta en la carretera; y, por otro, el que provoca el hecho de conducir. Como especialista, ¿cuál es su opinión? ¿Podría en este último caso desencadenar en fobias, como la amaxofobia?
La amaxofobia, o miedo intenso a conducir, puede estar perfectamente relacionada con el estrés. El funcionamiento subyacente causal sería que el cerebro puede asociar una incomodidad persistente (estrés por conducir) con un momento de elevado cortisol y amenaza percibida (estrés general); y la percepción negativa personal para resolver satisfactoriamente un imprevisto.
Un ejemplo práctico sería: quedarse parada en un túnel o una cuesta y provocar una reacción negativa en otros conductores. Esta incomodidad (conducir a disgusto), sumada al estrés (crónico y con sensación de ansiedad), más la percepción de no haber resuelto satisfactoriamente esa experiencia, autopercibiéndose negativamente o incapaz, puede llevar a situaciones similares en el futuro; lo que produce un condicionamiento por evitación, que puede desencadenar una amaxofobia.
La depresión causa fatiga, apatía o desinterés por la seguridad
¿Y qué ocurre en el caso de la depresión? ¿Produce los mismos efectos?
La depresión también nos puede afectar a la hora de conducir, como cualquier trastorno severo del estado de ánimo o situación fisiológica que produzca disminución de nuestras capacidades cognitivas, como la concentración; o provocar fatiga, apatía o desinterés por la seguridad.
Además, los pensamientos negativos o el uso de fármacos, que interfieren en nuestra atención o activación, también pueden aumentar el riesgo de accidentes. Se podría recomendar al paciente no coger el coche cuando la severidad del trastorno interfiera claramente en una conducción segura.
¿Qué otras patologías interfieren significativamente en la conducción?
Cualquier trastorno del estado de ánimo que disminuya nuestra atención o produzca fatiga, conductas desafiantes e impulsivas… y que pueda dificultar la toma de decisiones. Además de trastornos neurológicos, como una esclerosis o una epilepsia; cognitivos, como la demencia; trastornos del sueño, que reduzcan nuestros reflejos; problemas de la visión; enfermedades del corazón, como arritmias o infartos, que puedan causar mareos y pérdida de conciencia al conducir…
Si vamos conduciendo y, de repente, nos descubrimos en medio de un episodio de estrés, ataque de pánico, ansiedad o depresión, ¿qué nos aconsejaría hacer para relajarnos y mantener la atención fija y constante en la carretera?
Este tipo de consejos están muy probados, lo ideal sería que las personas los aplicasen en los momentos correctos. Voy a relatar los más comunes.
Consejos de la psicóloga Arantxa Pisón 1