¿Es legal romper la ventanilla de un coche para salvar a un perro encerrado?
En estos casos, la policía explica que nunca debemos actuar por cuenta propia: hay que llamar al 091 para que los agentes hagan el trabajo
En los últimos años, con la llegada de las altas temperaturas, es habitual que los usuarios de las redes sociales compartan de buena fe un mensaje que explica cómo hay que actuar cuando detectamos a un animal encerrado en un vehículo. Del mismo modo que esta recomendación, atribuida a la policía, reaparece cíclicamente, el mismo organismo también la desmiente para evitar que los ciudadanos actúen mal inconscientemente.
El consejo indica que si vemos un perro dentro de un coche cuando hace extremo calor, hagamos una foto antes de romper la ventana. Esta instantánea evitará que seamos acusados de daños criminales y la Policía tendrá pruebas para llevar a los propietarios del can a los tribunales. El texto prosigue asegurando que “La acción de la rotura de la ventana para salvar a un animal se considera legítima en base al art. 54 del código penal que, en estos casos, reconoce el estado de necesidad”.
Y esto está lejos de la realidad. Romper la ventanilla o forzar la cerradura del vehículo para salvar a la mascota supone un atentado contra la propiedad privada de otra persona. Así pues, tal como recomienda la propia Policía, hay que llamar al 091 para que los agentes certifiquen que el animal está en peligro y lo liberen. En este sentido nada tiene que ver el antes indicado artículo 54 del Código Penal, que hace referencia a penas de inhabilitación.
Quizás quién redactó el texto de “bulo” quería referirse al punto 5 del artículo 20, que especifica los casos en los que una persona está exenta de responsabilidad criminal. Ese punto hace referencia al que “en estado de necesidad, para evitar un mal propio o ajeno, lesione un bien jurídico de otra persona o infrinja un deber, siempre que concurran los siguientes requisitos: que el mal causado no sea mayor que el que se trate de evitar; que la situación de necesidad no haya sido provocada intencionadamente por el sujeto; y que el necesitado no tenga, por su oficio o cargo, obligación de sacrificarse”.
El propietario del perro encerrado en el vehículo puede ser castigado por maltrato animal en base al Código Penal. El artículo 631 del reglamento contempla que “quienes abandonen a un animal doméstico en condiciones en que pueda peligrar su vida o su integridad serán castigados con la pena de multa de quince días a dos meses”.
Dejar encerradas a las mascotas en el vehículo en verano, aunque sea poco tiempo, es muy peligroso porque existe un elevado riesgo de muerte. Se estima que la temperatura del interior del coche puede superar hasta en 20 grados la del exterior en apenas media hora. Esto significa que cuando en la calle estamos a 35 grados, esta cifra puede alcanzar los 55 en el habitáculo. Así pues, el automóvil se convierte en un horno que puede ser letal en pocos minutos.
Con el objetivo de evitar estas situaciones Tesla ha desarrollado una función del software de sus vehículos, denominada Modo Perro (dog mode), que permite mantener la temperatura del habitáculo a un nivel adecuado para el bienestar de los animales.
Y para advertir a los transeúntes de que el animal está bien sin riesgo de sufrir un golpe de calor, el sistema muestra un mensaje en la gran pantalla central del salpicadero que indica: “Mi amo vendrá pronto. No te preocupes, el climatizador está encendido a una temperatura de -los grados establecidos-“. De este modo, se quiere evitar que alguna persona perciba peligro en la situación del animal y llame a la policía para su liberación.