1957-1973 : SEAT 600, “naciste príncipe y mueres rey”
100 años de Automobile Barcelona
La exposición “100 años del automóvil” del centenario de Automobile, del 11 al 19 de mayo, exhibirá 25 vehículos históricos que marcaron una época
El 3 de agosto de 1973 salió de la factoría de SEAT de la Zona Franca el último coche de su modelo 600. En la capota delantera del motor una trabajadora depositó un ramo de flores entre los vítores de los operarios y directivos de la empresa, que desplegaron una pancarta que decía ”Naciste príncipe y mueres rey”. Sin duda, esta frase resumía bien la historia de un modelo del que, desde el inicio de su producción en 1957, se habían fabricado 794.406 unidades, a un precio de salida de 63.000 pesetas, menos de cuatrocientos euros.
Fue Príncipe porque en 1957, este coche fabricado bajo licencia de la FIAT se erigió en el utilitario que motorizó a una España que dejaba atrás la posguerra e iniciaba un desarrollismo económico que hizo aflorar a las clases medias del país.
Murió Rey porque, más allá de obtener un éxito comercial sin parangón en nuestra historia de la industria del automóvil, fue uno de los factores principales de la transformación de las vidas de los españoles de la época: la movilidad, la propiedad de un automóvil, la independencia personal o la conquista de este espacio privado, convirtieron a este automóvil en un tótem del progreso: dejarse ver por el vecindario con un reluciente SEAT 600 fue toda una declaración de éxito personal.
Precisamente, Automobile Barcelona, del 11 al 19 de mayo, incluirá entre las actividades del centenario la exposición 100 años del automóvil en el que se exhibirán veinticinco vehículos históricos que marcaron una época. Será una retrospectiva espectacular en un Salón Internacional del Automóvil, de Fira de Barcelona que mira, sobre todo, al futuro.
Las novedades más llamativas de las principales marcas actuales junto con los últimos avances de la movilidad conectada y autónoma vigilante de la protección del medio ambiente harán de Automobile en su centenario una proyección clara de lo que nos depara el futuro del sector. Un ejemplo claro de ello será que los visitantes podrán viajar en un vehículo sin conductor.