Clonación de coches, una estafa indetectable en el mercado de segunda mano

Práctica delictiva

Los falsificadores desmontan automóviles robados y colocan sus piezas en otros coches siniestrados que venden como vehículos de ocasión

¿Cuánto más barato resulta un coche eléctrico chino en comparación con su equivalente europeo?

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Comprar un coche en el mercado de ocasión puede proporcionar desagradables sorpresas si no se comprueba antes que todo esté en regla 

Getty

El diccionario panhispánico de la Real Academia Española de la Lengua define el verbo clonar de la siguiente manera: “Copiar de modo exacto, producir un acto o documento idéntico a otro ya existente”. En una segunda acepción lo define así: “Repetir o trasladar partes de un documento a otro”. A pie de definición indica que “es un uso coloquial para hacer referencia a las conductas punibles de: falsedad en documento privado y falsedad en documento público”.

Aunque exactamente no es así, cuando oímos la palabra clonación en ciertos contextos es muy probable que enseguida la relacionemos con la copia fraudulenta de un objeto. En el mundo del automóvil es fácil asociarla con el mercado de ocasión, donde ya existen multitud de precedentes de vehículos falsificados a partir de piezas de otros coches robados o siniestrados. Recientemente la Policía Nacional desarticuló un grupo criminal especializado en clonar vehículos deportivos de alta gama que operaba en las provincias de Madrid y Ciudad Real y recuperó diez ejemplares valorados en 300.000 euros.

Los coches clonados eran del modelo Abarth 595

Los coches clonados eran del modelo Abarth 595 

EP/Policía Nacional

La clonación de vehículos es un negocio muy rentable para las personas que se dedican al robo de coches. Es una práctica fraudulenta que consiste en desmontar automóviles robados y colocar sus piezas sobre los chasis de vehículos siniestrados, cuya reparación es económicamente inviable.

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El nuevo coche resultante lleva el número de bastidor, la matrícula y el permiso de circulación del vehículo sustraído para dar una apariencia legal. De este modo, el vendedor del vehículo clonado no levanta ningún tipo de sospechas en el momento de efectuar la transacción en el mercado de segunda mano.

La policía ha detenido a 10 miembros de un grupo criminal que operaba en las provincias de Madrid y Ciudad Real

Los miembros del grupo criminal desarticulado por la policía compraban vehículos siniestrados de un modelo concreto a bajo coste para utilizar su chasis y elementos identificativos, informa la agencia Efe. Las imágenes difundidas por la Policía Nacional revelan que se trata de al menos cinco unidades del Abarth 595, un coche de pequeñas dimensiones, con apariencia de utilitario, pero a su vez dotado de grandes prestaciones: desarrolla una potencia de 180 CV y alcanza una velocidad máxima de 225 km/h.

Una vez disponían de los coches que habían comprado en desguaces montaban la carrocería y el motor de turismos deportivos de similar apariencia que habían robado previamente. Para ello utilizaban diferentes herramientas de última tecnología, concretamente unos dispositivos electrónicos que son capaces de vulnerar los sistemas de seguridad de los coches, según informaron fuentes policiales.

Manipular la documentación del vehículo, así como el número de bastidor, es una estrategia que utilizan las bandas organizadas para colocar en el mercado de segunda mano coches robados

Manipular la documentación del vehículo, así como el número de bastidor, es una estrategia que utilizan las bandas organizadas para colocar en el mercado de segunda mano coches robados 

Getty Images/iStockphoto

Robaban un modelo de vehículo concreto de tipo deportivo de alta gama, que debía guardar características estéticas muy similares con otros que habían adquirido siniestrados y sobre los que montaban posteriormente tanto la carrocería como el motor de los vehículos sustraídos de gama alta.

Al llevar los números de bastidor, las placas de matrícula y los permisos de circulación de los coches siniestrados, los vehículos clonados pasaban las inspecciones periódicas en las estaciones de ITV sin levantar sospecha alguna. A partir de ahí, los coches clonados podían ser vendidos de segunda mano por el precio que tendría el modelo deportivo en ese mercado.

La banda utilizaba dispositivos electrónicos para vulnerar los sistemas de seguridad de los coches que sustraían

La policía dio con este grupo organizado tras identificar uno de los vehículos que se encontraba oculto en los bajos de un inmueble del distrito madrileño de Puente de Vallecas. Asimismo, los agentes policiales localizaron un taller mecánico abierto al público, en la provincia de Toledo, que estaba siendo utilizado para la ocultación y posterior despiece de los coches robados, en el que se encontraron numerosas piezas de los vehículos sustraídos.

Aunque la Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda solicitar un informe completo del coche antes de adquirirlo en el mercado de segunda mano es difícil detectar el engaño si el vehículo clonado utiliza los identificativos físicos y documentales del vehículo siniestrado. En cambio, si el número de bastidor, las placas de matrícula y el permiso de circulación no coinciden con la documentación oficial será una señal de que el coche ha sido manipulado.

Asimismo, la DGT advierte que antes de comprar un vehículo de segunda mano se verifique que la inscripción que consta en el número de identificación del bastidor es legible y no hay evidencias de que los dígitos han sido manipulados.

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