Una siesta tranquila de una foca puede convertirse en la anécdota del año cuando el lugar elegido no es una playa soleada ni una roca en el mar, sino el suelo de una habitación de hotel. Dormir profundamente y despertar en un sitio desconocido es algo que cualquiera ha experimentado después de unas copas de más, pero pocas veces ocurre al revés: que el desconocido sea quien se ha colado a dormir en la habitación.
Y es que no es algo habitual abrir la puerta y encontrar un huésped extra en la habitación, mucho menos si tiene bigotes, una piel resbaladiza y una actitud de total tranquilidad mientras ronca en el suelo.
Se puso agresiva
Fueron necesarios algunos refuerzos
La Fundación para el Bienestar Animal de Zelanda fue quien recibió la llamada más insólita del día. Desde la recepción del hotel restaurante Boulevard 17 les informaron que había una foca gris instalada en una de las habitaciones. “Al principio no podían creerlo”, reconocieron en sus redes sociales, pero decidieron acudir de inmediato para comprobarlo.
Al llegar, la sorpresa fue mayúscula: efectivamente, el inesperado visitante estaba cómodamente dormido en el suelo, sin ninguna intención de moverse. El problema vino cuando intentaron desalojarlo. La foca, que hasta ese momento había disfrutado de un descanso plácido, no reaccionó con demasiado entusiasmo al ser despertada de golpe. Su tranquilidad dio paso a un carácter más difícil, lo que obligó a pedir refuerzos.
El Equipo de Rescate de Animales Marinos de los Países Bajos se sumó a la operación para poder gestionar la situación sin causar estrés al animal ni riesgos innecesarios. Entre todos lograron contenerlo y trasladarlo en una canasta para llevarlo a un lugar más adecuado, donde pudiera continuar su descanso sin interrupciones ni huéspedes que le pudiera molestar.
El incidente dejó muchas preguntas sin respuesta: cómo había llegado hasta ahí, cuánto tiempo llevaba en la habitación y qué aventuras había vivido antes de terminar en ese suelo de hotel. Lo único claro es que, tras una noche movida, la foca volvió a una zona más tranquila cerca del mar.