Los perros han sido también protagonistas en las labores de rescate de la trágica gota fría de Valencia del pasado 29 de octubre. Tal es así, que incluso han sido objeto de fake news en redes sociales, una tendencia preocupante a nivel global: se dio por muerto a Valto, un perro de la Unidad Militar de Emergencias (UME), cuyo fallecimiento ha sido felizmente desmentido por la propia UME.
Más allá de esta anécdota, los perros de rescate se han revelado, una vez más, como una pieza clave en desastres naturales como la reciente DANA. Y es que en las inundaciones, cuando cada segundo cuenta a la hora de salvar vidas en condiciones extremas, los ejemplares entrenados específicamente para localizar personas atrapadas en zonas de difícil acceso desempeñan un papel vital.
Algunos perros pueden aprender a guiar a la persona rescatada a un lugar seguro o mantenerse junto a ella para tranquilizarla
Antes de nada, señalar que el entrenamiento de cualquier perro de rescate es intenso: no puede ser de otra manera a la vista de los efectos devastadores de episodios como el que nos referimos. A un ejemplar se le enseña a salvar vidas de manera rápida y precisa; a ser un héroe de cuatro patas.
De ahí la importancia tanto del adiestramiento como de la raza canina en cuestión.
En primer lugar, los perros deben desarrollar la funcionalidad de búsqueda y localización. Así, son entrenados para identificar el olor humano, lo que les permite localizar a personas atrapadas. Se les expone a diversos olores humanos para que se acostumbren a detectar a las personas en diferentes tipos de terreno (escombros, bosques, ruinas, barro, agua). También para que aprendan a discriminar olores, descartando todos aquellos que no sean humanos.
Más allá de esta anécdota, los perros de rescate se han revelado, una vez más, como una pieza clave en desastres naturales como la reciente DANA
A continuación, se tienen que realizar simulacros en condiciones reales con el objetivo de evaluar la capacidad del perro para trabajar bajo presión y en condiciones desafiantes. Por ejemplo, en sótanos y garajes inundados o en terrenos rocosos en los que rescatarán a voluntarios escondidos durante el simulacro. Es importante también procurar que haya situaciones climáticas extremas de frío y calor.
En tercer lugar, el perro debe estar entrenado para trabajar en el agua, lo que incluye aprender a nadar y a flotar incluso en aguas turbulentas; igualmente, realizar labores de rescate acuático, lo cual implica no solo encontrar a la víctima, sino también guiarla hacia un lugar seguro. Esto puede comportar el uso de chalecos salvavidas para el perro, que le permiten nadar con mayor seguridad.
Los perros deben desarrollar la funcionalidad de búsqueda y localización
Cuarto, deben estar entrenados para mantener la calma en situaciones extremadamente estresantes, ya que a menudo se encuentran en medio de caos, ruidos fuertes, escombros y otras amenazas. Por eso es importante que durante la preparación sean expuestos a sonidos fuertes, como sirenas, gritos o maquinaria de rescate. Así se evita que se asusten o se distraigan. También se les entrena para que no se despisten con la presencia de otros animales, objetos voladores o personas en pánico.
Por último, hay que potenciar el entrenamiento de rescate, lo que incluye el trabajo en equipo con los humanos, aprender a trabajar en sinergia con los rescatistas, seguir órdenes y señales, y adaptarse a situaciones cambiantes. Lo que viene a ser la historia de la relación entre el hombre y el perro: la historia de una simbiosis perfecta traducida en esta ocasión en salvamento.
Héroes de cuatro patas: imprescindibles en operaciones de rescate tras la DANA
En este punto, algunos perros pueden aprender a guiar a la persona rescatada a un lugar seguro o mantenerse junto a ella para tranquilizarla. Asimismo, deben aprender a trabajar en sinergia con los rescatistas, seguir órdenes y señales, y adaptarse a situaciones cambiantes como lo haría cualquier equipo.
Héroes perrunos
El papel de las razas caninas
En un contexto tan devastador como la reciente DANA, los equipos de emergencia necesitan razas de carácter enérgico, con un agudo olfato ideal para detectar presencia humana y físicamente capacitadas para nadar (algunas como el Labrador también en aguas profundas) o para acceder a lugares de difícil acceso. El entrenamiento es importante; la morfología y el temperamento que marcan los estándares de raza también lo son.
Entre las razas más aptas para rescates y emergencias están, además del Labrador Retriever, el Pastor Alemán, Golden Retriever, Springer Spaniel Inglés, Perro de Agua Español, Pastor Belga y Border Collie. Se trata de razas que deben contar con gran inteligencia y predisposición al entrenamiento. Ejemplares capaces de aprender a operar bajo alta presión. También deben estar dotados de una gran resistencia física, ya que deben trabajar durante largos períodos de tiempo en condiciones extremas sin fatigarse rápidamente.
Los perros han desempeñado un papel fundamental en las labores de búsqueda en las zonas afectadas por la DANA
Otra de las cualidades de estas razas es gozar de un temperamento tranquilo y seguro, lo que no impide que sean activos. Ser enérgico no choca con poseer caracteres equilibrados para poder actuar con eficacia en situaciones de alto estrés.
Ese temperamento tiene una importante derivada afectiva que puede además suponer un apoyo psicológico y emocional, un soplo de cariño, para las víctimas de una inundación. Un animal dispuesto a dar amor a los afectados también forma parte de las emergencias.
Por todo lo anterior, resulta trascendental conservar y mejorar las razas caninas y sus funcionalidades históricas tan útiles para el ser humano, a través de los criadores especializados, una figura dedicada en cuerpo y alma al cuidado del perro y reforzada con la reciente Ley de Bienestar Animal.