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Así debes conducir por carreteras con hielo

La clave es circular sin prisa y con suavidad

El hielo acostumbra a formarse cuando hace frío en zonas húmedas y sombrías

Montypeter / Getty Images/iStockphoto

Aunque el invierno estacional llegó hace casi tres semanas, el meteorológico está haciendo ahora su primera irrupción algunas de las provincias españolas. Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), una quincena de ellas están en aviso de riesgo (amarillo) o riesgo importante (naranja) por frío, viento o por fenómenos costeros. Y ante esta bajada de temperaturas es necesario extremar la precaución en la carretera debido a la aparición de placas de hielo.

Estas superficies resbaladizas son muy peligrosas porque reducen el agarre de los neumáticos e incrementan el riesgo de pérdida de control del vehículo.A menudo son difíciles de detectar en la distancia, por lo que es conveniente tener en cuenta que normalmente se forman cuando hace frío en zonas húmedas o sombrías (puentes, pasos elevados, carreteras cerca de zonas con vegetación…).

A menudo es difícil ver en la distancia las placas de hielo en la carretera

Carglass

En este tipo de circunstancias hay que conducir sin prisa y con suma suavidad. Esto significa que debemos circular a una velocidad moderada, con la marcha más larga posible, y sin realizar acelerones ni frenazos. Resulta muy importante recordar que, en estas superficies donde el vehículo puede perder la motricidad, la distancia de frenado aumenta, de modo que se hace indispensable incrementar la separación con el vehículo precedente.

Según el RACE, “la distancia total de detención (reacción + frenada) es de 57 metros cuando se conduce en condiciones soleadas y a 90 km/h, una cifra que sube hasta los 89 metros cuando la calzada está mojada pero que se puede llegar a multiplicar por 10 si hay placas de hielo.”

Cuando queramos reducir el ritmo lo mejor es levantar el pie del acelerador. En el caso de que esto no sea suficiente y debamos frenar, primero tenemos que recurrir al freno motor reduciendo marchas. Si esto tampoco es suficiente, debemos pisar el pedal del freno de manera progresiva, nunca a fondo, ya que podríamos perder el control del coche y sufrir un accidente.

Si notamos que el vehículo pierde agarre y empieza a derrapar, es muy importante que mantengamos la calma. Nunca debemos hacer un frenazo ni cambios bruscos de dirección. Hay que dejar de acelerar y sujetar bien el volante. El control de estabilidad nos ayudará a recuperar la trayectoria.

Los conductores que circulan habitualmente por zonas con riesgo elevado de nieve y hielo es conveniente que en esta época del año equipen neumáticos de invierno, pues ofrecen un mayor agarre y tracción sobre pavimentos resbaladizos. Este calzado, no obstante, solo es recomendable durante los meses más fríos en zonas donde la temperatura habitual es inferior a los 7 grados.