La secuela de Gladiator, dirigida por Ridley Scott, ha traído consigo una inesperada estrella: Sherry, una macaca residente de la granja escuela Basabere, en Lezáun, Navarra.
Esta adorable primate no solo ha capturado la atención de los espectadores, sino que también se ha ganado el reconocimiento en el set gracias a su actuación junto al actor Fred Hechinger, quien interpreta al emperador Caracalla. Según Mikel San Martín, responsable de Basabere, la participación de Sherry en esta superproducción fue fruto de una afortunada casualidad
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“Habíamos trabajado en alguna pequeña serie, pero esta colaboración surgió a raíz de que el equipo de producción preguntara si teníamos monos”, explicó San Martín a Navarra Televisión.
Antes de aceptar la propuesta, los cuidadores de Basabere se aseguraron de que las condiciones fueran adecuadas para el bienestar de Sherry y sus compañeros, Asia y Sirio.
Los macacos participaron en un riguroso proceso de preparación previo al rodaje, que incluyó entrenamientos para que Sherry se acostumbrara a pasar tiempo sobre los hombros de Hechinger.
Además, durante el rodaje en Malta, los cuidadores del centro permanecieron siempre a pocos metros de los macacos, manteniendo contacto visual constante para garantizar su tranquilidad.
La experiencia fue posible gracias a la colaboración con SetAnimals y la supervisión de la organización American Humane, que vela por el trato ético a los animales en los rodajes. Basabere también adaptó sus instalaciones en Malta para replicar las condiciones de su granja en Navarra, incluyendo sistemas de refrigeración y aire acondicionado.
Paul Mescal en “Gladiator II”
“Cuando no salíamos en escena, estábamos justo fuera del encuadre”, bromea Mikel Redín, uno de los cuidadores. Uno de los momentos más inesperados del rodaje ocurrió cuando Sherry improvisó una escena no prevista en el guion: saltó de los hombros de Fred Hechinger a los de Denzel Washington.
Lejos de cortar la grabación, Ridley Scott decidió mantener la acción, señalando a los actores que continuaran. “Fue increíble, todos nos quedamos boquiabiertos”, comentó San Martín. La espontaneidad de Sherry y su carisma la han convertido en una estrella inesperada de esta superproducción.
“Lo más importante fue cuidar cada detalle”
Para Basabere, participar en Gladiator II ha sido una experiencia inolvidable que destaca no solo por el impacto cinematográfico, sino también por el trabajo en equipo y el compromiso con el bienestar animal. “Lo más importante fue cuidar cada detalle para que Sherry y los otros macacos estuvieran felices y tranquilos”, concluyó San Martín.
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