Parosmia tras la covid: el trastorno que incide en la alimentación de los niños
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Los menores que se han vuelto quisquillosos con la comida podrían estar mostrando un trastorno del olfato y el gusto tras el covid, con efectos perjudiciales en sus hábitos alimenticios y su bienestar
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Una niña ante su plato de comida
Uno de los efectos secundarios del covid es la parosmia, término utilizado para describir las afecciones de salud que hacen que se distorsione el sentido del olfato. Muchos pacientes lo explican así: “La comida desprende un olor o sabor desagradable como a carne podrida o productos químicos”.
Hasta ahora, este efecto se ha asociado principalmente con adultos; sin embargo, según publica la BBC, los niños que se han vuelto “quisquillosos con la comida” podrían estar mostrando un trastorno del olfato y el gusto tras el covid, con efectos perjudiciales en sus hábitos alimenticios y su bienestar, de acuerdo con la información de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y la organización benéfica Fifth Sense para personas afectadas por desórdenes del olfato y del gusto.
Parosmia
Provoca que la comida desprenda un olor o sabor desagradable como a carne podrida o productos químicos
Carlo Philpott, profesor de rinología y olfatología de la UEA señala que en los últimos meses ha empezado a ver pacientes adolescentes con parosmia por primera vez en su carrera: “En muchos casos, la afección hace que los niños dejen de comer y a muchos les puede resultar difícil comer. Es algo que hasta ahora no ha sido realmente reconocido por los profesionales médicos, que simplemente piensan que los niños tienen dificultades para comer sin darse cuenta del problema subyacente”.
Philpott agrega además que “para algunos niños, y en particular para aquellos que ya tenían problemas con la comida u otras afecciones como el autismo, puede ser realmente difícil”.
Un niño siente que no puede comer
Por su parte, Duncan Boak, presidente y fundador de Fifth Sense, indica: “Hemos escuchado de algunos padres que sus hijos están sufriendo problemas nutricionales y han perdido peso, pero los médicos lo han atribuido a que son quisquillosos con la comida”, Y añade: “Estamos muy interesados en compartir más información sobre este tema con los profesionales de la salud para que sean conscientes de que aquí hay un problema más amplio”.
Para ayudar a padres y profesionales a reconocer el trastorno, han lanzado una guía con varias recomendaciones. El profesor Philpott y FIfth Sense aconsejan hacer un listado con los alimentos que son seguros y los que provocan olores desagradables.
Hay niños sufriendo problemas nutricionales y que han perdido peso, pero los médicos lo han atribuido a que son quisquillosos con la comida.
Además, señalan que se debe animar a los niños a probar alimentos más blandos y con sabores menos fuertes, como pasta, plátanos o queso suave para ver qué pueden tolerar o disfrutar. Recomiendan incluso probar con una pinza suave para la nariz o taparse la nariz mientras comen para ayudarles a bloquear los sabores.
La guía también explica una técnica simple de “entrenamiento del olfato” consistente en oler al menos cuatro fragancias diferentes dos veces al día durante varios meses, para ayudar a la recuperación.