Entramos en la web oficial del Salón Internacional del Automóvil de Frankfurt (IAA, en sus siglas alemanas) y nos dirigimos al directorio de expositores. En el buscador introducimos el nombre de Nissan. ¿Y cuál es nuestra sorpresa? “Lamentamos que desafortunadamente tu búsqueda ha tenido 0 resultados” es la respuesta recibida. Hacemos lo propio con Alfa Romeo, Fiat, Abarth, Citroën, Peugeot, DS, Mazda, Mitsubishi, Toyota, Subaru, Suzuki y Volvo. Y el mensaje es el mismo: no están en el listado de empresas presentes en la feria. Así pues, estas firmas son algunas de las grandes ausencias que tendrá el certamen de 2019, que se celebrará del 12 al 22 de septiembre.
Y no es que ninguna de ellas carezca de novedades importantes en su catálogo de productos. Por poner tres ejemplos, Nissan cuenta con la segunda generación del Juke; Mazda dispone del nuevo CX-30; y Peugeot tiene el renovado 2008. Sin embargo, todas las firmas mencionadas -y algunas más- han decidido no acudir. Diversos son los motivos, aunque el principal podría ser el elevado coste que supone participar en este tipo de certámenes. Por ello, las marcas prefieren centrar sus recursos en otras acciones que generan un mayor retorno de la inversión.
De ahí que ésta sea la tendencia detectada en los últimos años. Que una firma muy exclusiva como Rolls-Royce o Ferrari no esté presente en una feria del automóvil no deja ser algo concebible, ya que sus vehículos se venderán igual; que no lo esté una marca generalista, puede sorprender más. Sin embargo, los tiempos cambian y las estrategias comunicativas de las marcas también.
El paradigma lo encontramos en el antes citado Juke. Nissan ha preferido presentarlo esta semana en un evento específico antes que exhibirlo en la cita alemana, donde tendría que competir informativamente con otros productos. La jugada parece buena, pues seguramente se ha gastado menos dinero y ha conseguido captar el foco de los medios, muy atentos a las novedades de Frankfurt que se están anunciando estos días.
Aunque siguen teniendo muchos visitantes, los salones del automóvil ya no tienen la relevancia informativa de antaño. En muchos casos, las primicias ya se han visto en la red antes de ser expuestas. Para muestra, el Hoda e, el primer coche eléctrico de la marca que debutará en Frankfurt pero cuyas formas definitivas se mostraron ayer mismo.
Las citas anuales más importantes del sector a nivel internacional (Ginebra, Detroit y Pekín) son las que están aguantando mejor el tirón. El resto está sufriendo más la pérdida de marcas. Quizás para contrarrestarlo, el Salón del Automóvil de Barcelona se reinventó en su edición de 2017 para dejar de ser una feria al uso y convertirse en un evento capaz de aunar la parte expositiva más tradicional con una gran dosis de contenidos basados en la tecnología y la conectividad. A partir de ese año, el certamen pasó a denominarse Automobile Barcelona. Y en la edición de su centenario (2019) logró atraer a 44 marcas de coches, es decir, nada menos que un 46% más que en la anterior.
Menos firmas acudirán a la cita Frankfurt, pero no faltarán las alemanas, que juegan en casa. Tanto el Grupo Volkwagen (Audi, VW, Skoda, Seat y Porsche) como BMW y Mercedes-Benz llevarán a cabo un gran despliegue para mostrar lo mejor de su catálogo. Sin duda, el producto estrella será el modelo eléctrico Volkswagen I.D.3, que ya ha recibido miles de reservas antes de haber sido mostrado. Entre otras, también estarán presentes Hyundai, Kia, Tesla, Renault, Dacia, Opel, Ford, Jaguar, Land Rover y Polestar (filial de vehículos eléctricos de Volvo).