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Este es el criterio que sigue la DGT para esconder los radares invisibles que casi nadie detecta

Seguridad vial

Las reducidas dimensiones de los velolaser permitne a los agentes camuflar los dispositivos en los guardarraíles de las carreteras

El velolaser es un radar ligero, de tamaño muy reducido y sin cables que resulta muy fácil de esconder 

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Las autoridades de Tráfico utilizan distintos tipos de mecanismos para controlar la velocidad en las carreteras. Los radares fijos son los sistemas de medición de velocidad más habituales, tanto en puntos concretos de la carretera como en tramos, como podemos comprobar cuando vamos al volante. Sin embargo, los más temidos por los conductores son los cinemómetros móviles, ya que no se conoce de antemano su ubicación exacta y son más difíciles de detectar al estar generalmente escondidos.

Dentro de la familia de los radares móviles hay un modelo que últimamente está desatando la polémica entre los conductores al tratarse de un dispositivo de pequeñas dimensiones y muy fácil de ocultar. Se trata del velolaser, un diminuto aparato portátil de apenas 50 centímetros de altura que se puede colocar en diversas ubicaciones de manera casi imperceptible. Su control inalámbrico permite a estos dispositivos funcionar de manera autónoma durante cinco horas, vía wifi o 4G, por lo que no es necesario que haya ningún agente de la Guardia Civil en las proximidades para controlar su uso.

El velolaser está homologado para ser utilizado solo sobre un punto fijo

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Las características del velolaser permiten a los agentes camuflar los dispositivos en los guardarraíles de las carreteras, lo que hace que en la mayoría de los casos pasen totalmente desapercibidos por los conductores. Por norma general suelen estar colocados en sitios estratégicos, como en largas rectas, para que sean más difíciles de detectar, lo que está generando una ola de protestas de los automovilistas a través de las redes sociales.

La proliferación de los radares velolaser causa polémica en las redes sociales

Los radares móviles, no obstante, no puedan colocarse en cualquier lugar de la carretera. La normativa establece que las autoridades de Tráfico están obligadas a publicar la ubicación de los dispositivos, tanto fijos como móviles, para controlar la velocidad de los vehículos. En el caso de los radares móviles, como los velolaser, deben dar a conocer los puntos kilométricos -inicio y final- de los tramos donde van a instalar un control móvil.

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La polémica con los velolaser se ha originado por la proliferación de publicaciones en las redes sociales donde se advierte que, por norma general, los dispositivos están colocados sobre los guardarraíles o señales de tráfico para pasar más desapercibidos. Los usuarios se quejan de que con esta forma de proceder la Dirección General de Tráfico (DGT) actúa con “afán recaudatorio”, ya que también se quejan de que se encuentran situados en tramos de carretera de dudosa siniestralidad.

La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, cuyos agentes tienen como objetivo velar por la seguridad vial en las carreteras de la competencia de la DGT, no está de acuerdo con la opinión de los conductores que rechazan la utilización del velolaser. Un portavoz del instituto armado asegura que estos dispositivos están homologados por el Instituto Nacional de Metrología para ser utilizados en un anclaje fijo, pero que en cambio no se pueden utilizar en un coche en marcha.

Los agentes de Tráfico discrepan de la opinión de los usuarios y justifican su colocación en base a “datos estadísticos”

“Los velolaser pueden colocarse sobre un trípode, un imán, una valla o un vehículo, que es lo que hacemos con este dispositivo. Las condiciones de la homologación establecen que el velolaser debe estar anclado sobre un punto fijo, por lo que no se puede operar a través de las manos de un agente o en un coche en movimiento”, manifiesta un portavoz de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil a canal Moveo.

Por lo que respecta a los puntos kilométricos donde suelen ubicarse este tipo de radares, la citada fuente de la Benemérita explica que responde a un criterio estadístico de seguridad vial. “La elección del lugar donde vamos a colocar el control no es fruto del azar. Disponemos de datos estadísticos sobre la seguridad vial y es a través de esos datos donde elegimos los lugares donde realizamos los controles móviles para la seguridad de los conductores”.

Un radar móvil velolaser, instalado en un vehículo de la Guardia Civil 

Twitter / @jucilnacional

“No hay que olvidar que la velocidad inadecuada es un factor recurrente y desencadenante en muchos accidentes de tráfico. Por desgracia tenemos que hacer uso de los radares para disuadir a los conductores que no respetan los límites de velocidad ”, añade el miembro de la Guardia Civil.

Los velolaser son capaces de cazar a los conductores que circulan con exceso de velocidad que pasan entre los 15 y 50 metros del dispositivo. El margen de error de estos radares es de un 5% y tienen capacidad para multar las 24 horas del día, ya que también son efectivos cuando no hay iluminación.