¿Por qué se vive la maternidad con tanta frustración en España?

Crianza

Una falta de respeto por los cuidados y redes de apoyo diluidas son parte fundamental del problema

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A las madres se las ensalza e idealiza pero eso no se traduce en un acompañamiento real de la maternidad

Terceros

La maternidad que se visibiliza en masa suele representarse con su mejor cara, la del amor cariñoso y sosegado y la entrega sin reservas. Pero la realidad está facetada por circunstancias menos favorables: violencia obstétrica, madres extenuadas, políticas de cuidado deficientes y una red de ayuda escasa. La antropóloga María José Garrido considera que las ridículas bajas maternales son una muestra de lo que nuestra sociedad espera de las madres: volver a la vida estresante a los tres meses y medio, como si nada hubiera pasado, cuando tu vida ha cambiado para siempre. 

“El olvido persistente de las circunstancias que rodean a madres e hijos está contribuyendo a convertir la maternidad en un nuevo decorado que poco o nada se corresponde con la realidad”, estas líneas pueden leerse en Maternidades Precarias (Arpa, 2022), un libro escrito por la periodista Diana Oliver sobre las incertidumbres que plantea hoy en día lo que la RAE define como el “estado o cualidad de la madre”.

Vivir la maternidad real

Un bebé con su madre a los pocos días de nacer

Un bebé con su madre a los pocos días de nacer

Getty Images

Soterrar un gran espectro de realidades por las que atraviesan quienes se embarcan en el camino de la crianza resulta en unas madres perdidas, solas y con altas dosis de frustración. “En mis dos partos, he sufrido todo lo que la OMS recomienda no hacer. Me ha costado años poner nombre a lo que me pasaba y ponerle nombre es básico para poder curarnos. La función de la madre no es solo traer al bebé sano al mundo, nosotras también tenemos que estar sanas”, comparte Victoria Gabaldon, periodista y fundadora de la revista Mamagazine. 

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La confrontación de una maternidad idealizada, la que habita en el imaginario colectivo, con su propia experiencia real la llevaron a fundar Mamagazine, una publicación para exponer sin filtros todas sus facetas. “El discurso tradicional hasta hace bien poco tiempo de los medios de comunicación, de las películas e incluso de la literatura está muy edulcorado y hablaba de una figura de la madre abnegada entregada, en la que todo merece la pena cuando tu hijo está en el mundo. No se ha tenido en cuenta el impacto de la maternidad en las mujeres y en la sociedad”, comparte la comunicadora. 

Algo en lo que coincide con Oliver cuando habla de la falta de acompañamiento al que se enfrentan las madres: “A las madres se las ensalza e idealiza pero no se traduce en un acompañamiento, ni en políticas que de verdad piensen en las necesidades de las madres más allá del marketing de las palabras cuidado, maternidad, crianza”. En la práctica, la situación más acuciante son los permisos por maternidad. 

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El impacto de la maternidad en las mujeres y en la sociedad no se ha tenido suficientemente en cuenta

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La OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante 6 meses, pero a diferencia de otros países Europeos en los que la baja es de 6 meses o hasta un año, en España se limita a 16 semanas. “Esa escena de la madre con el sacaleches en la oficina, con pechos goteando bajo la blusa y llorando porque no entiende por qué tiene que dejar a su bebé es cruel. Debería respetarse la biología del ser humano y su desarrollo”, expone Gabaldon. Por su parte, Oliver matiza el papel paterno: “Muchas personas dirán que el padre puede cuidar igualmente, pero tienen papeles completamente diferentes y complementarios”.

Desbordadas por la realidad

La elevada exigencia del cuidado infantil durante los primeros tres años de vida, una desconsideración social hacia el papel de la cuidadora y el tóxico discurso de “querer es poder” son factores que van avivando el sentimiento de frustración y culpa en la mujer. Oliver confiesa que como madre, una de las situaciones más difíciles ha sido trabajar y cuidar en paralelo: “Asumir la necesidad de tener que ganar dinero para sobrevivir y, a la vez, cuidar. La soledad fue lo más estresante y llegué a cuestionarme, por la precariedad, mi maternidad”. 

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Diana Sánchez, psicóloga sanitaria, sexóloga y profesora en el Experto en Psicología Perinatal de la Universitat Rovira i Virgili, advierte que muchos de los casos de desbordamiento emocional que se ven en consulta vienen determinados por circunstancias como las mencionadas. “Responde a motivos como la falta de ayuda familiar, el pensamiento de que podemos con todo y la falta de apoyo social, ya que la maternidad no se vive como algo que precise cuidados”, indica. La psicóloga también explica que las mujeres pueden tener dificultad para pedir ayuda si han tenido un modelo de vida muy autoexigente y de autonomía y lo entienden como un signo de debilidad. Como consecuencia, pueden aparecer cansancio excesivo, falta de sueño o una alimentación incorrecta.

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Graham Oliver/iStockphoto

Este escenario es uno de los resultados del individualismo creciente en las sociedades capitalistas y de lo que el sociólogo Zygmunt Bauman denominó modernidad líquida, donde las relaciones sociales son inconsistentes. “Es desconcertante vivir en una sociedad que te empuja al individualismo y que, al mismo tiempo, no te permite sobrevivir sin la interdependencia”, reflexiona Oliver.

Cuidar desde la culpa

La realidad es que el modelo social en el que la carga de los cuidados que se atribuye tradicionalmente a las mujeres aún sigue vigente. “Criar a un niño de menos de tres años y tener un trabajo rígido fuera de casa es imposible. Sí o sí tienes que externalizar los cuidados y tener un soporte porque los niños se ponen enfermos, muchas veces al año, y eso supone un caos para las familias y se las culpabiliza por ello. No puedes faltar al trabajo una semana sí y otra también, por ello creo que la conciliación es una mentira”, indica Oliver.

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Como indica Sánchez es urgente el cambio en las políticas sociales para asegurar el equilibrio emocional de las madres. “Las políticas de apoyo a la maternidad necesitan ser más efectivas. Es necesario promover la conciencia social sobre la importancia y valor de la maternidad, y de la necesidad de apoyar y cuidar esta etapa de la vida”, concluye.  

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