El proceso de electrificación que llevan a cabo las compañías automovilísticas dibuja una movilidad sin emisiones en consonancia con la hoja de ruta trazada por la Unión Europea. Las directrices de Bruselas, recogidas en el Pacto Verde, establecen el objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050. Antes, no obstante, Europa tendrá que cumplir con dos premisas previas: la reducción entre un 40 y un 55% de los gases de efecto invernadero, en 2030, y la prohibición de vender vehículos nuevos de combustión interna, en 2035.
El nuevo orden que Europa impone en materia medioambiental tiene un impacto muy directo en la industria automotriz. El cambio de paradigma que supone para los fabricantes la electrificación de sus líneas de producción va a dejar fuera del mercado modelos históricos que nos han acompañado durante gran parte de nuestras vidas.
Si bien marcas como Renault, con el popular R-5, y Citroën, con el no menos famoso 2 CV, han anunciado recientemente la reedición de sus icónicos modelos en sendas versiones eléctricas, otros fabricantes han decidido poner punto final a la producción de sus automóviles más aclamados.
Adiós al Fiesta
Martin Sander, director general de Ford Model, ha anunciado que la compañía de origen estadounidense dejará de fabricar el Fiesta, uno de los modelos más emblemáticos que la firma del óvalo ha producido el último medio siglo. El dirigente de la multinacional ha precisado Ford cesará la producción del “exclusivo automóvil pequeño” en junio de 2023.
Antes del adiós del icónico Fiesta, que ahora se produce en Colonia (Alemania), se van a despedir de las líneas de producción de Almussafes (Valencia) los modelos S-Max y Galaxy para dar paso a tres nuevos vehículos eléctricos de pasajeros y cuatro nuevos vehículos comerciales eléctricos en Europa para 2024. "Tenemos previsto vender más de 600.000 vehículos eléctricos para 2026 y la producción de vehículos eléctricos llegará a 1,2 millones de vehículos en un plazo de seis años", explicó Sander.
La firma del óvalo pondrá fin a la producción del Fiesta en abril de 2023
Símbolo de Almussafes
El Fiesta es un modelo que desde su origen, en 1976, ha estado muy estrechamente vinculado a la factoría de Almussafes. Las primeras unidades de los más de 12 millones de ejemplares que Ford ha vendido de este modelo en todo el mundo se fabricaron en la planta valenciana, cuya inauguración coincidió con el restablecimiento de la democracia.
Desde entonces sus líneas de producción han sido testigos de la evolución de este hijo de la crisis del petróleo. Las últimas generaciones del Fiesta, sin embargo, se han fabricado únicamente en la planta de Colonia.
El Ford Fiesta ha estado estrechamente ligado a Almussafes (Valencia), ya que de su planta de producción salieron las primeras unidades al mercado en 1976
El nombre de Fiesta para bautizar el utilitario de Ford lo eligió el mismísimo propietario de la compañía, Henry Ford II, entre una terna de 12 finalistas. Aunque el coche fue denominado inicialmente Bobcat, fue el magnate de la compañía de Detroit quien acabó decantándose por Fiesta. Según parece, la palabra le parecía dinámica y divertida para asociarse a la marca.
Sin embargo, si un utilitario como el Fiesta vio la luz en 1976 fue a causa de la crisis del petróleo que estalló tres años antes. Las consecuencias económicas mundiales fue lo que llevó a Ford a diseñar un coche de reducidas dimensiones para competir con otros modelos existentes. De este modo fue como el utilitario estrenó la cadena de producción de Almussafes donde estaba previsto que se fabricaran otros modelos de mayores dimensiones, como el Taunus y el Escort.
De cara al futuro, la multinacional ha afirmado que está “acelerando” su estrategia hacia la electrificación total de sus vehículos de pasajeros en 2030 y de toda su cartera de producto en 2035.