“Al principio, no sabía qué esperar por su displasia, pero Simba se adaptó rápidamente y comenzó a moverse más de lo que imaginaba”

Peludos en la ciudad

Simba y Beatriz: Una historia de amor, transformación y segundas oportunidades

Beatriz y Simba comparten su vida

Beatriz y Simba comparten su vida

Beatriz

Beatriz me contacta porque quiere hacerle un regalo a su peludo Simba, que cumple 10 años: contar su historia juntos. Hace cinco años, Beatriz tomó una decisión que cambiaría su vida para siempre al adoptar a Simba, un pastor alemán que había pasado tres años y medio esperando en una perrera. Desde entonces, Simba no solo encontró un hogar lleno de amor, sino que también transformó por completo la vida de su nueva familia. “Su adopción ha sido una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, afirma Beatriz.

A Simba lo rescataron en junio de 2020, cuando se levantó el confinamiento. Su pasado es un misterio que solo él y sus rescatadores conocen. “A veces me pregunto quién pudo hacerle algo así”, reflexiona Beatriz. Cuando lo encontró en la página de adopción del Ayuntamiento de Madrid, supo de inmediato que él era el indicado. “Es un pastor alemán grande, casi del tamaño de un poni, con una mirada noble que me conquistó enseguida”.

Simba es el rey de la casa

Simba es el rey de la casa

Beatriz

A pesar de los avisos de los cuidadores sobre su edad y su displasia, Beatriz no dudó ni un segundo. “Yo sabía que Simba merecía una oportunidad y necesitaba un hogar, y estaba dispuesta a dárselo”, asegura.

Desde el momento en que Simba llegó a casa, comenzó su transformación. Aunque al principio tenía dificultades para caminar, poco a poco empezó a moverse mejor, hasta que un día dejó de cojear. “Hoy corre por la casa como si hubiera dejado atrás los años de espera”, comenta Beatriz emocionada.

Simba me ha enseñado a disfrutar de cada paso, sin preocuparme por las limitaciones

Beatriz y Simba comparten su vida
Beatrizresponsable de Simba

Simba no tardó en encontrar su lugar en la familia, y con él llegaron momentos inolvidables. “Es cariñoso y noble, pero lo que más me sorprende es su forma única de demostrar felicidad: ¡se arranca por bulerías! Mueve la cabeza y las patas con un entusiasmo que parece que lleva el ritmo dentro”, cuenta Beatriz entre risas.

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Además de ser el alma de la casa, Simba también es el “supervisor oficial” de las tareas familiares. Cada mañana, acompaña a mi padre en los proyectos de bricolaje y jardinería. “No solo lo sigue, lo supervisa con su mirada atenta, como si fuera su asistente personal”, explica Beatriz.

Y aunque Simba ya tiene 10 años, su energía y su pasión por la vida son contagiosas. Beatriz lo describe como un ejemplo de resiliencia y superación, capaz de adaptarse a cualquier circunstancia con valentía.

Un perro agradecido

Lecciones de vida que solo Simba podía enseñar

Adoptar a Simba cambió la perspectiva de Beatriz sobre los perros mayores y aquellos con necesidades especiales. “Antes pensaba que adoptar un perro con condiciones médicas sería más complicado, pero Simba me ha enseñado que no se trata de buscar la perfección, sino de aceptar la vida tal como viene. Los perros mayores tienen una forma única de disfrutar el momento, simplemente siendo”, reflexiona.

Simba me ha demostrado que la voluntad de vivir no tiene límites

Beatriz y Simba comparten su vida
Beatrizresponsable de Simba

Simba también le ha recordado a Beatriz lo valioso que es el tiempo compartido. “No importa cuánto tiempo tengamos juntos, sino lo que hacemos con ese tiempo. Simba me ha enseñado a disfrutar de cada paso, sin preocuparme por las limitaciones”, dice con gratitud.

La familia de Beatriz está encantada con Simba

La familia de Beatriz está encantada con Simba

Beatriz

Beatriz está convencida de que todos los animales, independientemente de su edad, tamaño o necesidades médicas, merecen una oportunidad de encontrar un hogar. “La edad o las condiciones de salud de un perro no definen su capacidad para dar cariño ni formar un vínculo. Adoptar a Simba ha sido una de las decisiones más gratificantes de mi vida, y no cambiaría ni un solo momento de este viaje”.

Grandes recuerdos

Un hogar lleno de amor y momentos felices

Simba no solo encontró una familia que lo ama, sino que también se convirtió en una fuente inagotable de alegría. “Es nuestro tesoro, el más pequeño de la familia. Siempre nos saca una sonrisa, ya sea por sus ocurrencias o por lo mucho que disfruta de la comida. Eso sí, cuando hay paella, ¡ni un grano de arroz se salva con él cerca!”, cuenta Beatriz con humor.

Para Beatriz, compartir la historia de Simba es mucho más que una celebración: es una manera de dar visibilidad a todos esos animales que, como él, merecen una segunda oportunidad. “Aunque nunca sabré todo lo que vivió antes de unirse a nuestra familia, lo que sé es que ahora Simba tiene un hogar lleno de amor y cuidados, como siempre debió ser”.

Simba ha vuelto a nacer

Simba ha vuelto a nacer

Beatriz

Simba es mucho más que un perro rescatado; es un maestro de resiliencia, un compañero fiel y una prueba viviente de que nunca es tarde para empezar de nuevo. Su historia es un recordatorio de que las segundas oportunidades no solo transforman vidas, sino que también llenan de amor y felicidad los hogares que están dispuestos a abrirles las puertas.

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